Cuando el de Málaga fue el primer festival del cine nacional en celebrarse tras la irrupción de la Covid-19, toda la industria se volcó —más aún— en la Costa del Sol. Varios de los grandes estrenos del séptimo arte español en los últimos años se han producido en las butacas del Cine Albéniz o el Teatro Cervantes antes que en ninguna otra sala española, como Las niñas (2020), Cinco lobitos (2022) o Alcarràs (2022).

Esa relevancia se vio reflejada en la cantidad de nominaciones y galardones en los premios Goya, que se multiplicó: nueve de los 37 cabezones que las películas estrenadas en Málaga han cosechado a lo largo de su cuarto de siglo de historia se han cosechado en los últimos tres años, un cuarta parte en los últimos tres años.

Ese será el registro del que tenía que coger el relevo la edición de este año del certamen, que se ha celebrado desde el viernes de la semana pasada hasta este sábado. Todavía es pronto para determinar cuál será la trayectoria en salas y entregas de premios de las cintas exhibidas en los últimos días, pero el primer veredicto es... que la sección oficial del Festival de Cine de Málaga sigue en buena forma.

Fotograma de la película 'Sica'.

Conexión Berlín-Málaga

Después de que el año pasado Alcarràs se presentara en Málaga tras haberse hecho con el histórico Oso de oro de la Berlinale, en esta edición se ha asentado aún más el puente que une el certamen germánico y el español.

Tres son las películas que han llegado desde la capital alemana directamente hasta la de la Costa del Sol: Sica, un juego de espejos entre la poderosa naturaleza de la Costa de Morte y el duelo de una adolescente; Matria, un áspero reflejo de la precariedad en la mediana edad, y 20.000 especies de abejas.

Fotograma de la película 'Matria'.

Sica no ha entusiasmado en exceso, pero Matria sí que se llevó los vítores del público. Su actriz protagonista, María Vázquez, está en todas las quinielas para aspirar a la Biznaga de Plata por su interpretación... y habrá que ver si toca a la puerta de los Goya.

Mención aparte merece 20.000 especies de abejas. La cinta, que salió premiada con el Oso de Plata a la Mejor interpretación protagonista para Sofía Otero, cuenta la historia de una infancia trans y es probablemente la mayor favorita a hacerse con la Biznaga de Oro a mejor película española.

Fotograma de la película 'Zapatos rojos'.

Calidad latinoamericana

En cuanto a la Biznaga de Oro a mejor película latinoamericana, será complicado para el jurado elegir entre varias propuestas de quilates. No es una competición entre el cine hecho hispano a uno y otro lado del charco, pero no es descabellado considerar que el paquete de cine americano estrenado en Málaga este año ha superado al español.

Está la entrañable Empieza el baile (Argentina), la tensa Upon Entry (de directores venezolanos), la reivindicativa La pecera (Puerto Rico) o la hipnótica Rebelión (colombiana); pero dos propuestas destacan sobre las demás. Son la mexicana Zapatos rojos y la chilena El castigo.

Fotograma de la película 'El castigo'.

La primera relata la historia de un anciano granjero que debe desplazarse hasta la gran ciudad para reconocer el cadáver de su hija; la segunda, la tensa búsqueda a tiempo real de un niño desaparecido en el bosque. Las quinielas parecen poner algo por encima a Zapatos rojos.

Maternidad y 'coming of age'

Esta edición ha estado protagonizada por las reflexiones en torno a la maternidad/paternidad (El castigo, Las hijas, Una vida no tan simple, Zapatos rojos...) y las historias del paso a la madurez de adolescentes y jóvenes o coming of age (Desperté con un sueño, Els encantats, Las buenas compañías, Saudade fez morada aqui dentro...).

Fotograma de la película 'La desconocida'.

En ese sentido, se han agradecido por la disrupción películas como El fantástico caso del golem o La desconocida, que pretenden tener un sello de autor más marcado y juegan a intentar sorprender, aunque ninguna de las dos ha salido redonda. Son, en cualquier cosa, buena muestra de la heterogeneidad de la que puede hacer gala el Festival de Cine de Málaga. Calidad, otro año más, no ha faltado.