Tribunales

El juez deja en libertad el hombre acusado de matar a su pareja, embarazada, hace 37 años

  • El crimen se produjo en 1981, pero el cadáver no fue encontrado casualmente hasta 1999.
  • La identidad de la víctima no fue establecida hasta el año pasado, cuando su hermana denunció su desaparición.
  • El Juzgado de Manresa cree que el sospechoso, que ahora tiene 73 años, no burlará la acción de la Justicia y no le pone medidas cautelares ni fianza.
20 diciembre, 2018 14:13

El Juzgado de Instrucción número 4 de Manresa ha dejado en libertad sin fianza a M.M.T., el hombre de 73 años que ha sido detenido Castellón como sospechoso de haber matado hace 37 años a su pareja, que estaba embarazada. El cadáver fue encontrado en 1999 en un terrero de Sant Salvador de Guardiola (Barcelona) cuando su propietario iba a plantar un olivo.

Según ha informado la Dirección General de la Guardia Civil, la víctima, que fue identificada gracias a pruebas de ADN, estaba embarazada de cinco meses y murió al recibir un balazo en el cráneo, aunque también presentaba indicios de un contundente golpe en la mandíbula.

El cadáver fue encontrado casualmente el 5 de enero de 1999 cuando el propietario de una parcela situada en la urbanización Cal Esteve de Sant Salvador de Guardiola estaba excavando un terreno con la intención de plantar un árbol.

El detenido, M.M.T., fue detenido en Castellón, donde reside, y este jueves ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 4 de Manresa (Barcelona), que es el que investiga el caso.

El Juzgado le ha dejado en libertad sin fianza y sin ninguna medida cautelar "teniendo en cuenta las circunstancias de los hechos, la pena que en su día pudiera ser impuesta al investigado, así como que tiene domicilio fijo y no burlará la acción de la Justicia", según consta en la resolución.

Los exámenes forenses sobre el cadáver descubierto en 1999 permitieron determinar las causas de la muerte y calcular su edad y el tiempo transcurrido desde su fallecimiento, aunque no fue posible identificarla, pese a que se extrajeron muestras de ADN tanto a la fallecida como al feto.

La Guardia Civil inició entonces una investigación, en la que revisaron las denuncias por desaparición de toda España -y también internacionalmente, a través de la Interpol- y centraron sus pesquisas en los propietarios de la parcela donde se halló el cadáver, sin hallar indicios que los relacionaran con la víctima.

Paralelamente, el perfil de ADN de la fallecida fue incorporado a la base de datos de personas desaparecidas y cadáveres sin identificar, denominado programa Fénix, sin que en un principio se hallara coincidencia alguna con las denuncias presentadas.

En el año 2000, el laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil llevó a cabo un retrato robot de la víctima a partir de su estructura craneal y facial, aunque esas gestiones tampoco dieron resultado.

Finalmente, en noviembre del año pasado, la hermana de la víctima, residente en Madrid, se personó en una comisaría de la Policía Nacional para denunciar que no tenía noticias de su hermana desde el año 1981.

La declaración de la hermana de la víctima arrojó luz a la investigación y permitió centrar las sospechas en el detenido, un hombre que, según relató la denunciante, por entonces era dueño de una empresa de traducciones.

Asimismo, la denunciante explicó que fue su pareja quien puso en contacto al detenido con su hermana, dado que éste le había pedido que le presentara a alguna amiga con quien entablar una relación sentimental.

La hermana de la fallecida, M.C.F.M., la vio por última vez cuando se presentó en su lugar de trabajo, con un aspecto muy descuidado y, al parecer, embarazada, aunque la mujer no llegó a confirmárselo.

La última noticia que tuvo de la víctima, que mantenía una relación con el detenido, fue una postal sellada en Barcelona que le envió poco tiempo después.

La Guardia Civil comprobó que M.M.T. era uno de los propietarios del terreno de la urbanización Cal Esteve de Sant Salvador de Guardiola y que, en la época en que murió la víctima, estaba casado con una mujer con la que tenía tres hijos.

La sospecha de los investigadores es que el hombre mató a la víctima en la casa que había comprado en Sant Salvador de Guardiola y que posteriormente la enterró.