Las hermanas Carmen y Mariló, gerentes de Casa Carlos

Las hermanas Carmen y Mariló, gerentes de Casa Carlos Casa Carlos

Málaga

Carmen y Mariló, cocineras, rotundas sobre la hostelería: "Cocinar de verdad, como lo hacía nuestra madre, no se ve"

Las hermanas al frente de Casa Carlos critican la comida prefabricada y el papel distorsionado de las redes sociales, reivindicando una cocina tradicional hecha a fuego lento, como en casa.

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Francisco Sánchez
Publicada

Entre platos de cuchara, callos que huelen a su madre Dolores y un gazpachuelo imposible de encontrar en restaurantes “modernos”, las hermanas de Casa Carlos lo dicen sin rodeos: “Esto no es comida para Instagram, aquí se cocina como en casa".

Este local familiar de La Malagueta lleva décadas ofreciendo lo que ellas mismas llaman "comida con alma", en contraste con lo que abunda en el centro de Málaga. "Tú ahora lo que ves son platos bonitos para las fotos, colaboraciones y postureo. Pero lo que es cocinar de verdad, como lo hacía nuestra madre, ya casi no se ve", lamentan.

"Las redes no dicen la verdad. Viene gente con la foto del salón de arriba y se enfadan porque está cerrado", declaran las hermanas. "Nadie pregunta por el sabor, por cómo se hace la comida o por qué no usamos elementos industriales para hacer la comida", afirman.

También hay espacio para una crítica frontal a la industria alimentaria: "Mucho pan sin gluten o integral, pero nadie pregunta por cómo está hecho. La mayoría está enganchada al sabor rápido que crea adicción". comenta mientras recuerda que su empanado no lleva potenciadores de sabor.

Frente a la sofisticación del centro de Málaga, donde hasta las ensaladillas rusas se presentan en copas y se cobra hasta por el montaje más que por el bocado, las hermanas presumen de tener la receta que inspiró a muchos chefs con estrella Michelín.

La nostalgia de una ciudad que cambia demasiado rápido se palpa en cada plato. Mientras muchos locales se adaptan al turismo masivo, ellas bajan la persiana los fines de semana y se permiten cerrar en agosto "porque el cuerpo también tiene un límite".

Casa Carlos no quiere competir por estrellas, sino recuerdos. Su receta es sencilla: comida honesta, fuego lento y una familia que, desde hace tres generaciones, cocina como si fuera para su gente. "Y eso, por muchas fotos que se suban, no se puede fingir", recalcan las hermanas Carmen y Mariló.