Mar López, en una imagen de archivo en el instituto donde estudió.

Mar López, en una imagen de archivo en el instituto donde estudió. Cedida

Tecnología

Lo que aprendí de 9 años en el búnker de ciberseguridad de Moncloa: "Te tienes que ganar el respeto"

La malagueña Mar López fue la primera jefa de la Oficina de Ciberseguridad del Departamento de Seguridad Nacional: "Cuantas más medidas tengamos, menos cosas nos pasarán; pero seguro que algo va a pasar", afirma.

3 abril, 2022 00:00

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Era el día del cumpleaños de su marido cuando se mudaron a Madrid para incorporarse a Moncloa. La malagueña Mar López, recién fichada entonces por el Departamento de Seguridad Nacional, le dijo al cumpleañero que no deshaciera la maleta, porque seguramente apenas duraría quince días. "Y no me duró quince días. Me ha durado nueve años y dos presidentes del Gobierno. La historia es de ciencia ficción", cuenta López en una entrevista con EL ESPAÑOL de Málaga. ¿Su secreto? Trabajo, capacidad de adaptación... y aprender a hacerse respetar en la mesa de los coroneles.

"Al principio, el puesto te impacta. Me voy a enfrentar a una cosa que es la primera vez que me pasa en la vida y soy la primera persona que va a hacer esto. He sido la primera jefa de la Oficina de Ciberseguridad y Lucha contra la Desinformación. Era crear todo eso, ¡una startup! Todo esto está por crear, lo que a ti se te ocurra y convenzas a los demás de que hay que crearlo...", relata.

Apenas medio año después de salir de Moncloa, con el plan de ciberseguridad que ella impulsó recién aprobado en Consejo de Ministros, López trabaja de nuevo en su ciudad como senior manager de la consultora Accenture. Esta es la historia de cómo pivotó hasta alcanzar las más altas esferas estatales, para luego volver con una de las trayectorias más notables de la Málaga tecnológica bajo el brazo.

Programación en 2º de EGB

Mar López nació en Ceuta, pero se mudó con su familia a Málaga cuando ella tenía 6 años. Fue alumno del colegio Hogarsol, en Héroe de Sostoa, y le pidió a su madre asistir a clases de Informática en 2º de EGB. Fue entonces cuando se inició en programación e incluso le regalaron un ordenador por la Primera Comunión, pero lo que más disfrutaba era jugar.

Aunque quería ser ingeniera de telecomunicaciones —"Tampoco me preguntes por qué", dice—, el ejemplo de su padre le llevó a estudiar Administración y Dirección de Empresas (ADE). "Cuando salí, volví a cambiar. Soy un persona muy cambiante. Entre medias, he hecho muchas cosas: he sido juez de motonáutica, he hecho encuestas, he sido camarera, he vendido pulseras por la calle o piedras en la playa, he hecho de todo. Yo me sentía una pequeña emprendedora. Siempre tenía que hacer cosas", relata.

Entró entonces en el sector turístico con la mirilla puesta en la dirección hotelera, para lo que mantuvo su interés en la tecnología y cómo aplicarla. Un curso en el Parque Tecnológico de Andalucía fue clave: aprendió no solo a aplicar la innovación al turismo, sino también al transporte o a la energía. Su próximo paso fue la consultoría para la transformación digital.

"Ahí también me aburrí", admite. Había vuelto a la innovación en el sector turístico cuando le llamaron:

— Mar, ¿tú cómo te verías trabajando en Seguridad Nacional?

— Pues mira, no lo sé. Tú sabes que me enfrento a todo.

— Bueno, te van a llamar.

El 1 de octubre de 2012, con Mariano Rajoy presidiendo el Gobierno de España, comenzó a trabajar en Moncloa. No fueron quince días.

El búnker

"Es una estrella que te toca; también por haber trabajado mucho, conocer a mucha gente que sepa cómo trabajas. Buscaban un perfil multidisciplinar, tecnológico, que hubiera trabajado con grupos multidisciplinar, del sector privado, que tuviera faceta investigadora...", razona López, que vio cómo el búnker de Moncloa se convertía en su nuevo espacio laboral.

Le quita importancia: este refugio atómico de seguridad que mandó a construir Felipe González fue para ella "una oficina sin ventanas"; eso sí, "a cuatro pisos bajo tierra". Se ganó la confianza de aquel nuevo entorno, militarizado y con poca presencia femenina, "con trabajo, horas y horas y horas".

"Te tienes que ganar ese respeto. Se gana en esa parte de negociación, en dejar espacio a cada uno en base a sus competencias y tenerlos en cuenta según las decisiones que se toman. El respeto se gana cuando haces cosas y los involucras en la toma de decisiones. Te ganas el respeto con trabajo y con resultados, como en cualquier empresa", defiende.

A su salida casi una década después, las Naciones Unidas colocaban la madurez de la ciberseguridad estatal española en la cuarta posición del mundo: "Era el momento de retirarse. A mí no me va ejecutar los proyectos, me va el proponer, liderarlos, fijarlos, ponerlos en funcionamiento y —cuando ya marcha— que siga su camino", valora: "Ahora estoy viendo cómo se ejecutan todos los proyectos que dejé".

Este mismo martes 29 de marzo, el Consejo de Ministros aprobó el Plan Nacional de Ciberseguridaddotado con una inversión de más de 1.200 millones de euros, lo que ha supuesto el último orgullo de la carrera de López: "Es un hito. Es la primera vez en España que tenemos un plan de ciberseguridad. He trabajado en unos cuantos planes y nunca he llegado a este límite, a ser aprobado por Consejo de Ministros y decir que viene acompañado con esa dotación económica. Veníamos avisando esa necesidad desde hace muchos años".

Ya en 2017 el ciberataque WannaCry impactó a más de 190 países y sirvió de "punto de inflexión" de la conciencia de la amenaza a nivel de Estado: "Las infraestructuras críticas y los servicios esenciales cada vez están más conectados a este ciberespacio sin control". "Cuantas más medidas de seguridad tengamos, menos cosas nos pasarán. Pero seguro que algo va a pasar", resume López.

Vuelta a Málaga

Hacía "mucho tiempo" que Mar López quería volver a su ciudad, Málaga. Ha tenido sobre la mesa ofertas por distintas partes del mundo, "puestazos en Asia con mucha pasta", pero a todos respondía lo mismo: "Si no es en Málaga, no me interesa". La consultora Accenture, con su gran sede en el Málaga TechPark, logró el flamante fichaje: ahora ayuda a las empresas a aplicar la legislación que ella mismo impulsó desde Moncloa. El factor para volver a la Costa del Sol, señala la senior manager de Accenture, es puramente personal: ahora puede estar cerca de sus seres queridos.

"No me he movido realmente porque Málaga esté en este momento de explosión sobre el tema tecnológico y la ciberseguridad, sino por la emoción. Estás aquí y ya lo apoyas, lógicamente; pero no me he movido porque esté de moda. Aunque es un plus", valora.

Ahora, para la también vicepresidenta de la iniciativa Women4Cyber, una de las prioridades es visibilizar e impulsar el talento femenino del ecosistema en el sector tecnológico y de ciberseguridad. "Soy muy echada para alante, nunca me ha dado miedo nada. Si no sale, no sale: te echan, te vas y punto. A otra cosa, mariposa. Nunca me ha dado miedo abordar nuevos retos", resume.