Un gato en la calle.

Un gato en la calle. Istock

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Carlos Gutiérrez, veterinario, da la pauta para adaptar un gato feral a tu nuevo hogar: "No pretendas que sea tu sombra"

La socialización para un felino callejero es mucho más compleja, ya que requiere un proceso más largo y paciente para evitar ser intrusivos.

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La socialización entre gatos consiste en aprender a aceptar la presencia de otros seres vivos (personas o animales) y a percibirlos como no amenazantes, asegurándose de que no compiten por sus recursos vitales como comida, agua, zona de descanso o arenero.

"El proceso debe ser gradual, exponiendo al felino a los estímulos de forma progresiva y asegurándose de que las primeras experiencias sean agradables", explica Carlos Gutiérrez, veterinario clínico, en un vídeo de YouTube.

Cuando nos encontramos con gatos con dificultades previas o experiencias traumáticas, el veterinario sugiere darle más espacio y evitar ser intrusivo.

Una red de seguridad

Se puede poner la comida cerca de su escondite o tumbarse en el suelo en la habitación, con una actitud distraída, para que no perciban a la persona como una amenaza. Subraya que muchos gatos llegan con experiencias traumáticas que desconocemos, por lo que necesitan una red extra de seguridad.

"No podemos pretender que el gato sea más mimoso, que esté todo el rato pegado a ti, que sea tu sombra. Ciertos animales felinos tienen una personalidad más despegada y una vida más independiente".

Algunos gatos simplemente aprenden a aceptar la presencia humana sin buscar mucho contacto físico, lo cual es perfectamente normal y forma parte de lo que él denomina la "gatunalidad felina".

Un proceso paciente

En el caso de gatos ferales o rescatados de la calle, el proceso puede ser más largo. Algunos no se adaptan muy bien o tardan bastante tiempo.

"Muchas veces, cuando los gatos son adultos, preferimos que se mantengan en sus colonias conviviendo con otros gatos, porque han aprendido a vivir en ese entorno y no se fían de las personas", afirma el veterinario.

Si lo has rescatado de la calle o de una colonia, la paciencia es aún más crucial. Es posible que necesiten un refugio o zona de escondite permanente y que su contacto con las personas no sea muy estrecho.

Poco a poco, si vamos respetando la independencia y la distancia necesaria con ese gato, él puede ganar cierta confianza con el resto de miembros de la familia. "Es verdad que quizás el contacto con las personas no llega a ser demasiado estrecho", confiesa.

Una receta mágica

El veterinario recalca que, aunque se dan pautas generales, no es una "receta mágica". Cada proceso debe adaptarse al comportamiento individual del gato y a cómo responde a las interacciones.

La distancia inicial es clave para que se sientan seguros. Alcachofo, el gato de Carlos Gutiérrez, se adaptó muy rápido porque le permitieron estar tranquilo bajo la cama y le ponían la comida cerca.

"También recuerda que hay algunos gatos que puede ser que no quieran mucho contacto con las personas y que no necesitan estar todo el día encima de ti".

Finalmente, el veterinario aconseja que si las pautas generales no funcionan, y el gato muestra un estrés significativo, bufa, se esconde, no hay progreso en 2-3 semanas, se debe acudir a un especialista en comportamiento felino o etólogo para recibir pautas específicas.