Imagen de archivo del arco de entrada a Marbella.

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Tecnología

Allí el dinero, aquí las ideas: la brecha entre el inglés y el español aún limita a la Málaga tecnológica

Varias iniciativas buscan conectar el talento y capital internacional de la Costa del Sol con el ecosistema local... pero faltan espacios bilingües.

4 abril, 2023 05:00

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En los eventos de startups en Málaga, en los que es común la referencia a la falta de capital riesgo, rara vez participan extranjeros. Mientras tanto, en los actos que inversores realizan en Marbella, el porcentaje de españoles es mucha veces mínimo. Unos necesitan inversión, otros la dan. Están a unos 60 kilómetros de distancia. Parecen dos piezas de un puzzle que podrían encajar a la perfección y, sin embargo...

"Solo con ir a Marbella se ve. Allí hacen sus cosas totalmente independientes de Málaga, estando al lado. Y es por el idioma, no por los kilómetros", reflexiona en conversación con este periódico Azahara Vera. Ella es la responsable de un programa de formación de inversores dentro de Startup Wise Guys, uno de las mayores aceleradoras de startups de Europa, que aterrizó en Málaga hace un año.

Con Startup Wise Guys, han aterrizado emprendedores internacionales del más alto nivel al Polo Digital, pero de nuevo la barrera del idioma les impide encontrar conexiones con proyectos locales. Y algo parecido ocurre con los nómadas digitales de todas partes del mundo, que se han multiplicado desde el auge del teletrabajo por la pandemia, atraídos por los 300 días al año de sol. ¿Cuánto queda por construir del puente que una a la Málaga tecnológica hispanoparlante y la angloparlante?

"Se nos llena la boca de decir que Málaga está muy abierta, pero creo que todavía estamos muy cerrados"

"Creo que se pierden cosas las dos partes. El español está genial en un número de países; pero, si te quieres expandir a cualquier otro lugar, te limita mucho. El inglés te permite abrirte prácticamente a cualquier lugar", argumenta Vera. Desde su perspectiva, se trata de una limitación: "Muchas veces, los inversores descartan al momento a los emprendedores de Málaga que no hablan inglés. Si hablamos de startups, tienes que pensar a lo grande y en expandirte fuera de España".

Para ella, un aspecto relevante es que el ecosistema anglófono de la Costa del Sol está formado por personas de distintos países que también cuentan con el inglés como segunda lengua, pero saben de su importancia como idioma intermedio para comunicarse internacional. "Se nos llena la boca de decir que Málaga está muy abierta, pero creo que todavía estamos muy cerrados. Es ponernos a nosotros mismos barreras", plantea.

Así, el desconocimiento del inglés les supone a las startups locales tanto una dificultad añadida a la hora de internacionalizarse como una barrera a la hora de encontrar potenciales socios globales en su misma Costa del Sol. En ella, se esconden casi sin relacionarse con el ecosistema compañías de éxito provenientes, por ejemplo, del norte de Europa.

"Hay muchos inversores potenciales, emprendedores de éxito, que invierten en sus países de origen y no en startups españolas, seguramente por una mezcla de cultura e idioma", responde a este periódico el ángel inversor de origen inglés y emprendedor en serie Tom Horsey, quien opera un fondo de capital riesgo con equipo en Andalucía. El suyo es un caso paradigmático de adaptación.

[Tom Horsey, el Michael Robinson de los 'angels']

Más allá de la barrera idiomática, Horsey se muestra optimista con las oportunidades aún por explotar de esta heterogeneidad única en la Costa del Sol: "Una de las ventajas del ecosistema de Málaga, desde mi punto de vista, es que hay como un 30% que son de fuera. Eso no se ve en Alicante o Valencia, por ejemplo, y creo que va a más", afirma.

Desde su perspectiva, iniciativas ya en funcionamiento como el club de inversores Marbella Tech Angels o los coworkings en los que conviven locales y foráneos son buenos espacios para ayudar a esa sinergia: "Si estas cosas ya están funcionando de forma natural, se puede fomentar empujando más de una forma proactiva. En esa línea, todos pueden salir beneficiados".

La Oficina del Inversor del Ayuntamiento de Málaga, encargada de la atracción de empresas y trabajadores internacionales, ya ha puesto también la mirilla en su integración después de la llegada a la Costa del Sol. La pasada semana, celebró el encuentro de negocios Málaga, a city of opportunities, que reunió en el Museo Carmen Thyssen a directivos y empresarios foráneos. Horsey fue, justamente, uno de los ponentes.

"A mí me da la sensación de que un poco mejor estamos, pero sí creo que todavía es muy lento. No terminamos de arrancar", concede Azahara Vera sobre los progresos en esa integración lingüística anglo-española.

Ella comprende "perfectamente" la inseguridad que pueda dar presentar un proyecto en un idioma que no es el propio y puede no dominarse, pero invita a ensayar repetidamente para perderle el miedo: "Como en tu idioma materno nunca vas a desenvolverte; pero la realidad es que en otros mercados —como los alemanes, los daneses o los holandeses— son capaces de más o menos de salir adelante. Estamos todos el mismo barco".

"Hay que romper un pelín esas barreras. Con dos copas, todo el mundo se suelta un poquito más", propone, half-joking.