La taxista Roble Puentes y unos taxis de Madrid en un fotomontaje.

La taxista Roble Puentes y unos taxis de Madrid en un fotomontaje.

Estilo de vida

Una taxista (55) no se corta y cuenta su realidad como mujer en el trabajo: "Algunos dicen lindezas y les pongo en su sitio"

La taxista Roble Puentes habla de las ventajas e inconvenientes de ser mujer en un sector dominado tradicionalmente por el hombre.

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El sector del taxi está tradicionalmente dominado por el hombre. En la Comunidad de Madrid solo hay 1.080 mujeres taxistas, mientras que el número de hombres supera los 15.000, según datos de la Federación Profesional del Taxi de Madrid.

Una de esas 1.080 mujeres es M. Roble Puentes, que ha hablado para EL ESPAÑOL sobre cómo es ser mujer en una profesión mayoritariamente masculina, sus ventajas, fortalezas y dificultades.

"Las mujeres hemos avanzado mucho en algunas profesiones y una de ellas es la del taxi. No se trata de género, ni masculino ni femenino, se trata de desempeñar algo para lo que yo estoy capacitada al igual que cualquier hombre", asegura la taxista.

Roble defiende que nunca se ha sentido discriminada: "Mis compañeros están muy habituados a ver a mujeres al volante de un taxi y el resto de los conductores también".

De hecho, Roble tiene muy buenos amigos en la profesión que la ayudan a sentirse cómoda. "Todos son hombres, ellos mismos me animaron mucho cuando decidí ser taxista", añade.

No obstante, la taxista recuerda algunos episodios desagradables pero puntuales: "Siempre hay alguno que te dice alguna lindeza, son una minoría, también es verdad, pero les tengo que poner en su sitio".

Una de las ventajas de su profesión es que "te permite conciliar bastante bien con la familia", afirma Roble, que tiene dos hijos. "Tú te marcas tus horarios y si tienes que dejar y recoger a los niños en el colegio, puedes adaptar tu trabajo a las necesidades que tengas con tu familia".

Roble tan solo lleva cuatro años ejerciendo como taxista, pero ha descubierto su pasión por este trabajo: "Es una profesión que me gusta, me lo paso genial, hay veces que no tanto pero bueno, es muy amena y es muy entretenida. Me siento orgullosa de ser taxista".

Roble espera que sus palabras a este medio sirvan "para animar a más mujeres" a elegir esta profesión por delante de otras. Para que en unos años ser una mujer taxista no sea la excepción, sino la norma habitual en este sector.