Los disparadores de paintball incautados por la Guardia Civil en los registros de Marbella.

Los disparadores de paintball incautados por la Guardia Civil en los registros de Marbella. GUARDIA CIVIL

Tribunales

El ruso Arnold Tamm pone en la picota la operación Oligarkh: el "arsenal de armas" eran paintballs

El empresario reprocha a la instructora y a la Audiencia de Málaga que le encarcelen "sin un solo indicio" y califica de "delirante" vincular la empresa rusa cotizada Sistema con la mafia Solntsevskaya.

1 diciembre, 2017 03:45

Ni capo de la mafia Solntsevskaya ni dueño de propiedades millonarias en Marbella ni blanqueador de capitales de procedencia criminal. El ciudadano ruso Arnold Arnoldovich Spivalovsky, en prisión desde el pasado 28 de septiembre tras ser detenido en el marco de la operación Oligarkh, afirma ser un "alto ejecutivo de una empresa cotizada rusa con intereses en diferentes países europeos y sujeta al control de los órganos reguladores de Rusia", una persona "condecorada varias veces por Ministerios y organismos oficiales de la Federación rusa por sus actividades filantrópicas", que carece de antecedentes penales y que no ha sido condenado ni perseguido policial o judicialmente "ni en su país de origen ni en ningún otro".

Spivalovsky, residente en Moscú, fue arrestado cuando se encontraba "de vacaciones", asegura, en Marbella en la mansión de su amigo Oleg Kuznetsov, también detenido. La operación Oligarkh, llevada a cabo por la Guardia Civil y la Fiscalía Anticorrupción, afectó a otras 9 personas -entre ellas el presidente del club de fútbol Marbella, Alexander Grinberg- a las que la titular del Juzgado de Instrucción número 1, María del Carmen Gutiérrez, atribuye presuntos delitos de pertenencia a organización criminal, blanqueo de capitales, contra la Hacienda Pública y falsedad documental.

Según la instructora, se trata de un grupo de personas, la mayoría de ellas rusas, asentadas en Marbella a partir de 2013 "que podrían estar relacionadas con las organizaciones criminales rusas Izmailovskaya y Solntsevskaya". Compraron empresas a punto de quebrar -destacadamente, el Club de Fútbol Marbella, la embotelladora Aguas de Mijas y el club de golf Dama de noche- para, una vez reflotadas, "ser vendidas o traspasadas, obteniendo elevadas sumas de dinero que son introducidas en el mercado financiero de forma lícita". "Blanqueaban de esta forma el dinero inyectado [para la compra de las empresas] de procedencia dudosa o ilícita", según los autos de prisión dictados para seis de los detenidos.

Spivalovsky, también conocido como Arnold Tamm, es considerado por la instructora como "uno de los máximos dirigentes" de Solntsevskaya y "el nexo de unión" entre esta trama mafiosa y los detenidos en Marbella. Se basa, como principal fuente de prueba, en informes policiales que atribuyen a Spivalovsky el rol de "director financiero" de Solntsevskaya y le vincularían a Semion Mogilevich, requisitoriado a nivel mundial por Estados Unidos.

Según la instructora, "fuentes policiales" apuntan a que el hotel moscovita Kosmos, del que Spivalovsky fue director general entre 2006 y 2013, "fue considerado en su momento una de las sedes, por así decirlo, de Solntsevskaya" y que esta organización adquirió la mercantil rusa Sistema, de la que el empresario encarcelado es uno de sus directivos.

Sistema

La defensa de Arnold Spivalovsky considera "casi delirante" y una "auténtica osadía" aseverar que Sistema, una empresa "que cotiza en el nivel 1 de la Bolsa de Moscú, equivalente al Ibex 35 de España" y que "participa de sectores estratégicos de la economía rusa (producción petrolífera, comunicaciones y redes de telefonía móvil o salud, todos ellos fuertemente tutelados por el Gobierno ruso)" pertenece "ni más ni menos" que a una organización criminal mafiosa.

Los defensores de Spivalovsky han presentado un incidente de nulidad de actuaciones contra la decisión de la Audiencia de Málaga de confirmar la prisión incondicional del empresario, algo que, asegura, se ha hecho en un auto-formulario, un "modelo general" para ese tipo de decisiones en el que la única singularidad sobre el ejecutivo ruso es afirmar su "colaboración con otro de los investigados, Oleg Zuznetsov" sobre la base de un informe policial que hacen suyo tanto la jueza instructora como la Sección Primera de la Audiencia de Málaga, con ponencia de la magistrada Carmen Pilar Caracuel.

"¿En qué colaboran Spivalovsky y Zuznetsov? Nada se aclara", critica la defensa. "Ni del auto de prisión de la instructora ni de la resolución de la Audiencia Provincial resulta operación específica alguna de blanqueo de capitales en la que, supuestamente, el empresario haya tenido participación ni se detalla la presunta posición del mismo en la estructura y jerarquía de la organización criminal investigada. Spivalovsky ha reconocido, en sede judicial, su relación de amistad con Zuznetsov, pero la existencia de una tal relación, que sepamos, no constituye, a día de hoy, ilícito criminal de clase alguna".

'Administrativización' del proceso

El auto de prisión provisional "no concreta la intervención personal que se achaca a Spivalovsky en los hechos investigados. No se detecta descripción alguna, ni extensa, ni breve, ni somera, de comportamiento personal suyo, con relevancia penal, que explique la adopción de una medida tan gravosa como la prisión provisional", asegura la defensa.

"Asistimos a una suerte de administrativización del proceso penal", critica. "Aunque bullan errores u omisiones en la causa, nadie asume la responsabilidad de su necesaria rectificación. Es como si la finalidad de la instrucción fuese corroborar, punto por punto y contra viento y marea, todo lo que se dice en la querella, no averiguar la realidad de los hechos que se relatan en ella".

Afirma, en este sentido, que los investigadores presentaron como "un arsenal de armas" descubierto en una de las viviendas registradas lo que, a la postre, resultó ser una colección de disparadores de paintballs, balas de plástico con tintas de colores que se emplean en actividades lúdicas. 

Critica, igualmente, que la instructora indicara en el auto de prisión que "las nacionalidades de las antiguas repúblicas soviéticas son un indicio del delito" (sic).

La defensa de Spivalovsky sostiene que, en lo que a él respecta, se produce una "total ausencia de indicios de criminalidad" y afirma que los comportamientos supuestamente delictivos de los otros detenidos, de existir, le son "del todo desconocidos". El empresario dice carecer de bienes en España y que "nada tiene que ver" con las empresas de los demás implicados.