
Atajate mantiene su tradicional estructura de pueblo blanco.
Este es el pueblo más pequeño de Málaga: enclavado entre dos valles y conocido por sus rutas de senderismo
Su gran tesoro es el entorno que lo rodea: montañas, senderos y una naturaleza que cambia de colores según la estación, del verde intenso en primavera al ocre cálido en otoño.
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La provincia de Málaga guarda auténticos rincones con encanto y paisajes naturales perfectos para una escapada. Uno de esos pueblos es Atajate, el municipio con menos habitantes de toda la provincia, según el Instituto Nacional de Estadística. Se encuentra en plena Serranía de Ronda, en el corazón del Valle del Genal, y forma parte de los conocidos pueblos blancos.
Con apenas 187 vecinos, Atajate es el pueblo más pequeño de Málaga. Su gran tesoro es el entorno que lo rodea: montañas, senderos y una naturaleza que cambia de colores según la estación, del verde intenso en primavera al ocre cálido en otoño.
El casco urbano conserva varias fachadas del siglo XVIII y algunos lugares que merece la pena visitar. Uno de ellos es la Fuente-Lavadero, una sencilla construcción cubierta que, en su día, era donde las mujeres del pueblo lavaban la ropa. También está la fuente del Barrio Alto, otra parada interesante.
Entre sus monumentos destaca la iglesia de San José —también conocida como San Roque— construida en el siglo XVIII. Aunque la iglesia fue reformada un siglo después con un estilo barroco, aún conserva parte de su antigua portada renacentista de ladrillo, considerada la construcción más antigua del pueblo.
Paseando por sus calles puedes encontrarte con el Museo Abierto del Mosto. A través de paneles, dibujos y herramientas tradicionales como una antigua prensa, se cuenta cómo se elabora esta bebida tan típica del pueblo.

Vista del municipio de Atajate.
Atajate está a 745 metros de altitud, entre los valles del Guadiaro y del Genal. Desde aquí se disfrutan unas vistas espectaculares de la comarca, y es el punto de partida de tres rutas de senderismo reconocidas por la Federación Andaluza de Montañismo. También cuenta con una vía ferrata para quienes buscan algo más de aventura.
Gastronomía
La cocina de Atajate está muy ligada a los productos del campo. Aquí son típicos los guisos con hierbas silvestres, la olla, el conejo en salsa y el gazpacho andaluz.
Los dulces también tienen un papel importante, con clara influencia morisca. Entre los más conocidos están los pestiños, piñonates, roscos, quesos de almendra y los curiosos "enreaíllos", muy típicos en celebraciones.
Y si visitas el pueblo en noviembre, no te puedes perder la Fiesta del Mosto. Es una celebración reconocida por su Singularidad Turística Provincial, en la que el mosto y las migas son los grandes protagonistas. Una cita perfecta para disfrutar de la tradición, la gastronomía y el ambiente local.