Los peregrinos de la parroquia de La Victoria de Málaga en la Catedral de Santiago.

Los peregrinos de la parroquia de La Victoria de Málaga en la Catedral de Santiago. Cedida.

Málaga

La diócesis de Málaga llega a Santiago: "Es mentira que somos muy pocos los que seguimos a Jesús"

La peregrinación europea de Jóvenes ha congregado en la capital gallega a más de 500 malagueños con motivo del año Jacobeo 21-22.

9 agosto, 2022 05:00

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Más de 500 fieles de la diócesis de Málaga han emprendido camino hasta Santiago de Compostela con ocasión de la Peregrinación Europea de Jóvenes (PEJ), celebrada del 3 al 7 de agosto en la capital gallega. "Los jóvenes malagueños también formamos parte de la juventud del papa", expresa a EL ESPAÑOL de Málaga Lola Jiménez, una de las peregrinas de la Parroquia de la Amargura que ha representado a los cristianos católicos de su ciudad durante los cinco días de duración de la PEJ. 

En un principio, formaba parte del Año Santo —o Jacobeo— 2021, pero con motivo de la pandemia de la Covid-19, el papa Francisco decidió conceder a la archidiócesis de Santiago de Compostela una ampliación hasta 2022 y lanzó un mensaje a los jóvenes: "Ahora les toca a ustedes presentar una nueva cara de Europa". Cabe recordar que el Año Santo se celebra cada vez que, como en 2021, la festividad del apóstol Santiago —25 de julio— cae en domingo. Esto sucede tan solo 14 veces cada siglo.

La Iglesia de Málaga salió el 30 de julio hacia Vigo, donde comenzaron la ruta que trazan las conchas de vieira, símbolo del Camino de Santiago, por la senda portuguesa. En la última fase del camino un encuentro repentino permitió que las diócesis de Andalucía entrasen todas juntas a Santiago: "Fue muy bonito", declara María Jiménez, una de las peregrinas de la Parroquia de El Salvador de Málaga.

Casi 12.000 fieles europeos asistieron a este encuentro masivo. De ellos, más de 10.000 eran españoles, a los que se unieron jóvenes de Portugal, Alemania, Italia, Grecia, Líbano, Hungría o Polonia, entre otros, que no quisieron perderse la oportunidad de pasar junto a otros cristianos unas jornadas de oración y ocio.

La tarde del 3 de agosto, todos los peregrinos se unieron en la plaza de Obradoiro para la inauguración de la PEJ: "Allí todo el mundo estaba contentísimo, todos con una sonrisa en la cara", explica Andrés Cava, un joven de la parroquia de La Victoria de Málaga, a quien aún se le nota rebosante de felicidad.

Bajo la organización de la Conferencia Episcopal Española y la archidiócesis de Santiago, todas las delegaciones pudieron ser acopladas y alimentadas en diferentes puntos de la ciudad. "La logística del encuentro estuvo muy bien", apunta María Jiménez, quien añade: "Incluso había una aplicación para el móvil donde podías consultar la temática y el lugar de los talleres de por la tarde".

Andrés Cava asegura que es una experiencia que ha marcado la vida de todos los que estuvieron allí por una sencilla cuestión: han encontrado la respuesta a la pregunta "¿Qué quiere Dios de mí?". Asimismo, confirma en esta experiencia que su camino es "ser padre de familia y estar siempre cerca de los suyos".

Cada diócesis fue acoplada en diferentes escuelas y colegios mayores. Los 500 malagueños dormían en el centro Compañía de María, donde descansaban a ras del suelo del pabellón. "Cada grupo se quedaba en un lugar distinto, porque éramos 12.000 personas, no cabíamos. Es mentira que somos muy pocos los que seguimos a Jesús", afirma Lola Jiménez. 

"Cada mañana teníamos catequesis, oración y misa, y a la hora de comer, teníamos un punto asignado donde recogíamos el pícnic: un primero, un segundo y una manzana", describe Lola, contando también que en los ratos libres de por las tardes trataban de acercarse a la gastronomía gallega comiendo pulpo, "lo típico". Siguiendo con la rutina de cada día, cuenta que por las noches había conciertos: "Vinieron Hakuna Group of Music y Grilex, un rapero cristiano que es la leche".

Los cristianos europeos han "invadido" las calles de Santiago la semana del 3 al 8 de agosto, lo cual ha generado protestas por parte de algunos lugareños, que han calificado de "incívicos" a los peregrinos en medios locales. Sin embargo, Lili Giménez, peregrina de la parroquia de El Salvador lo apreció de otra manera: "La llegada a Santiago cantando, bailando y «formando lío», como dice el papa, fue una experiencia maravillosa y parecía que los ciudadanos de Santiago estaban contentos de vernos tan alegres".

Lili cuenta que "ha sido un chute de energía" después de estos años de pandemia. En relación con el lema del encuentro (Joven, levántate y sé testigo), detalla que era lo que los jóvenes católicos necesitaban "para poder seguir siendo testigos, para poder seguir llevando el amor de Dios a todos".

La dimensión del evento no ha dejado indiferente a ninguno de los presentes, que durante los cinco días de duración, han podido sentirse parte de la comunidad cristiana europea. María Jiménez, al llegar a Santiago y verlo repleto, pensó: "Si hay 12.000 jóvenes aquí, es por algo".