
Berenjenas típicas de Málaga
Ni huevo ni harina: el sencillo truco de mi abuela andaluza para que las berenjenas fritas queden perfectas
Esta receta, cuyo origen se remonta a la época andalusí, conjuga elementos introducidos por los árabes en la península ibérica.
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Las berenjenas con miel de caña son uno de esos platos que resumen a la perfección la esencia de la cocina andaluza. Productos humildes, sabores contrastados y una tradición centenaria que sigue latiendo en cada bocado. En Málaga, esta tapa ha alcanzado el estatus de emblema gastronómico, especialmente en la comarca de la Axarquía, donde la miel de caña de Frigiliana aporta un sello de identidad único.
Esta receta, cuyo origen se remonta a la época andalusí, conjuga elementos introducidos por los árabes en la península ibérica. Tanto la berenjena como la caña de azúcar fueron legados culturales que, siglos después, siguen presentes en la mesa andaluza.
El uso de miel de caña, un producto espeso, oscuro y con un sabor profundo, proviene del aprovechamiento de la caña de azúcar cultivada en las zonas más cálidas del sur peninsular. Frigiliana, en Málaga, alberga una de las últimas fábricas de Europa que sigue elaborando esta miel de forma tradicional. Un ingrediente local con gran valor patrimonial.
Las berenjenas con miel no son exclusivas de Málaga. Aquí se distinguen por una fritura más ligera, en bastones o tiras finas, y un uso más moderado de la miel, que se sirve como hilo final, sin cubrir en exceso la verdura. En Granada, por ejemplo, es habitual encontrar versiones con rodajas más gruesas y una fritura más densa, mientras que en Córdoba, algunas recetas las presentan con masa orly o acompañadas con salmorejo.
Pero en tierras malagueñas, la sencillez y el equilibrio mandan: crujiente por fuera y esponjosa por dentro, con el dulzor justo para no ocultar el sabor natural de la berenjena.
En muchos hogares malagueños, especialmente en zonas rurales, las abuelas han conservado una serie de trucos que hacen que esta tapa resulte inmejorable. Lo primero es elegir bien el producto base: la berenjena. Debe estar tersa, con la carne apretada y brillante, preferiblemente de temporada. Durante el verano, además de ser más sabrosas, absorben menos aceite, lo que mejora notablemente el resultado final.
Otro secreto importante es el proceso de maceración. Antes de freírlas, las berenjenas se deben salar y dejar en reposo en un escurridor o en agua con sal durante al menos 30 minutos. Algunos cocineros prolongan el tiempo hasta una hora. Esto ayuda a eliminar su amargor natural y permite que queden más crujientes tras la fritura. Luego se secan bien con papel de cocina antes de enharinar. Algunas familias prefieren una mezcla de harinas, combinando trigo con garbanzo o incluso con un toque de maicena, para conseguir una textura más ligera y aireada.

Plato berenjenas con miel de caña típicas de Málaga
El aceite debe ser de oliva virgen extra y estar bien caliente, alrededor de 180 grados para evitar que las berenjenas absorban en exceso la grasa. Se recomienda freírlas en pequeñas cantidades para que no se baje la temperatura del aceite y se cocinen de manera uniforme. Tras sacarlas, se colocan sobre papel absorbente y, justo antes de servir, se les añade la miel de caña en forma de hilo, con un toque preciso y elegante.
La combinación de fritura salada con la dulzura densa y melosa de la miel crea un juego de sabores que recuerda a la cocina oriental, una herencia evidente de los siglos de dominación árabe en Al-Ándalus.
La textura, entre lo crujiente y lo cremoso, convierte esta tapa en un capricho perfecto tanto para el tapeo informal como para abrir una comida más elaborada. A menudo se acompaña con una copa de vino moscatel, propio también de la Axarquía, o con una cerveza bien fría, en los chiringuitos junto al mar.
Más allá de la técnica, el alma de esta receta está en el mimo con el que se elabora. En muchos hogares, las berenjenas con miel no son solo una tapa más, sino un recuerdo de infancia, una receta que se transmite con cariño y paciencia, cargada de historia y sabor. Como ocurre con tantas joyas de la cocina tradicional andaluza, en su aparente simplicidad se esconde la sabiduría de siglos.
Las berenjenas con miel de caña siguen conquistando a quienes las prueban por primera vez y enamorando a quienes ya las conocen. Son una muestra de que la gastronomía andaluza no solo es rica en productos, sino también en historias, técnicas y emociones compartidas alrededor de una mesa. Un plato humilde, pero cargado de identidad.