Muchos estudiosos y otras tantas teorías han intentado determinar, sin éxito, dónde descansa el cuerpo de Federico García Lorca. Las informaciones sobre el paradero de los restos del autor de la Generación del 27, fallecido en el 36 a manos de las tropas franquistas, son confusas y contradictorias. Ahora, Eugenio Merino ha querido emular que su cuerpo está en Madrid: una interpretación a modo de homenaje al que considera el desaparecido más universal de la guerra civil.

El artista regresa a la escena artística de la capital después de más de una década sin exhibiciones individuales. Esta muestra, titulada 'Ruina', pretender ser una experiencia profunda que explore el contexto industrial y obrero de Carabanchel, donde se halla la obra, como un paisaje arqueológico que sirva de metáfora.

En la galería Memoria donde tiene lugar 'Ruina' los espectadores pueden, de hecho, pisar literalmente el cristal que cubre la zona donde yace 'enterrado' Lorca, simbolizando la conexión con aquellos que yacen bajo tierra. Y apoyarse en el pasado, la historia, para avanzar. A su alrededor en un espacio industrial, nada más que 200 metros cuadrados de arena "incómoda" sobre la que andar, tal y como expresa Alejandro de Villota, fundador de la instalación.

Esta figura hiperrealista rehúye de las representaciones heroicas. No tiene nada que ver, desde luego, con la estatua del poeta granadino ubicada en la Plaza de Santa Ana de la capital, a unos kilómetros de distancia. Allí, su representación sujeta una paloma entre sus manos como símbolo de la paz.

Merino es un artista transgresor acostumbrado a la polémica y sin miedo a trabajar alrededor de la historia de España. Llegó a meter a Francisco Franco en una nevera de Coca-Cola. También, junto a Santiago Sierra, creó un 'ninot' gigante del Rey Felipe VI de cuatro metros que ardió un año después.

Compromiso ideológico

La muestra abrió el pasado 2 de marzo y permanecerá hasta el 11 de mayo. El actor Alberto San Juan leerá allí el 11 de abril una serie de textos de Lorca reunidos por Víctor Fernández que muestran el compromiso político de Lorca.

El autor fue sin duda una de las firmas más relevantes (si no la que más) de la literatura española del siglo pasado como prosista, dramaturgo y poeta. De acuerdo a lo afirmado por Merino a Efe "tenía un compromiso claro con la izquierda y con los derechos de los más necesitados". Destaca además cómo "en 'Poeta en Nueva York' defiende los derechos de los negros en Estados Unidos" además de hablar "del capitalismo como un sistema completamente deshumanizado".

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A su parecer se ha intentado despolitizar su trabajo, con lo que cualquier ideología puede reivindicarlo a su favor. Algo que choca con el hecho de que lo mataron por ser de izquierdas y homosexual. Todo ello ha querido esconderse y Lorca ha sido objeto de múltiples interpretaciones y revisionismos. La visión política del poeta, su defensa de la causa republicana y su libertad sexual, son ejes centrales de análisis en su trabajo.

Merino relata que hay quien pisa el cristal y quien solo lo mira. Cree que "pisarlo no es pisar a Lorca, es entender que nosotros pisamos un suelo que está lleno de fosas comunes y de crímenes que no se han juzgado".

La muestra cuenta, además, con un texto crítico elaborado por la historiadora de arte Semíramis González, que profundiza en los elementos políticos y sociales de la obra de Merino y la relevancia contemporánea de Lorca.

Según ella, "la ruina que tenemos ante nuestros pies es una reliquia del pasado que habla a nuestro presente y que Eugenio Merino ha llenado de dignidad. Dignidad debida a la persona que era Lorca y dignidad a quienes, como él, han vivido y viven bajo la condena del silencio por una sociedad homófoba que, aún hoy, asesina".