Farmacia Mata

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Pilar, dueña de la farmacia más antigua en Málaga, tajante con la Feria del Centro: "Es la de los guiris"

"Suele haber bastantes más conflictos en Feria. De que entre una pandilla con tres o cuatro y se me pongan a ligar con una de las dependientas, se creen que esto es una barra de bar".

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Patricia Sierra
Publicada

Los farolillos decoran el cielo tapado de calle Larios, los barriles de cerveza ya están situados en la Plaza de la Constitución, el escenario para las actuaciones de baile está más que preparado.

La Feria de Málaga está a punto de dar el pistoletazo de salida. La gente descansa para disfrutar al máximo la semana de fiesta, mientras otros se preparan para trabajar durante la feria otro año más.

Pilar es una de ellas. Regenta la farmacia Mata, la más antigua de toda Málaga con casi 100 años a sus espaldas. Situada en el corazón de la Costa del Sol, año tras año ve pasar frente a ella a locales y turistas con cartojal entre sus manos, preparados para la Feria.

Durante la semana de fiesta no suele frecuentar su tienda mucha gente. Por la mañana hay un mayor volumen de ventas, pero cosas pequeñas como ibuprofeno o tiritas.

La tarde es algo distinta, las personas van en busca de fiesta y en una farmacia no la van a encontrar. "Si acaso entran un par de borrachos", comenta la mujer.

Hay veces que tiene que tener cuidado. "Suele haber bastantes más conflictos en Feria", señala Pilar. No puede alterar su horario, lo tiene regulado. Pero sí toma ciertas medidas preventivas como cambios de horarios, cierre de puerta trasera.

Más de uno pasado de alcohol suele pasar por su local. "De que entre una pandilla con tres o cuatro y se me pongan a ligar con una de las dependientas, se creen que esto es una barra de bar", recuerda.

A pesar de todo, prefiere la Feria a la Semana Santa. A las 3 de la mañana empiezan a limpiar tras el paso del último trono. "En cambio a mí que me limpien a las siete de la tarde con el agua, huele mal pero me molesta menos", confiesa la trabajadora.

La farmacéutica estuvo presente en la creación de la Feria del Centro. Recuerda con cariño el gran parecido que tenía a la del Real: el pedir algo de beber y salir con el vaso a la calle a disfrutar. Sin embargo, este año la cosa pinta distinta.

"Llevan mucho tiempo queriéndose cargar la Feria del Centro", apunta la mujer. Para Pilar, la nueva normativa es la estocada final para terminar con ella. No es el final de la feria como tal, aunque sí de la conocida hasta el momento.

El centro se convertirá en sede de "la feria del guiri". Y es que, según la farmacéutica, el que viene de fuera no va a ir al Real. Está lejos y no tiene cómo llegar, además de que "el transporte que va todavía tiene que mejorar muchísimo la gestión", asegura.

El boquerón, el de toda la vida, acudirá a la del Cortijo de Torres. Málaga estará dividida en dos: el centro para los extranjeros y el Real para los malagueños, algo que Pilar ve con buenos ojos.

Una cosa está clara para ella: la Feria del Centro "se ha creado para los turistas y los jóvenes que les gusta salir de marcha". De hecho, no alberga muy buenas casetas. La del Centro Histórico es la que se salva. A lo mejor alguna peña también. Aunque no sabe mucho más.

En cambio, en el Real "creo que no hay una caseta mala", opina Pilar. Eso sí, de las destinadas a un público más joven no sabe qué decir, no las conoce.

Pilar vive la Feria del Centro desde su negocio, pero se mantiene fiel al Real a pesar de todo. Es más, forma parte de la Junta Directiva de una de las casetas. Montarla es bastante complicado y más si el Ayuntamiento no pone de su parte.

Tienen prohibido el paso cuando quieren acceder a la entrada de su caseta con el camión para descargar. No pueden entrar. Tienen que buscar aparcamiento y luego llevarlo todo para allá.

La mujer pide que habiliten una zona de carga y descarga para agilizar todo el proceso. "Que haya algún tipo de permiso con el que puedas pasar, dejar cosas y luego irte a aparcar", explica.

De momento, la Feria del Centro va a cambiar. Ya no es como en sus inicios, "cuando un bar ponía su terracita y se tomaba uno algo". Aunque tampoco será como el pasado año. Pero bueno, a ver qué pasará.