El nivel de preocupación que generan los datos estadísticos sobre los efectos del cambio climático en la provincia de Málaga alcanza una dimensión superlativa. Lejos de los años en los que una charla sobre el tiempo era de lo más intrascendente, cualquier mención actual a las temperaturas o a la falta de lluvias obliga a una profunda reflexión sobre el estado de la cuestión.

Y los datos científicos constatan la gravedad del asunto. La última muestra es el balance dado a conocer por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) sobre el comportamiento del clima en los meses de marzo, abril y mayo.

Las mediciones realizadas por los expertos permiten concluir que esa "primavera climatológica" ha sido "extraordinariamente cálida" en la provincia de Málaga. En el intervalo de esos tres meses la temperatura media ha sido de 17,4 grados centígrados, "2,5 más que lo normal en el periodo de 1991 a 2020".

Así lo explica Jesús Riesco, director del Centro Meteorológico de Málaga, quien precisa que, como ocurre en Andalucía y en España, estos parámetros hacen que se trata de la primavera "más cálida desde el año 1961, que es desde cuando se tienen datos". "Cada vez se acumulan más récords", admite con pesar, incidiendo en el hecho que, habitualmente, estas mediciones históricas están relacionadas con el alza de las temperaturas.

Ola de calor. Europa Press

Sirva para fijar la gravedad del dato más reciente que hay que irse a los años 1961 y 2015 para encontrar los valores más próximos. En ambas anualidades la temperatura media fue de 16,3 grados, 1,4 grados por encima de la media de todo el periodo. ¿Y cómo fue la situación en la primavera del año pasado? Riesco informa que en esos tres meses la media fue de 15,5 grados, lo que supone casi 2 grados menos que ahora.

Si bien esta primavera tiene la etiqueta de "excepcional", el responsable del Centro Meteorológico llama la atención sobre el hecho de que son ya varios los ejercicios en los que se observan valores por encima de la media. "Venimos de un 2019, de un 2020, de un 2021 y de un 2022 con primaveras cálidas o muy cálidas", destaca. 

Muchas menos lluvias

El aumento de las temperaturas ha ido ligado, en este caso, a unas precipitaciones sensiblemente más bajas que la media registrada entre 1991 y 2020. En concreto, el experto mide una lluvia media de 59,4 litros por metro cuadrado en la provincia, un 35% por debajo de lo normal.

Un valor que hace que sea la cuarta primavera con menos lluvia desde 1961. Los datos fueron incluso peores en 1977, con 30,9 litros; 1987, con 39 litros, y 1995, con 53 litros. Respecto a la primavera del año pasado, el contraste es mayúsculo, dado que esos tres meses de 2022 se registraron 286 litros de media.

Por más que parte de esta semana está marcada por lluvias débiles y moderadas, Riesco advierte que es algo puntual y que lo normal es que tanto el fin de semana como el resto del periodo esté seco.

Siguiendo la línea de lo ocurrido esta primavera, el verano se presenta ciertamente cálido. Aunque sin datos precisos sobre temperaturas, el responsable del Centro Meteorológico admite que es más que previsible que esté entre los más cálidos de la historia de la provincia.

"Hay una alta probabilidad, de entre el 50 y el 70%, de que sea un verano más cálido de lo normal, en especial en la mitad oriental, donde estamos", arguye. Y ello implica que muy posiblemente haya no solo un crecimiento de las temperaturas más altas, sino también de las mínimas nocturnas. 

Olas de calor

La tendencia expresada por la Agencia Estatal de Meteorología tiene relación directa con otros estudios científicos que hacen prever que la provincia de Málaga será uno de los territorios de España que en los próximos años más sufrirá las olas de calor.

Uno de estos trabajos, publicado en 2021, fue elaborado por la Fundación Matrix, vinculada a la Universidad de Vigo. En el mismo, se precisaba que las olas de calor registradas en la mayoría de municipios malagueños en los últimos años se habían disparado por encima del 10%.

Una de sus particularidades es que incorporaba una serie de herramientas mediante las que cualquier vecino podía situar la lupa para conocer la situación en la que se encuentra su municipio. Aplicando este instrumento se podía concretar el nivel de variación de las citadas olas de calor. Los mayores incrementos se localizaban en municipios costeros como Marbella, con el 14,8%; Mijas, con el 14,5%; Rincón de la Victoria, con el 14,4%, y Málaga capital, del 13,7%.