
El artista Pedro Zamora.
“Málaga es un territorio complicado. Hago mi trabajo lo mejor posible, acudiendo donde me llaman y toca París”
A título personal | El artista Pedro Zamora expondrá en la capital francesa sus obras creadas a partir de materiales encontrados en la calle durante enero y febrero.
Más información: Las obras del artista malagueño Pedro Zamora llegan a París: 'Antítesis', una exposición que parte de lo desechado.
El arte a través de los ojos del artista Pedro Zamora es algo completamente diferente a lo que se está acostumbrado. Sus obras, en vez de partir de un lienzo en blanco, nacen de materiales que tienen una historia propia. Cubiertas de libros, cartones degastados, plásticos de la calle y marcos de cuadros son los protagonistas de su última exposición Antítesis.
Arquitecto de formación y pintor por vocación, asegura que su trayectoria está marcada por una búsqueda incesante de libertad creativa y autenticidad. Su primera exposición fue en Pamplona en 1999 y ahora han viajado hasta París. En concreto, a la Galería de Arte Tourrette de la parisina Carole Korngold, donde se encuentran sus obras desde el pasado jueves 9 de enero.
Entre obra y obra, Zamora busca un hueco para atender a EL ESPAÑOL de Málaga para la sección de A título Personal. Durante la conversación asegura que ha recorrido un gran camino pasando por Málaga, Barcelona y Milán hasta llegar a la capital francesa, donde está cumpliendo un sueño.
El decantarse por diferentes materiales para crear arte le viene desde muy pequeño. Su pasión estaba fija en la forma, razón por la que decidió hacerse arquitecto, pero como la vida es "cortita" ha decidido dedicarse en "cuerpo y alma" al arte y a crear obras que cuenten una historia sin una gota de pintura.
En sus obras dicen que no hay ni una gota de pintura, ¿Cómo es eso?
Esa es la parte más amplia de mi trabajo pictórico que está formada por obras hechas por piezas, colores y texturas que he encontrado en la calle. Principalmente utilizo la cubierta de los libros que con el paso del tiempo cogen un tono matizado. También uso cartón y plástico. En definitiva, materiales que recojo de la calle, que encuentro en mercadillos y con los que voy buscando los colores que en teoría no se pueden pintar sino que ya están en la vida. Esta es una parte importante de mi obra pictórica, aunque también hay algunas piezas en las que pinto con pintura, pero sobre cubiertas de libros, es decir, no parto de una superficie blanca, de un lienzo en blanco, sino que ya parto de algo que ha tenido una historia, que ha tenido una vida, un sufrimiento y a partir de ese hilo construyo.
¿Cómo decidió comenzar a hacer arte con materiales que encontraba en la calle?
Fue un proceso natural. Hace muchísimos años que pintaba y dibujaba de manera figurativa. He pintado con tinta, con óleo, con acrílico. De ahí pasé a los collages, donde empecé a utilizar recortes de trozos que ya están en la vida de revistas de periódicos. Este collage se fue haciendo más fuerte y carnal porque fui abandonando la figuración para convertirlos en collages y en lugar de hacerlo con papel los hacía con cartones que encontraba en la calle porque me gustaban esos colores. Ese collage de cartón se ha transformado en esta pintura que hago ahora, que son piezas más potentes y donde ya no es cartón, sino cubiertas de libros. Todo ha sido un proceso natural en el que he ido buscando una serenidad en la presencia y un misterio que no es evidente, que no es figurativo, sino como una presencia maravillosa.
También es arquitecto, ¿Siempre tuvo claro a qué se quería dedicar?
A los 5 o 6 años lo que me importaba era el mundo de la forma. También llevaba desde el principio la idea de ser arquitecto porque los espacios me influían y creía que eso podía ir conmigo desde muy pequeño. En paralelo al amor por la forma, la arquitectura y el espacio, llegó el amor en su forma digamos más sublime, más concreta, que es el arte.
He estudiado arquitectura, soy arquitecto y he trabajado como arquitecto, pero siempre en paralelo, incluso durante la carrera, he cultivado el dibujo y la pintura. Al final como esta vida es cortita he decidido dedicarme en cuerpo y alma a la pintura porque me da una libertad que la arquitectura no, ya que depende de muchos factores para llevarla a cabo. En cambio, la pintura me da la libertad de terminar la obra.
¿Cuándo llegó su primera exposición?
Mi primera exposición fue en Pamplona en el 1999, tenía 30 años y ya en esa primera exposición había toda esta muestra en la que había pintura, óleos, dibujos a tinta y escultura en bronce.
¿Y cómo ha sido su camino desde aquella primera exposición?
Ha sido un camino en el que entré sin tener ninguna referencia. Tampoco tenía un apoyo claro de nadie y era un mundo absolutamente ajeno a mí y a mi familia. He hecho un camino un poco a ciegas, con intuición y sin mucha ansia de tener que llegar a ningún sitio, pero sí con mucha concentración de hacer mi obra de una manera continua, firme y sin mirar demasiado a los lados. Eso me ha permitido a desarrollarme y no estar demasiado pendiente un poco del marketing que muchas veces es lo que domina en el mundo incluso más allá de la obra.
¿Y a Málaga cuándo llegó? ¿Le han abierto muchas puertas?
Málaga es un territorio, como todos, complicado. He expuesto en diversas ocasiones, la más importante fue la exposición individual que hice en 2019 en el MUPAM y algunas más colectivas. Málaga tiene na manera propia de hacer. Por ejemplo, allí no tengo galería, en cambio, sí tengo galería en Madrid y en París, con lo cual se ve lo misterioso que es todo.
Y a la hora de tocar puertas y hacerme un hueco, ¿dónde me tengo que hacer el hueco? Estoy haciendo mi trabajo lo mejor posible y uno acude a donde le llaman, si me llaman en París pues será por algo y estoy encantado. Ojalá también ocurra eso en Málaga pronto. He expuesto en la Galerìa de Arte de Marita Segovia y lo hago cada año y medio. Y también pasé en el 2021 por la Antesala del Ateneo.
Ha pasado por Pamplona, Barcelona, Milán y ahora París.
El recorrido no es evidente, no es que haya una ruta trazada por nadie, sino que te van llamando de sitios más o menos insospechados. Empecé exponiendo en Pamplona, luego Málaga, Barcelona, también en Italia, donde he hecho tres exposiciones individuales en Milán, que es una ciudad que adoro. Probablemente esté más cerca estéticamente de algunos pintores italianos, de lo que pueda estar de otros más cercanos físicamente.
Al hablar de Málaga, yo me considero malagueño y encantado, pero después las familias formales o las familias espirituales que tenemos los artistas no forzosamente están al lado nuestro físicamente, es decir, no son de nuestra misma ciudad. Creo que uno tiene que hacer su obra y buscar sus amigos con tranquilidad para después hacer un paralelismo en el arte.
¿Cómo llegó a París?
Gracias a uno de los muchos intentos que hago por contactar con galerías me parecen interesantes. Esta galería francesa me parecía desde hace tiempo una maravilla. He tenido la suerte de conocer a la galerista que se llama Carole Korngold y es una persona muy especial, y valiente, que está llevando a cabo un trabajo que aprecio muchísimo porque apuesta por un gusto muy personal más allá de las modas. Creo que afina mucho en el tipo de artistas que lleva y realmente cuando ella me llamó supuso una alegría absoluta para mí porque veía que congeniaba con el tipo de artistas y de obras en las que ella estaba interesada. Me ha hecho exponer Antítesis los meses de enero y febrero.
Esta vez en París va con sus obras sin pinturas y cubiertas de libros, pero yendo al extremo, ¿a qué se refiere?
En este caso, lo de hacer pintura sin pintura, utilizando material que encuentro en la calle, lo llevo al extremo porque he partido de marcos antiguos. Como utilizo siempre material de la calle, he puesto el ojo en el marco como elemento de inicio de la pintura, como objeto que conlleva una textura y un color que tiene una historia. A esos marcos antiguos que he ido encontrando o buscando y que me llaman de alguna manera, les he dado una vuelta de tuerca más porque los utilizo en la mayoría de los casos bocabajo. No me interesa el marco dorado de toda la vida sino que lo que me gusta es la madera desgastada e impura y sin tratar de la parte de atrás que tiene una arquitectura que ya me pone en funcionamiento con lo cual ya el inicio también es de elemento encontrado, perdido, que he buscado y con el que voy a trabajar.
¿Cómo le llegan estos materiales?
Todo este material, un poco conflictivo, con el que trabajo, es porque estoy atento a cosas que me interesan. Antes las encontraba en la calle, sobre todo material para la escultura como maderas callejeras, muebles rotos o de subastas. Estoy abierto a todo para encontrar el tipo de materia prima que a mí me interesa. En cuanto al tiempo de elaboración de una obra, el tema está en almacenar material, tener un stock de material que después en el estudio pueda utilizar.