Setas en Jubrique.
El pulmón natural más bonito de Málaga para salir a recoger setas este otoño: a tan solo 20 minutos de la ciudad
La provincia reúne unas condiciones privilegiadas de temperatura y humedad durante esta estación, lo que convierte sus bosques en lugares idóneos para la recolección.
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El otoño transforma los paisajes de la provincia en un mosaico de colores, aromas y sabores. Málaga, más allá de sus playas, es también un auténtico paraíso micológico, donde aficionados y expertos encuentran cada año un plan perfecto: salir al campo en busca de setas.
Según la Academia Gastronómica de Málaga, la provincia reúne unas condiciones privilegiadas de temperatura y humedad durante esta estación, lo que convierte sus bosques en lugares idóneos para la recolección.
Eso sí, subrayan que es crucial identificar correctamente las especies, ya que algunas pueden ser tóxicas, incluso mortales. Además, recomiendan siempre recogerlas con cuidado —girándolas suavemente o cortándolas con una navaja—, transportarlas en cestas de mimbre para que se aireen y evitar dañar el entorno, favoreciendo que las esporas sigan repoblando el monte.
Si hay un lugar que simboliza la cercanía de la naturaleza a la capital es el Parque Natural Montes de Málaga, un auténtico pulmón verde situado a apenas 20 minutos en coche desde el centro.
Sus pinares, encinares y alcornoques crean un ecosistema perfecto para que broten setas muy apreciadas como el níscalo, el rebozuelo o incluso la amanita caesarea.
La gran ventaja de los Montes de Málaga es su proximidad: en apenas veinte minutos, cualquier malagueño puede adentrarse en este paraíso natural. Y al final de la jornada, nada mejor que rematar la experiencia con un almuerzo en alguna de las ventas tradicionales que salpican la carretera de Colmenar, donde los “platos de los montes” se convierten en el broche perfecto a la salida otoñal.
La Academia Gastronómica de Málaga recuerda que las setas en la provincia no se limitan solo a los Montes. En enclaves como la Serranía de Ronda, la Sierra de las Nieves, las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama, o parajes concretos como el arroyo de La Ventilla en Arriate y el río Guadiaro, crecen algunas de las especies más buscadas:
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Boletus aereus, muy valorado y frecuente junto a robles, encinas o castaños.
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Seta de pie azul, reconocible por su tono violáceo.
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Níscalo, de color anaranjado, fácil de identificar en pinares.
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Amanita caesarea, también conocida como “yema de huevo”.
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Parasol o Macrolepiota procera, inconfundible por su forma de paraguas.
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Chantarela o rebozuelo, de aroma afrutado.
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Angulas de monte y trompetas de los muertos, dos manjares muy apreciados.
Localidades de la provincia como Cortes de la Frontera o Júzcar celebran incluso jornadas micológicas para enseñar a distinguir especies y promover una recolección sostenible.
A final de noviembre, en Cortes de la Frontera se organizan las Jornadas Micológicas, que promueven un ejemplar modelo de turismo sostenible y de respeto por los recursos naturales. Esas jornadas están declaradas Fiesta de Singularidad Turística por la Diputación Provincial de Málaga.
En plena temporada de setas todos los campos y bosques aledaños a Cortes de la Frontera, y en general, de toda la Serranía, aparecen plagados de níscalos (en otras zonas, llamados robellones), una de las especies más comunes y sencillas de identificar, según detallan desde la Diputación de Málaga.
Platos deliciosos cocinados con alguna de las variedades de hongos son la sopa cortesana, la sopa hervida, la caldereta de cerdo con setas, el solomillo relleno de níscalos, la crema de chantarella o los níscalos con tomate.
Dada la enorme riqueza y gran variedad de hongos existentes en Júzcar, recolectores y estudiosos de la micología acuden cada año para lograr sus preciados tesoros gastronómicos. El Ayuntamiento de Júzcar, en el mes de noviembre, organiza entonces una de las más reputadas jornadas micológicas de Andalucía.
Entre las especies comestibles que existen en el término municipal de Júzcar destacan el champiñón silvestre, la seta de chopo, la yema de huevo, el boleto de verano, la chantarela, la lengua de vaca, el níscalo, la faisán, la pie azul, la parasol, la seta de cardo, la crespilla rosa y la carbonera.