Un joven detecta bioluminiscencia en las olas de una playa de El Palo.

Un joven detecta bioluminiscencia en las olas de una playa de El Palo.

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Un joven de Málaga detecta bioluminiscencia en el rompeolas de la playa de Pedregalejo: "Es un espectáculo"

Estaba practicando un deporte acuático junto a su novia cuando ambos se dieron cuenta de que el agua se iluminaba bajo su tabla con un color azul intenso.

Más información: La bioluminiscencia de las playas de Málaga: una reacción química que ilumina el rompeolas en plena noche

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Dicen que entre el malagueño y sus playas hay una conexión mágica. Son muchos los que encuentran en ellas un remanso de paz en días complicados y un sinfín de recuerdos bonitos con familias y amigos. Pero aunque las conozcas como la palma de tu mano, las playas y el mar de Málaga siempre tienen guardadas sorpresas como la que vivió el pasado 14 de septiembre un joven de 21 años llamado Álvaro Cárdenas: bioluminiscencia.

El chaval, un aficionado en toda regla de los deportes acuáticos, estaba probando con su novia una tabla de skimming, una especie de deporte acuático similar al surf y al skate que se practica en la orilla, cuando se percataron de que se producía bajo la tabla un resplandor azulado que aparece en el agua debido a microorganismos marinos capaces de emitir luz.

Los jóvenes, alucinados, grabaron el momento locos de contento y muertos de ilusión, ya que son ambos unos amantes del mar. No era la primera vez que este joven contemplaba el fenómeno, aunque sí la más intensa. “En enero viví uno en Maro, pero no era tan visible como este. Ha sido una suerte increíble poder verlo en Málaga capital, un espectáculo”, comenta con entusiasmo.

Álvaro practica surf y otras disciplinas acuáticas desde los 13 años, lo que le ha permitido estar especialmente en contacto con el mar. Sin embargo, insiste en que lo vivido estos días va más allá de la pasión por el deporte: “Es algo que merece darse a conocer, para que la gente sepa que también puede suceder aquí y aumente la buena visión que ya tienen de Málaga”, explica.

El joven grabó varios vídeos que muestran cómo las olas se iluminaban de azul con cada movimiento, generando un ambiente mágico en la orilla de la playa de Pedregalejo, que al ser ya de noche estaba de lo más tranquila.

La explicación

Este acontecimiento, tan extraño y que podría asemejarse a unas auroras boreales acuáticas, se produce gracias a una reacción química creada por un organismo marino llamado Noctiluca, que hace que se emita una serie de luces en el mar, según Juan Antonio López, presidente de la Fundación Aula del Mar Mediterráneo.

Asimismo, esta reacción surge a partir de una molécula llamada luciferina y una enzima llamada luciferasa que junto al oxígeno generan luz sin necesidad de calor e iluminan su entorno. En este sentido, López sostiene que esta bioluminiscencia se suele observar cuando hay olas y movimiento alrededor del mar, si no no.

Y es que la naturaleza nunca deja de sorprender porque este fenómeno es habitual de Colombia, Puerto Rico, México, Brasil o incluso Japón. En España, hemos podido ver brillar la orilla de la costa gallega y también la Costa del Sol. A playas como las de Rincón de la Victoria, Manilva, Estepona y Benalmádena, ahora hay que sumar Pedregalejo.

Cabe destacar que la bacteria Noctiluca de los dinoflagelados no es el único organismo bioluminiscente. También hay medusas, peces y algunos calamares y pulpos que emplean esta luz para defenderse, atraer a sus presas, comunicarse e incluso protegerse.

La luz que emiten puede ser de varios colores: azul, rojo, amarillo o incluso violeta. Sin embargo, en Málaga, por el momento solo se ha visto una luz de color azul intenso.

Según el experto, estas toxinas no son mortales, pero hay que tener cuidado con ellas porque al ser una reacción química puede ser perjudicial para la salud. Pero incide en que “si se traga agua con una gran cantidad de estos dinoflagelados, esta sí que puede ser tóxica”.

“Los vídeos que se ven por redes sociales son de personas saltando en el rompeolas y en la orilla y eso mientras no se engulla puede hacerse”, remarca. Además, añade que “se han dado casos de envenenamiento de personas que la han tragado y causan opresión torácica, calambres musculares y dificultad respiratoria”.