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Tecnología

La Málaga tecnológica se asoma a lo social: lluvia de proyectos en la 'economía de impacto'

La sostenibilidad social y medioambiental gana protagonismo durante la cuenta atrás para la cumbre global de inversión de impacto.

7 agosto, 2023 05:00

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En el mundo empresarial, ya se habla de que el objetivo no solo debe ser la rentabilidad, sino que hay que tener puesto el foco en las tres P: en inglés; people (la gente), planet (el planeta), profit (beneficios). Es decir, tan importante sería el dinero que se produce como el impacto social y medioambiental que la compañía produce. Y también a la Málaga tecnológica ha llegado con fuerza este enfoque.

Tres representantes de iniciativas que combinan el aspecto innovador con el más humano explican a este periódico por qué han apostado por este vertical y cuál es la situación del ecosistema tecnológico de Málaga al respecto. Spoiler: la celebración en la capital de la Costa del Sol los próximos 2 y 3 de octubre del GSG Global Impact Summit 2023 —un gran evento internacional sobre inversión económica con ese impacto social y medioambiental— y la apuesta público-institucional por este tipo de iniciativas están resultando claves. 

"Se está empezando a generar una reflexión en Málaga. Es importante que haya iniciativas que permitan entenderlo, bajarlo a tierra y trabajarlo", afirma en conversación con EL ESPAÑOL la project portfolio manager de Impact Hub Málaga y consultora especializada en sostenibilidad, Daniela Elster. Para ella, el ecosistema innovador de la Costa del Sol debe "ir incluso más allá" de esa gran cumbre del GSG y "apalancar ese conocimiento en el territorio". "No es una cumbre que se va y ya, sino que quede algo aquí", plantea.

"No se trata de inventar la rueda, sino de reordenar el tablero"

Impact Hub Málaga es uno de los colaboradores de ese GSG Global Impact Summit 2023 y organiza dos eventos previos dentro de un programa que han bautizado como 'Camino al Impacto': en la mañana del 20 de septiembre, un encuentro con el ecosistema de impacto local; y en la mañana del 1 de octubre, un roadshow en La Noria con emprendedores e innovadores sociales de la provincia. "Impact Hub sabe conectar muy bien. Conectar y generar comunidad son puntos muy transformadores. No se trata de inventar la rueda, sino reordenar ese tablero", señala Elster.

En esa línea, en marzo de este año lanzaron junto con Promálaga su hub de sostenibilidad, con el que buscan "aunar iniciativas, empresas y fuerzas" para "generar acción" por la "economía regenerativa" porque "no se logra nada si se queda todo en buenas intenciones". "Hay mucho pasando, pero no se terminan de enterar lo que están haciendo los unos y los otros. Nuestro propósito es poder impulsar la sostenibilidad y darnos cuenta de que se necesita la mayor colaboratividad posible entre actores públicos y privados", afirma.

"La idea es que ojalá generemos un foro donde se puedan proponer proyectos e ideas, que se puedan hablar desde lo público-privado; además de eventos, formación, educación... Son distintos focos", resume Daniela Elster, que prevé que en este segundo semestre de 2023 y en el año que viene empiecen a trabajar en esa hoja de ruta. Ella pone el énfasis en que IH "no es solamente un espacio de coworking, sino que tiene este área de consultoría y proyectos para ayudar en la sostenibilidad de las empresas". Además, su macroprograma de aceleración de startups recientemente puesto en marcha con fondos europeos también premia a los proyectos con ese foco de impacto. 

En esa línea de trabajo con empresas tecnológicas emergentes, se sitúa otra iniciativa con este enfoque: el hub de impacto de la comunidad de emprendedores Málaga Tech, que han desarrollado junto con la inversora Zubi Group. El presidente de la asociación, Juan Antonio Tejada, explica en conversación con este periódico que la iniciativa "no es más que concentrar en un pequeño grupo a todos los emprendedores que están en impacto". "Zubi viene y aporta valor; nosotros concentramos a todos los emprendedores de esa vertical bajo un mismo techo, ya sea virtual en Discord o WhatsApp o ya sea físico, como puede ser en uno de estos eventos. Y de esa forma facilitamos que las energías surjan", resume Tejada.

"Conforme se va haciendo más difícil la vida de las personas, va siendo más necesario facilitarla. Al final, una 'startup' de impacto trata de solucionar eso"

"Hay un interés creciente en todo lo que viene a ser el emprendimiento de impacto. El capital riesgo está evolucionando, igual que el mundo startup en sí. Hace unos años, invertir en impacto era prácticamente una obra caritativa, o al menos así lo percibían algunos inversores. Mucha gente no entendía que invertir en impacto también podía ser invertir en rentabilidad", argumenta el presidente de Málaga Tech: "Sin embargo, esa mentalidad afortunadamente está cambiando. La inversión en impacto es algo factible no sólo para aquellos fondos verticalizados, sino que también para otro tipo de inversores".

Desde su perspectiva, es un sector "que va ganando oportunidades" con iniciativas como la apuesta público-institucional por la Agenda 2030: "Conforme se van ampliando las desigualdades sociales y subiendo el precio de los alquileres, conforme se va haciendo más difícil la vida de las personas, va siendo más necesario facilitarla. Al final, una startup de impacto trata de solucionar eso". Tejada hace hincapié en que el de impacto es su "hub piloto" y buscan "aliados potentes" para seguir creando nuevos verticales.

Si hablamos de la intersección entre tecnología e impacto en Málaga, uno de los actores de referencia es la asociación Arrabal-AID. Su presidente, Julio García, define para este periódico qué es la innovación social en la que se centran: "Se trata de probar algo que no se había probado antes y que tiene un impacto social además del económico. Nuestro objetivo es canalizar y reconocer todas esas experiencias. Cada vez son más candidaturas y son súper interesantes las propuestas. Málaga es referente en muchas cosas y una de ellas es la innovación social. Tenemos retos nuevos y tenemos que usar soluciones nuevas".

Esta entidad lleva tres décadas trabajando por la integración social en la capital de la Costa del Sol y se han ido asomando a las oportunidades que dan el boom tecnológico de la ciudad. "A cualquiera de nosotros se nos mueven un par de cosas y podemos estar en una situación de exclusión social. Nuestra línea principal de trabajo es el empleo. Hacemos una prospección del terreno, del territorio, y capacitamos a las personas para las oportunidades que hay", alega García: "Desde hace ya unos años vimos esta línea que aterrizaba en Málaga y queríamos que fuera accesible para todas las personas, también para los malagueños".

"Las empresas están también cada vez más concienciadas en contar con talento diverso"

Es por ello por lo que han lanzado programas como FemCoders, en el que 25 mujeres en riesgo de exclusión social se formaron durante 850 horas en programación web. "Son personas que no tenían conocimientos o formación previa en el sector y que no sabían que era posible dedicarse a ese ámbito. La idea era hacerlo accesible a quienes se suelen quedar fuera de estas ofertas de empleo y formativas, y ha sido un exitazo", sostiene el presidente de Arrabal-AID, que indica que se apuntaron unas 200 mujeres para las 25 plazas disponibles y que todas las elegidas para el programa lo terminaron "pese a ser muchísimas horas" y ahora "están casi todas trabajando ya".

Desde su perspectiva, este tipo de implicación social es también positiva para las compañías tecnológicas que llegan a Málaga, a las que "les cuesta mucho trabajo captar y retener talento". "Creo que las empresas están también cada vez más concienciadas en contar con talento diverso", expresa García: "Es una cuestión de la propia ciudad. Si tienen que venir profesionales de fuera, a las empresas les cuesta más caro y el precio de la vivienda sigue subiendo. Todos tenemos este interés en que haya capital humano formado en Málaga".

Para él, uno de los retos es encontrar herramientas para medir el impacto social y, así, hacerlo ver de manera más sencilla a las empresas. En cualquier caso, él también es optimista respecto a la proliferación de este tipo de iniciativas en Málaga: "Antes cada uno hacía su iniciativa en su ámbito, pero muchas veces no se veía. Y hay muchísima personas que hacen innovación social... pero no lo saben".