Marcos Peña./

Marcos Peña./ Efe

Tribunales LOS AUDIOS DEL CASO TÁNDEM

El testigo de cargo contra Galán señala al expolicía Marcos Peña como inductor de una venganza

Peña declara al juez que el presidente de Ibedrola le apartó de la línea ejecutiva y luego le despidió "por desconfianza"

31 agosto, 2020 03:01

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Marcos Peña, un exinspector de Policía que se vio desplazado por Antonio Asenjo en la dirección de seguridad de Ibedrola y que fue finalmente despedido en 2006, reconoció el pasado 21 de enero ante el juez del caso Tándem que fue él el que instó al controller José Antonio del Olmo a "tomar medidas" respecto a unos supuestos pagos "irregulares" relacionados con la construcción de una central térmica en Arcos de la Frontera (Cádiz) en 2004.

Peña, que luego fue asesor de seguridad de Francisco Granados en la Consejería de Presidencia del Gobierno de Madrid y se vio involucrado en el caso espías, sin consecuencias para él, sugirió a Olmo en diciembre de 2004 ir a un notario para depositar un informe que reflejara esos pagos "anómalos", supuestamente destinados a espiar a políticos que se oponían a la central, y unas facturas.

Olmo, que ya había dado meses antes el visto bueno para la realización de los pagos, sacó esos documentos de Iberdrola y no los llevó a un juez sino que siguió el consejo de Marcos Peña: el 20 de diciembre de 2004 fue a la notaría de Luis Ramallo junto a Peña y a un colaborador de éste y depositó los papeles en un sobre cerrado.

"Pillar a políticos"

El informe del controller narra "actividades anómalas" de la dirección de seguridad. Relata que el 30 de septiembre de 2004 Asenjo le contó que se había destinado dinero para "pillar a políticos" de modo que la construcción de la central de Arcos pudiera seguir adelante. Los pagos se habrían camuflado en facturas giradas por la mercantil Casesa, aunque en realidad los trabajos los habría realizado otra empresa, Cenyt, del comisario Villarejo. 

El informe ha trascendido 15 años después, y no porque su autor lo haya llevado al Juzgado sino porque fue publicado por El confidencial. Olmo realizó su primera declaración como testigo ante el juez García-Castellón y los fiscales anticorrupción el pasado 16 de diciembre y manifestó que sospechaba que fue Marcos Peña el que filtró el documento a la prensa porque "odia mucho a Galán".

- Esa sospecha ¿en qué la puede objetivar?, le preguntó el fiscal.

- En que le tenía muchas ganas. Cuando estaba trabajando conmigo, Marcos Peña estaba continuamente buscando información por esos años para ver si lo involucraba a Galán en alguna cosa sucia, respondió Olmo.

Los audios del caso Tándem: "Sospecho de Marcos Peña"

En otro momento de la declaración, el controller admitió que a él tampoco le gusta el presidente de Iberdrola. "No es una persona que le tenga simpatía", afirma.

Peña reconoció sus desencuentros con Galán en su comparecencia en la Audiencia Nacional. "Me despidieron en 2006", dijo. "¿Y el motivo del despido cuál fue?", quiso saber el instructor. "Pues la desconfianza que tenía Galán de mí".

Los audios del caso Tándem: "Me despidieron"

El testigo señaló que en los primeros momentos tras la llegada de José Ignacio Sánchez Galán a Ibedrola como consejero delegado "todo funcionó adecuadamente, incluso me llamaba los fines de semana, iba a su casa...".

Enfrentamientos

"Hasta que un día este señor, el tal Asenjo, aparece por la empresa y entrega una factura al departamento de seguridad de una empresa que se llama, creo recordar, Clavenda, una empresa de detectives, y da la orden de que lo pagaran, orden del señor Galán. Entonces el administrativo viene, me cuenta la película y le digo yo que no se pague bajo ningún concepto porque no está dentro del presupuesto, la entrega una persona que está en Airtel, no entiendo nada. Y a mí o me da la orden el señor Galán y me explica para qué es esto o si no, no se va a pagar porque no está ni en los presupuestos ni está dentro de la norma establecida en Ibedrola".

Fue el primer enfrentamiento de muchos que acabaron con la decisión de Galán de apartar a Peña de la línea ejecutiva y sustituirlo por Asenjo. Marcos Peña apeló entonces a la autoridad del presidente, Íñigo de Oriol, que lo mantuvo como responsable de su protección personal y del área de seguridad nuclear. Se produjo, así, una bicefalia en el departamento de seguridad de la eléctrica. Hasta que el pulso lo acabó ganando Asenjo.

Éste confirmó al juez los problemas que tuvo con Marcos Peña... y con Olmo.

Según Asenjo, el controller visó siempre el pago de las facturas del departamento de seguridad que él el presentaba. "Ahí no hubo ningún problema. Yo con Del Olmo los únicos problemas que he tenido han sido de carácter personal. Pero no problemas motivados por cuestiones de trabajo, salvo la exigencia que yo, en muchos casos, le he hecho sobre cuestiones que veía que él actuaba de una manera excesivamente ligera".

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Según Asenjo, José Antonio del Olmo le hacía propuestas inasumibles para recortar costes. "Me ha llegado a decir 'oye, pues no hagas los mantenimientos de protección contra incendios', 'vamos a ver, Pepe, estoy obligado por ley. ¿Cómo no voy a hacerlos?', 'no, joder, porque te ahorras 300.000 euros y encajamos el presupuesto y tal', 'Pepe, es que no puedo hacer eso', 'joder, pues tú haces un papel y pones como que han hecho el mantenimiento', 'Pepe, es que no puedo hacer eso'".

"Él se posicionó en una situación, quizá es que le vio más desvalido, no lo sé, a favor de este Marcos Peña", añadió. "Es decir, yo soy el intruso que llega, yo soy el que le quita el puesto, qué malo soy, y Marcos Peña qué mal lo está pasando. Pero el que lo estaba pasando mal era yo de pensar lo que estaba pasando y que no se había solucionado por parte de quien tenía que solucionarlo".

Según el exdirector de seguridad de Ibedrola, Olmo y Peña "estaban siempre juntos" cuando el primero se desplazaba desde Bilbao a Madrid, por lo que consideró probable que ambos comentaran entre ellos sus enfrentamientos con Asenjo.

Según se desprende de las declaraciones que constan en la causa, no fue José Antonio del Olmo el que tomó la iniciativa de trasladar a Peña los pagos "anómalos" relacionados con la central de Arcos de la Frontera.

"Cosas extrañas"

Aunque el controller -que durante sus comparecencias tutea a los fiscales- manifestó que "le comenté el tema a Marcos Peña, porque tenemos mucha amistad", tanto Peña como su subordinado Ángel Zarabozo aseguraron que fue este último el que detectó que se habían cargado a los presupuestos de su área unos pagos por servicios que ellos no habían encargado.

"Nosotros preguntamos a Del Olmo por unos cargos que, de repente, nos ha hecho a nuestro presupuesto y que no han sido realizados por nosotros", declaró Zarabozo, que indicó que en la oficina "se comentaba que había una serie de actuaciones o de realidades extrañas. Se sabía que se estaban haciendo pagos a detectives, a cosas extrañas".

"Cuando Olmo nos dice que responden a unos conceptos que él no puede explicar, que son extraños, lo que le planteamos en aquel momento es que no debemos ser ninguno responsable y hacernos responsables. Ni él por tramitarlas ni nosotros por aceptar el cargo. Y que sería conveniente que tomáramos algún tipo de precaución con la idea de que no se nos hiciera luego en un momento determinado responsables de unos pagos que, evidentemente, no correspondían a nosotros", explicó.

La versión de Marcos Peña es que Zarabozo detectó los pagos visados por Olmo y entonces se dirigió a éste para preguntarle. "A mí aquello me sonó mal. Entonces yo dije: 'oye, si mis presupuestos han sido para pagar eso, por favor te pido que tomemos medidas".

Decidieron firmar los tres un documento "en previsión de que se pudieran estar cometiendo acciones irregulares", según figura en el propio escrito. El 20 de diciembre se depositó en la notaría de Luis Ramallo, amigo de Peña, junto con las facturas de Casesa y el informe que Olmo firmó el 1 de diciembre anterior, supuestamente dirigido a su superior, José Luis San Pedro.

Olmo declaró que puso por escrito lo que Asenjo le había revelado "porque estaba asustado con el tema". "Se lo enseñé y le dije: 'José Luis, ¿qué hago?'. Y me dijo: 'Nada".

El fiscal preguntó a Peña por qué habían mantenido esa información depositada en el notario durante 15 años.

- Mientras no ocurra nada que sea irregular y que a mi me pueda salpicar, a mi me importa muy poco lo que haya en ese sobre, fue su respuesta.