Carlos Rodríguez (61), veterinario.

Carlos Rodríguez (61), veterinario.

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Carlos Rodríguez (61), veterinario, sin rodeos ante el sufrimiento de un perro: "Tiene toda la pinta de poder ser..."

El profesional ha compartido un vídeo en sus redes sociales en el que muestra un caso concreto de epilepsia en uno de sus pacientes. 

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En su consulta diaria, el veterinario Carlos Rodríguez recibe a todo tipo de pacientes, desde cachorros inquietos hasta perros mayores con problemas crónicos.

Sin embargo, algunos casos requieren una atención especial, como el de Glory, un pequeño perro que llega acompañado de su dueña. Rodríguez lo presenta con un toque de humor y cercanía: "Os presento a Glory. Tiene más nombre que cuerpo".

A pesar de la broma inicial, la situación es seria: el profesional comenta que a su paciente "le ha dado un ataque", un episodio que genera preocupación y alarma.

El veterinario explica que los ataques en los perros pueden manifestarse de múltiples formas y obedecer a diversas causas. Observando a Glory y escuchando el relato de la propietaria, Rodríguez indica que "por la forma en que el animal se cae, el tiempo de duración, las convulsiones, los movimientos de las patitas, tiene toda la pinta de poder ser epilepsia".

No obstante, en un tono jocoso y cercano, busca minimizar la gravedad de la enfermedad y con unas muestras de cariño hacia el perro dice: "No te preocupes, por la epilepsia no te preocupes. Tiene tratamiento. Lo que sí que es importante es diagnosticarlo".

Rodríguez subraya que cada episodio de este tipo debe ser tomado con seriedad. "Y lo que es importante es que cada vez que le pase alguna cosa similar a que se cae, a que pierde el conocimiento, o a que se cae y mueve las patitas, vayamos al veterinario indudablemente", recalca, insistiendo en que la atención inmediata puede marcar la diferencia en el diagnóstico y tratamiento.

Además, el veterinario da un consejo práctico y a la vez poco convencional: registrar los episodios. "Sé que es desagradable lo que voy a decir en cierta parte, porque, claro, si el perro está caído en el suelo, lo que más os va a interesar o lo que más os va a apetecer es atender o estar al lado del animal, pero si podéis grabarlo, a los veterinarios nos viene francamente bien", explica.

Según Rodríguez, estas grabaciones permiten diferenciar si el problema es neurológico, cardiocirculatorio o de otra índole, y ayudan a tomar decisiones clínicas precisas: "Podemos diferenciar si el problema es neurológico, si es cardiocirculatorio, podemos saber cosas".

El caso de Glory refleja la importancia de la observación detallada y la intervención profesional en los episodios de epilepsia canina. La documentación de los ataques, la descripción precisa de los síntomas y la atención inmediata permiten determinar la causa y aplicar el tratamiento adecuado, aumentando significativamente la calidad de vida del animal.

El veterinario también enfatiza que los dueños deben mantener la calma durante los episodios, ya que la reacción del propietario influye en cómo enfrenta el animal la situación. Un perro asustado o desorientado necesita contención y atención, pero también un entorno tranquilo y seguro.

Su mensaje es claro: la epilepsia canina no es sinónimo de fatalidad. Con diagnóstico temprano, tratamiento adecuado y seguimiento constante, los perros pueden llevar una vida plena y saludable