Bailarinas de ballet

Bailarinas de ballet Getty

Moda

'Árboles tutús': la delicada y mágica forma de guardar el vestuario de las bailarinas cuando no se utiliza

La Royal Opera House de Londres nos enseña el taller donde cuidan de los delicados trajes que se utilizan en el ballet. 

18 noviembre, 2023 13:25

El ballet es arte en movimiento. Desde los delicados movimientos de la bailarina, pasando por el decorado cuidado al detalle, y acabando por los impresionantes y femeninos trajes, la danza clásica es sinónimo de belleza y delicadeza.

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Hablar de ballet también es hablar de moda, en especial de una pieza icónica que ha sido reinterpretada por grandes maisons como Dior o Chanel, y que atrae todas las miradas: hablamos del tutú. 

El tutú es la distintiva falda que usan las bailarinas de ballet clásico, compuesto por una estructura básica que proporciona volumen. Los tutús no solo son una prenda de vestuario en el ballet, sino que también se han convertido en un símbolo de elegancia y feminidad en el mundo del arte.

Su forma voluminosa y ligera crea una imagen etérea y poética en el escenario.

El tutú suele utilizarse exclusivamente en las actuaciones, y no en los ensayos, debido a que es una prenda muy delicada y su cuidado debe ser exhaustivo para evitar que la forma se rompa.

Pero ¿dónde guardan las compañías estás faldas cuando no son utilizadas? La Royal Opera House de Londres, responde a esta incógnita. 

'Tutu tree'

Todos los trajes que se utilizan en un ballet, se guardan en un taller llamado Equipo de Apoyo a la Interpretación de Vestuario. Allí es donde se encargan de que se mantengan en buen estado los que están siendo utilizados en la función, y también de recibir los nuevos y prepararlos para cuando tengan que salir a escena.

Este taller es la casa de uno de los elementos más mágicos del ballet: los postes para tutús, conocidos como árboles tutú porque cuando están llenos, su forma se asemeja a la de un árbol navideño. 

El árbol tutú es el objeto encargado de que el plato o la falda del tutú se mantenga plano cuando no se está utilizando, evitando así que la falda decaiga. El diseño de este poste es muy sencillo: contiene una pieza circular de contrachapado con ruedas como soporte, con una especie de palo de escoba en el centro. 

Los tutús se colocan uno encima de otro, y cuando preparan producciones en las que el tútú es la pieza fundamental del vestuario, como por ejemplo el ballet de Don Quijote, la sala se llena de estos objetos, convirtiéndose en una especie de bosque mágico lleno de árboles tutú. Una imagen muy bonita y delicada. 

La historia del tutú

La primera compañía de baile se fundó en París en 1661, pero en un principio el tutú no formaba parte de la indumentaria de las bailarinas. La prenda se incorporó en 1983, cuando se estrenó la obra La Sílfide, en cuya representación la bailarina Marie Taglioni, utiliza por primera vez la falda que ahora conocemos como tutú.

Lució un corpiño ceñido al cuerpo junto a una falda larga y vaporosa, que llegaba hasta los tobillos y permitía que la bailarina pudiera ejecutar sus movimientos, acompasados al uso de las zapatillas de punta tan características del ballet.

Bailarinas de ballet

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El traje utilizado para la obra, se consideró desde ese entonces como el uniforme clásico de la bailarina de ballet. El tutú comenzó entonces a ser un referente cultural, gracias a las revistas de moda de la época que hablaban del vestido sílfide como ejemplo de ideal femenino. Además, gracias al tutú, las mujeres tenían permitido enseñar las piernas en el siglo XIX. 

La cultura popular estableció que, vestidas de bailarinas, las mujeres resultaban espacialmente bellas y la silueta del vestido sílfide comienza a ser idealizada por las casas de moda que toman sus formas para diseñar los trajes de sociedad.