General Lacy, 22, uno de los edificios de Madrid en contra del alquiler turístico.

General Lacy, 22, uno de los edificios de Madrid en contra del alquiler turístico. Europa Press

Madrid Capital

Un grupo de vecinos de Madrid se pone en pie de guerra y clama contra los alquileres turísticos: "Echan a inquilinos históricos"

Miembros de tres comunidades han acudido al Congreso de los Diputados para protestar contra los propietarios que quieren que abandonen sus casas.

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Madrid es una ciudad que vive tensionada por la situación de su mercado inmobiliario. Probablemente, este sea el sector más complicado de analizar, ya que en ocasiones, ni siquiera sus expertos tienen una opinión unánime sobre cómo afrontar sus variaciones y movimientos.

Este mercado está influenciado por varias problemáticas que en la mayoría de los casos llevan consigo que cada vez haya menos oferta y más demanda. El principal problema es el aumento de los precios, los cuales cada mes registran máximos históricos tanto en la comunidad como en la ciudad.

Otro de los problemas más graves del sector de la vivienda en Madrid son los 'okupas'. La crecida de casos provoca que los propietarios sean cada vez más reacios a poner sus pisos en alquiler y se decantan directamente por venderlos o incluso por tenerlos vacíos.

Y avanzando por esa lista de problemas damos con uno de los que está más de actualidad. Son los pisos que se destinan a alquileres turísticos y que siguen reduciendo aún más la oferta de aquellos que buscan emanciparse o un cambio de aires.

En esta situación se encuentran varios grupos de vecinos que se han convertido en noticia en las últimas semanas. Todos ellos comparten un mismo problema y es que sus arrendatarios les quieren echar de sus casas a pesar de ser inquilinos históricos para poner pisos de alquiler turístico.

Guerra por los alquileres turísticos en Madrid

Los vecinos de Madrid que están padeciendo esta situación son los inquilinos de General Lacy 22, Mesón de Paredes 88 y Modesto Lafuente 8. Estos 'madrileños' aseguran ser víctimas de "acoso inmobiliario" por parte de los propietarios de estos bloques.

Tanto es así que hace unos días denunciaron su situación ante la Dirección General de Consumo del Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Como elemento principal de esta denuncia se encuentran las presiones que aseguran llevar sufriendo durante un largo tiempo.

Con motivo de esta movilización fueron atendidos por varios responsables del departamento que encabeza el ministro Pablo Bustinduy. Y el objetivo no era otro que alzar la voz contra lo que consideran "una ofensiva especulativa" que afecta a miles de personas en Madrid y en España.

En este caso, los vecinos que han dicho basta ante su situación pertenecen a los barrios de Palos de la Frontera, Lavapiés y Ríos Rosas de la ciudad de Madrid. Todos ellos tienen algo en común y es que son inquilinos con contratos de larga duración o que llevan incluso décadas en estos pisos.

Sin embargo, para conseguir que se marchen, los propietarios han puesto en marcha una serie de medidas para hacer la vida imposible a sus arrendados, tal y como estos denuncian. El objetivo, según la parte acusadora, es convertir estos edificios en pisos turísticos o viviendas de lujo.

Así, podrían sacar por ellos una mayor rentabilidad económica. Esta queja, que ha llegado incluso al Congreso de los Diputados, se recoge en un comunicado conjunto en el que denuncian que los dueños de estos edificios "no esconden su objetivo de vaciar los edificios".

Por ello, alzan la voz para denunciar que les quieren "expulsar" a pesar de ser en muchos casos "inquilinos históricos" para así "revalorizar los inmuebles mediante una transformación que priorice la inversión por encima del derecho a la vivienda”.

Estos vecinos aseguran sufrir presiones, unas más explícitas que otras, con el objetivo de que se rompa "la voluntad de permanencia" y así "forzar desahucios invisibles". Unas presiones que estarían orquestadas supuestamente por la familia Campos Cebrián - González Ruano, propietarios de los tres edificios.

De momento, la situación es de máxima tensión, pero los vecinos de estos tres edificios se sienten con fuerzas para seguir unidos. De momento, ya se han unido al Sindicato de Inquilinos para seguir haciendo fuerza y protestar contra la especulación que está golpeando a toda la Comunidad de Madrid.

Ahora, confían en que Consumo siga de cerca su caso, pero también el de las otras 30.000 viviendas aproximadamente que se encuentran en esta situación. En muchos de esos casos, los propietarios emplean técnicas llamadas de desgaste.

En muchos casos, estas pasan por descuidar los inmuebles y acumular desperfectos que permanecen sin arreglar durante años. Desde goteras hasta fallos en el sistema eléctrico. El objetivo no es otro que crear un entorno insostenible, empujando a los inquilinos a abandonar las viviendas.

Por ello hablan de desahucios invisibles, porque aunque abandonan las viviendas por sus propios medios, lo hacen tras perder una batalla de desgaste. Cortes en la luz, el agua o el gas, encubiertos incluso en falsas averías, son de las maniobras más habituales.

Además, en muchas ocasiones, las negociaciones las hacen a través de terceros que en lugar de acercar posturas lo que hacen es amenazar e intimidar por orden de los propietarios. Y por último, llegan las negativas a renovar contratos sin justificación alguna.

Esto hace sentir a los inquilinos históricos como 'okupas'. Una situación que no es única de estos tres edificios, sino que se ha extendido ya por toda la Comunidad de Madrid de manera generalizada en lo que ha pasado a ser considerado un 'acoso inmobiliario estructural'.