Un perro en un parque.

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Mascotario

José Allande, veterinario, revela cómo actuar si tu perro muerde a alguien: "Gritar o castigar solo aumentará su estrés"

Actuar con serenidad, cooperar e intercambiar datos, son solo algunos de los pasos que hay que cumplir en estas ocasiones para evitar situaciones trágicas.

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¿Qué hacer si tu perro muerde a alguien? Ningún tutor quiere imaginarlo, pero puede ocurrir. Estás paseando con tu perro, quizá suelto en una zona permitida o atado con la correa.

Un desconocido se acerca para acariciarlo, un niño corre hacia él, o simplemente algo le asusta. En un instante, tu perro reacciona y muerde. El silencio posterior es abrumador: la preocupación por la persona herida, el miedo a las consecuencias, la culpa, la confusión.

Y surge una pregunta inevitable: ¿qué hago ahora? "Como peritos veterinarios especializados en comportamiento y responsabilidad animal, hemos acompañado a muchos propietarios que se han visto en esta misma situación", cuenta José Antonio Allende, director veterinario en Perivet. Para evitar situaciones trágicas, es fundamental saber cómo actuar si tu perro muerde a alguien.

Calma, empatía y seguridad

"Actuar con serenidad es fundamental", explica el veterinario. Gritar, castigar o reaccionar de forma impulsiva solo aumentará el estrés del perro y de las personas implicadas. Lo prioritario es controlar la situación y evitar nuevos incidentes. Separa al perro con cuidado y colócalo en un lugar seguro, sin castigos.

"Atiende a la persona lesionada: pregunta cómo se encuentra, ofrece ayuda y, si la herida sangra o parece seria, llama a los servicios sanitarios o acompáñala a un centro médico". Intercambia datos de contacto y, si es posible, muestra la cartilla veterinaria con las vacunas actualizadas. Asimismo, registra todo lo ocurrido: anota hora, lugar, circunstancias y testigos. Si puedes, haz fotos del entorno.

"Si interviene la policía o el ayuntamiento, coopera con las autoridades". Esa actitud responsable será clave más adelante. En los momentos de tensión, la calma del tutor transmite confianza.

Al final, no se trata solo de gestionar un conflicto, sino de proteger también al perro, que puede estar asustado o confundido por lo ocurrido.

Conocer tus obligaciones legales

En España, la responsabilidad civil del propietario está regulada por el Código Civil: todo dueño o poseedor de un animal es responsable de los daños que este cause. Esto significa que, independientemente de la raza o tamaño del perro, el tutor debe responder por las consecuencias de una mordida.

Además, si el perro está catalogado como potencialmente peligroso (PPP), se suman requisitos específicos:

  • Licencia administrativa y seguro de responsabilidad civil.

  • Registro municipal del animal.

  • Uso obligatorio de bozal y correa corta en espacios públicos.

Si tu perro no pertenece a esas razas, pero muestra un episodio agresivo, las autoridades pueden evaluar su conducta y exigir medidas preventivas, como revisiones veterinarias, cursos de reeducación o, en casos graves, restricciones temporales.

"En este punto es habitual que intervenga un perito veterinario, figura esencial para aclarar qué ha ocurrido y determinar el grado de responsabilidad".

Rigor, objetividad y claridad

El perito veterinario es un profesional colegiado, con formación técnica y jurídica, que emite un informe pericial cuando existe un conflicto o procedimiento legal. "En el caso de una mordida, esta intervención puede marcar la diferencia entre un juicio justo y una valoración incompleta del hecho".

Allande explica que los informes se elaboran con total independencia e incluyen:

Análisis de las lesiones: se evalúa si son compatibles con la mordida del animal
implicado.

Estudio del comportamiento del perro: carácter, historial, entorno, relación con el tutor.

Circunstancias del incidente: posible provocación, condiciones del espacio, control del animal.

Valoración del daño y recomendaciones preventivas.

Estos informes sirven de apoyo para juzgados, aseguradoras y propietarios, aportando una base científica y objetiva a un tema que, de otro modo, se juzgaría desde la emoción.

Sentimientos encontrados

Detrás de cada caso hay sentimientos encontrados: culpa, miedo, tristeza o frustración. Muchos propietarios sienten que han fallado o temen perder a su compañero. "Como profesionales, insistimos en un mensaje: una mordida no define a un perro, pero sí debe motivar reflexión, aprendizaje y responsabilidad".

Buscar ayuda es un acto de madurez, no de debilidad. Los peritos veterinarios, junto con educadores caninos y abogados especializados, formamos un equipo multidisciplinar que puede acompañar este proceso con empatía y rigor.

Convivir con un perro implica mucho más que ofrecer cariño. Significa asumir la responsabilidad de su conducta, su bienestar y su seguridad, incluso cuando las cosas se complican. "Si tu perro muerde a alguien, actúa con calma, cumple tus obligaciones y busca asesoramiento profesional. Cada paso que des con prudencia será una oportunidad para proteger a tu perro, a las personas implicadas y también tu tranquilidad".

Los peritos veterinarios trabajan precisamente para eso: para que cada situación se analice desde la verdad, la empatía y la ciencia. "Cuando entendemos por qué un perro ha mordido, podemos encontrar soluciones que protejan a todos y eviten que vuelva a suceder".