El comisario investigado José Manuel Villarejo.

El comisario investigado José Manuel Villarejo.

Tribunales CASO TÁNDEM

Villarejo y 'El Gordo' querían deshacerse de okupas "piojosetes": "Un par de colegas les harán un regalito"

8 octubre, 2018 03:43

El comisario investigado José Manuel Villarejo y su hombre de confianza Enrique García Castaño, exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) de la Policía Nacional, hablaron de "darle un cuarto de kilo (1.500 euros) o medio kilo (3.000 euros)" a "un par de colegas" para que solucionaran el problema de un constructor amigo en Vallecas: la entrada de unos okupas en uno de sus solares. "Les harán un regalito como Dios manda", dijo Villarejo a García Castaño.

En una de las conversaciones entre ambos que el propio Villarejo acostumbraba a grabar y cuya transcripción está en el sumario de la pieza 'Big' que tiene como principal investigado a García-Castaño, se les oye planear dicha acción para echarles de allí:

Villarejo: "Oye si hay alguna gente de confianza que por cierto...como te dije...me comentó el pobre Felisón...sabes quién es Felisón...el constructor que tenía un lío aquello que te dije de los okupas de en un...es un solar".

García Castaño: "Si"

Villarejo: "En Vallecas...entonces yo le dije coño algún detalle...no...que no hace falta...le damos un cuarto de kilo o medio kilo a un par de colegas...eso no hay ningún problema porque eso lo paga este".

García Castaño: ¿Cuanta gente hay ahí dentro?

Villarejo: "Na, tres o cuatro okupas pero además son piojosetes son tíos que se metieron justo cuando fueron a echar la casa abajo".

Según los investigadores, la conversación continúa con ambos hablando sobre "el problema que tuvo Felisón con los okupas y Villarejo busca algún colega que...Enrique dice que se lo comentará a algún colega de Vallecas que le haga el favor a un empresario...Villarejo dice que les harán un regalito como Dios manda".

Información sensible a su servicio

El juez Diego de Egea investiga si Enrique García-Castaño colaboró con Villarejo en sus empresas privadas como detective y se enriqueció gracias a la información sensible y privilegiada de que disponía por formar parte de la Policía. 

Las conversaciones entre Villarejo y García Castaño que obran en el Juzgado Central de Instrucción número 6 revelan prácticas para realizar las investigaciones de ambos que, de haberse consumado, constituirían delitos en sí mismos.