La tradición de los caballos sobrevive en la Feria de Málaga pese a las críticas: "Toda la vida han existido para trabajar"
Pasear a lomos del animal en el Real es una imagen muy habitual, pero los que se dedican a esto aseguran que "hoy en día, por cualquier pequilla que tengan, ya te están diciendo que lo estás maltratando".
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La Feria de Málaga ya ha echado a andar y, junto a ella, los caballos. La tradición de pasear a lomos del animal o en un carruaje tirado por él sobrevive pese a no ser plato de buen gusto para todos.
Las críticas hacia este negocio han sido un gran aliciente para lograr el fin de su actividad en el centro de Málaga a partir del próximo año. Sin embargo, parece que en el Real la costumbre perdura.
De 12.00 horas a 20.00 horas es habitual ver trotar a los caballistas por las calles del Cortijo de Torres. Javier y Ana traen sus caballos a la feria todos los años desde que eran bien pequeños. "Nuestros padres nos lo han inculcado desde jóvenes y al final es lo que nos gusta hacer a día de hoy", explica el chico.
A lo largo de la semana "solemos traer entre 5 o 6 caballos, los vamos turnando", detallan. Antes de salir, los acicalan para que estén lo mejor posible. Les dan de comer por la mañana temprano, los lavan con agua fría para que puedan combatir el calor.
¡Ojo! "Llevamos todo el invierno preparando los caballos y los tenemos en buena forma física", apunta Javier. Durante el frío los montan y entrenan para los días de feria.
Aunque eso no significa que, una vez allí, no se preocupen por ellos. "Cada vuelta que damos los llevamos a los abrevaderos, echándoles agua cada dos por tres", detalla el joven.
Javier y Ana junto a su caballo en la Feria de Málaga.
Diego, al igual que Javier y Ana, también planea acudir con su caballo todos los días. "A no ser que pase algo", claro está. Todas las mañanas el animal tiene su comida, su agua, lo lavan y preparan para su desfile por el Real.
Eso sí, allí "hay que lavarlo, refrescarlo, darle su comida", apunta el hombre. Y, muy importante, ponerlo a la sombra para así evitarles un mal rato.
Aunque, este año, Diego cree que los animales no han sufrido tanto las altas temperaturas. "La mayoría baja de las tres para adelante, entonces el calor ya ha pasado un poco", comenta, y añade que los caballos "vienen frescos también porque acaban de salir, no están acalorados".
Las horas que pasan en la feria varían un poco en función del día. Suelen llegar al mediodía más o menos, pero tampoco se van muy tarde. También "depende de las personas que salgan para pasear", señala.
Diego junto a su caballo en la Feria de Málaga.
Alguna vez ha sido víctima de críticas por llevar a sus caballos. Justo el año pasado llegó con dos mulos que tenían bultos de haber tenido una rasquiña "y llegó una persona que dijo que esos caballos necesitaban un veterinario", cuenta.
"Hoy en día, por cualquier pequilla que tenga un animal, ya te están diciendo que lo estás maltratando", cree Diego. Es más, según él, las cosas no son como eran antes. Si alguien tiene un animal, lo tiene bien o no lo tiene. "Hay muy poca gente que tiene un animal malamente", destaca.
Andrés, dueño también de caballos, sabe que hay gente que no ve con buenos ojos que traigan estos animales a la feria, que creen que los están maltratando. Él, en cambio, mantiene firme su no. "Son animales que desde toda la vida han existido para trabajar", añade.
Este caballista pasea a lo largo de la semana, dos o tres días seguro, unos cuatro caballos por las calles del Real. Alguno junto a la familia, otro por trabajo.
Andrés junto a dos de sus caballos en la Feria de Málaga.
Antes de la salida, los prepara para el encuentro con su comida, su limpieza y sus adornos, poniéndolos "más elegantes". Una vez allí, además de pasear, siempre tiene su descanso bajo la sombra de los toldos y agua en bebederos automáticos.
Suele bajar cuando "afloja la calor". Hoy, por ejemplo, ha llegado a las cinco de la tarde. Aunque tampoco puede quedarse mucho, "a las siete y media empiezan a echar", señala. Pero él, "aguantaría un poco más tarde, para que la gente pueda pueda disfrutar un poco y no tenga que venir con tanta calor".
Los caballos o, más bien, aquellos que los tienen bajo su poder, han estado en el punto de mira estos últimos meses. Muchos prefieren no hablar ni de cómo están viviendo la Feria de Málaga junto a sus animales. De momento, siguen paseando por sus calles.