Yassine Kanjaa, este lunes, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Nacional.
Los feligreses de la misa que interrumpió el yihadista de Algeciras: "Iba a por el cura. Le cogió y le mató con el machete"
Machete en mano, el joven marroquí Yassine Kanjaa penetró en una iglesia de la localidad gaditana la tarde del 25 de enero de 2023.
El suceso se saldó con el asesinato del sacristán Diego Valencia. Los testigos señalan que el acusado debió confundirle con un cura, al estar en el altar.
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"Iba a por el cura, era a él a quien quería matar". Así han narrado este lunes, en la Audiencia Nacional, varios feligreses cómo vivieron en primera persona el ataque perpetrado por Yassine Kanjaa, el joven marroquí que penetró en una iglesia de Algeciras machete en mano.
Los hechos ocurrieron el 25 de enero de 2023, al filo de las siete de la tarde. El suceso se saldó con el asesinato de Diego Valencia, el sacristán del templo. También, con heridos.
Este lunes, en el juicio contra Kanjaa, varios testigos han relatado lo que sucedió aquel día. Un feligrés ha narrado cómo el joven "golpeó por la espalda" a su víctima. "Fue detrás de él hasta que lo cogió y le metió con el machete. Él [Diego Valencia] cayó al suelo y [Yassine] siguió golpeándole", ha relatado.
Una testigo, también presente en la iglesia cuando se produjo el ataque, ha apuntado que el acusado debió "identificar [a Diego, el sacristán] como religioso", ya que "estaba en el altar recogiendo los libros litúrgicos".
Según el testimonio del cura de la iglesia, que también fue atacado, Kanjaa trató a Valencia "como a una presa": "Yo le vi con una fijación, con un objetivo: Diego", ha señalado.
Ante el tribunal de la Sección Primera de la Audiencia Nacional, presidido por el magistrado Alfonso Guevara, una feligresa ha relatado que, todavía hoy, varios policías custodian la eucaristía que se celebra cada tarde en la iglesia donde ocurrió el suceso.
"Me da mucha tranquilidad", ha relatado, entre lágrimas. La mujer también ha recordado que Valencia, cuando alcanzó la plaza frente a la iglesia, durante su huida, "ya era un charco de sangre tendido boca abajo".
Kanjaa se enfrenta a una petición de prisión permanente revisable, solicitada por la acusación popular que ejerce el partido Vox. A su vez, Abogados Cristianos le atribuye un delito de interrupción del culto y de profanación.
Por su parte, el cura de la iglesia, quien sobrevivió al ataque —aunque padece hoy un intenso estrés postraumático—, ha relatado cómo vio entrar a Kanjaa al templo. "Llevaba el arma en la mano y una vestimenta oscura. Estaba tranquilo, era como un espectro", ha indicado.
"Recuerdo el machete, de color azul eléctrico en la empuñadura", ha indicado el religioso.
Una trabajadora de un bar cercano al templo también ha señalado que vio a Kanjaa llevar "una túnica". En realidad, el acusado, cuando cometió el ataque, portaba una chilaba oscura, tal y como se aprecia en los vídeos grabados por varios testigos.
Video del ataque en Algeciras
La empleada del bar también señaló cómo le vio "golpear" a Diego Valencia "con algo largo". Y cómo "siguió golpeando" cuando su víctima cayó al suelo.
En torno a una hora antes del suceso, otra trabajadora del bar se quejó de que Kanjaa, mientras ella fumaba en el exterior, la piropeó.
"Me contó que le dijo: 'Guapa, guapa', en español", ha relatado esta testigo. Como ha narrado la camarera, antes de cometer el ataque, Kanjaa, tranquilo, estaba "dando de comer a las palomas" en la plaza frente a la iglesia.
Todos los testigos han coincidido, de hecho, en que el acusado también estaba tranquilo tras el ataque. Tras, presuntamente, asesinar a machetazos a Diego Valencia, abandonó la plaza de forma serena y relajada.
Al poco, fue detenido. El policía que le arrestó ha narrado este lunes en la Audiencia Nacional cómo le abordó por la espalda y le retuvo. "Pataleó un poco", ha señalado el agente.
Otra de las víctimas —en su caso, no mortal— de Kanjaa ha señalado cómo le propinó un machetazo y le hizo caer al suelo. "Yo veía caerme la sangre", ha señalado este feligrés.
Tal y como describe la Fiscalía en su escrito de acusación, tras este ataque, el acusado se dirigió hacia el Santuario Nuestra Señora de Europa, situado en la misma Plaza Alta de Algeciras y golpeó reiteradamente la puerta. Estaba cerrada y no pudo entrar.
¿Inestabilidad mental?
Durante la instrucción de esta causa, a cargo del juez Joaquín Gadea, la defensa de Kanjaa sostuvo que el joven sufría una alteración psíquica que le impidió ser consciente de sus actos.
Por contra, el magistrado instructor, así como la Fiscalía, defendieron que el acusado sí era imputable, conocía la gravedad de lo que pretendía hacer y debía ser juzgado por terrorismo yihadista.
Cuando Gadea optó por mandarle a prisión provisional tras su detención, el juez sí señaló en una resolución que el supuesto yihadista atacó, expresamente, a figuras religiosas y, posteriormente, a un marroquí, al que encontró en la calle, a quien consideró "un infiel", ya que creía que se había convertido al cristianismo.
Kanjaa, este lunes, en el banquillo de la Audiencia Nacional.
Gadea señalaló entonces que Kanjaa actuó solo, como un lobo solitario, y, según las primeras informaciones que obtuvieron los investigadores, se habría autorradicalizado de forma "rápida", en poco más de un mes.
El acusado carecía de los papeles necesarios para residir en España y tenía una orden de expulsión a Marruecos desde hacía siete meses, que el Ministerio de Interior aún no había ejecutado. Tal y como publicó este periódico, de todas las órdenes dictadas, apenas un 4% de ellas llegan a efectuarse.
Además, Kanjaa ya había sido identificado y detenido en junio de 2020 en Algeciras. La Policía comprobó que no llevaba documentación de ningún tipo que le permitiera residir en España.
Automáticamente, se iniciaron los trámites para expulsarle a Marruecos, su país de origen. Un expediente que se hizo, según el Ministerio del Interior, "con todas las garantías", pero que nunca llegó a culminar en su expulsión.
Cuando cometió el atentado, en enero de 2023, no estaba siendo vigilado por los grupos de Información de la Policía Nacional, dedicados a la lucha antiterrorista, ni por parte de otras unidades policiales. A los agentes no les consta cómo entró en España ni cuándo.
Antes, en agosto de 2019, consiguió ingresar, montado en moto acuática, en Gibraltar. Tras ser arrestado por las autoridades gibraltareñas, el 2 de agosto de ese año, fue expulsado a Marruecos apenas una semana después. Y en una fecha indeterminada, pero posterior a estos últimos hechos, entró en España.