Alicia González, psicóloga.

Alicia González, psicóloga.

Estilo de vida

Alicia González, psicóloga, advierte: "Cuando tu pareja te dice que no está 'pensando en nada', realmente le pasa esto"

Se trata de una de las situaciones más repetidas en las relaciones de pareja y, sin embargo, a pesar de lo tenso que pueda resultar, tiene una explicación científica. 

Más información: Adrián Chico, psicólogo: "La persona que es infiel continuamente, es incapaz de gestionar sus emociones"

Publicada

En mayor o menor medida, todos hemos vivido una escena similar con nuestras parejas: estáis sentados en el sofá, hay un silencio largo, y de pronto le preguntas: "¿En qué piensas?". Él te mira y responde: "En nada".

Automáticamente, te quedas descolocada y por tu cabeza empiezan a surgir múltiples dudas acerca de la relación. ¿Cómo va a estar en nada? ¿Esconde algo? ¿Está preocupado? ¿Está mintiendo?

Según la psicóloga y experta en relaciones de pareja, Alicia González, no te está mintiendo. De hecho, podría estar diciéndote exactamente la verdad. Y no es una simple percepción. La explicación está en el cerebro. Literalmente.

La ciencia detrás de 'pensar en nada'

Alicia González, psicóloga, escritora y conferenciante, lo explica claramente en uno de sus vídeos publicado a través de sus plataformas.

Existe algo en neurociencia llamada "red neuronal por defecto", y es la responsable de que muchas personas, sobre todo hombres, puedan quedarse "en blanco" sin que eso signifique nada preocupante.

"Esta red se activa cuando no estamos haciendo nada en particular, como cuando miramos por la ventana o nos duchamos", explica la experta.

En muchos hombres, esta red neuronal no se conecta con áreas del lenguaje ni del procesamiento emocional, por lo que pueden experimentar algo muy parecido a no pensar en nada. Tal cual.

Su cerebro entra en una especie de modo de espera. No están preocupados. No están escondiendo secretos. No están evitando hablar. Simplemente, están desconectados.

El cerebro femenino, totalmente diferente

Aquí es donde se produce el cortocircuito en muchas parejas. Porque en las mujeres esta red neuronal funciona de manera diferente.

Como indica Alicia González, se activa junto con áreas del lenguaje y la emoción, lo que significa que incluso cuando están "sin hacer nada", su mente sigue trabajando: recordando, anticipando, narrando. "Les cuesta muchísimo desconectar del todo", afirma la psicóloga.

Esto explica por qué muchas mujeres no entienden cómo su pareja puede estar en silencio sin pensar en nada. Porque ellas mismas nunca están en ese "modo vacío".

Siempre hay algo dando vueltas en su cabeza: la conversación pendiente con su madre, la lista mental de la compra, aquel malentendido en el trabajo o el plan del fin de semana.

Dos cerebros, dos formas de funcionar

Las diferencias entre hombres y mujeres no solo son culturales o emocionales. Son biológicas. Y están respaldadas por numerosos estudios de neuroimagen, según explica González:

  • El cerebro femenino tiene más conexiones entre hemisferios, lo que favorece un tipo de pensamiento más interconectado, constante y multifuncional.
  • El cerebro masculino, en cambio, tiene más conexiones dentro de cada hemisferio, lo que propicia un pensamiento más lineal, compartimentado y centrado.

Este diseño cerebral tiene incluso raíces evolutivas. Mientras los hombres desarrollaban una atención enfocada (por ejemplo, para cazar o proteger), las mujeres cultivaban una atención dividida: cuidar a varios hijos a la vez, anticiparse a peligros, gestionar tareas diversas. Dos roles distintos, dos maneras distintas de procesar la realidad.

Ello no implica que los hombres "sientan" menos. Aquí llega una parte clave de la advertencia de Alicia González: aunque el hombre diga que no piensa en nada, no significa que no sienta.

Puede que no esté acostumbrado a ponerle palabras a sus emociones. O puede que incluso no sepa identificar lo que está sintiendo en ese momento.

"A muchos hombres se les ha entrenado para mirar hacia dentro, a no poner palabras a lo que sienten", señala la psicóloga.

Es decir, no todo es biología, también influye la cultura y la educación emocional. A ellos, desde pequeños, se les ha animado a ser "fuertes", a no llorar, a no hablar de lo que les duele.

Eso puede hacer que, llegado el momento de expresar lo que les pasa por dentro, simplemente no sepan cómo traducirlo. Por eso, a veces, la frase "no pienso en nada" es más una barrera que una mentira.

¿Cómo mejorar la comunicación de pareja?

Entender cómo funciona el cerebro del otro puede ser liberador. Ya no necesitas enfadarte o sacar conclusiones precipitadas cada vez que tu pareja parece ausente.

Lo importante, según González, es no forzar, pero sí crear un entorno donde expresar lo que se siente sea seguro. Aquí van algunas claves para mejorar la conexión:

  • No interpretes el silencio como desinterés. Puede ser solo una pausa real.
  • Evita presionar con preguntas insistentes. En su lugar, ofrece espacio y disponibilidad para hablar cuando esté preparado.
  • Comparte cómo te hace sentir esa distancia, sin culpas: “Cuando me dices que no piensas en nada, a veces me siento desconectada de ti”.
  • Trabajad la inteligencia emocional en pareja: leer, asistir a talleres, o incluso acudir a terapia juntos si sentís que algo falla.

La próxima vez que escuches ese famoso "en nada", recuerda que puede ser cierto. Que no todo es misterio, ni falta de amor, ni indiferencia. A veces, simplemente, es biología. Y otras, es la falta de costumbre de traducir las emociones en palabras.