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Tribunales Sociedad

Un hombre irá a prisión por amputarse la mano y simular un accidente para cobrar seguros

Suscribió ocho pólizas y llegó a percibir tres de ellas por importe de 335.000 euros. La investigación del siniestro le descubrió.

14 octubre, 2016 15:19

La Sala de lo Penal del Supremo ha condenado a tres años y seis meses de prisión a Manuel B.P., de 47 años de edad, por haber estafado a tres compañías de seguros que le indemnizaron con 335.000 creyendo que había sufrido un accidente de tráfico en el que sufrió la mutilación de su mano derecha. En realidad, fue el propio condenado, agricultor de profesión, el que se amputó su extremidad y luego fingió el siniestro tirando su coche por un terraplén.

Los hechos fueron juzgados el pasado enero por la Audiencia Provincial de Castellón, que condenó a Manuel a cuatro años de cárcel, dos menos de los que pidió el fiscal. En un relato de hechos probados que ahora ha confirmado el Supremo, la Audiencia estableció que a las 7.50 horas del 10 de diciembre de 2007 Manuel, solo o con la ayuda de otros, se amputó con un instrumento cortante la mano derecha para cobrar las coberturas pactadas en las pólizas que unos meses antes había ido contratando con ocho compañías aseguradoras por un importe total de 1,3 millones de euros.

Después de hacerse un torniquete para controlar la hemorragia, se dirigió con su coche hacia la carretera conocida como Camino Viejo de Nules a Moncofar y lo dejó caer por un terraplén.

Luego "procedió a colocar la mano que se había cortado a los pies del asiento del conductor y, de seguido, a prender fuego al vehículo valiéndose de una bolsa de gasolina que portaba a tal efecto, tras lo cual procedió a realizar una llamada de emergencia al 112 y a recostarse sobre el terraplén en espera de la ayuda solicitada, en cuya posición estaba, fumándose un cigarro, cuando llegó un agente de la Policía Local de Nules", señaló la sentencia.

Con posterioridad emprendió acciones judiciales para cobrar las pólizas de seguro suscritas con las aseguradoras que cubrían, entre otros riesgos, el de fallecimiento, la incapacidad permanente y absoluta por accidente y la gran invalidez.

Vivienda embargada

Manuel tenía problemas económicos para pagar una hipoteca que había pedido para construir una vivienda, que le habían embargado junto al coche.

El Tribunal Supremo ha estimado parcialmente el recurso del condenado, reduciéndole la pena en seis meses al apreciar la atenuante de dilaciones indebidas por el largo tiempo transcurrido desde que se iniciaron las diligencias, en junio de 2009, hasta que se dictó sentencia por dicho tribunal, en enero de 2016.

En todo lo demás, el alto tribunal hace suyo el criterio de la Audiencia para condenar al acusado, que en su recurso planteaba alternativas al relato de hechos probados: que sufre un cuadro psiquiátrico grave crónico, con actual diagnóstico de esquizofrenia paranoide, desde el accidente; que el corte de la mano no fue limpio y se produjo en el momento del accidente, no antes; que el tramo de carretera donde se salió el vehículo es un tramo curvo y no recto y, por último, que solo la amputación de la mano no estaba garantizada en las pólizas contratadas.

Plan "maquiavélico"

Todas estas hipótesis son desechadas por la Sala Penal, que concluye que Manuel ocultó a las distintas compañías aseguradoras que había sido él quien había provocado el siniestro origen de las lesiones que constituía la base de su reclamación a las mismas, "engaño revestido de una apariencia de realidad y seriedad suficientes para engañarlas, dado lo maquiavélico del plan urdido" hasta el punto de que al menos tres de ellas le abonaron indemnizaciones por importe de 335.000 euros en total y las restantes no lo hicieron, pese a las reclamaciones formuladas, por la prejudicialidad derivada de la existencia de la causa penal. Ésta se inició después de que la compañía aseguradora del coche realizara una investigación sobre el siniestro, para lo que contrató a un detective.

El Supremo confirma la validez de los indicios acreditados por la Audiencia, que constituyeron la base de la condena y fueron los siguientes:

- El "perfil de riesgo" del acusado en atención a su tipo de vida y profesión, perfil que "no justifica la contratación de tal número de pólizas (8) en tan poco tiempo, ni quedan acreditadas las razones dadas para ello"

- El perfil patrimonial de Manuel, "igualmente impropio de una persona que contrata ese número de pólizas cuyo pago requiere un aporte importante económico que no parece poder soportarlo con los ingresos derivados de su trabajo o el de su esposa"

- Las dificultades económicas que atravesaba a raíz de unas obras realizadas en su casa y que provocaron embargos tanto sobre su vehículo como sobre la vivienda en construcción.

- La ampliación de tres de las pólizas concertadas por el acusado en julio, agosto y septiembre de 2007, muy poco antes de simular el siniestro de su coche.

Amputación "limpia"

- La salida del vehículo de la calzada y su bajada por el terraplén se produjo a muy baja velocidad y de forma controlada, como evidenciaron las huellas dejadas, que eran rectas y se iniciaban al comienzo de la vegetación.

- El corte de la mano fue, según los informes médicos, "limpio, sin fracturas en los extremos, sin desgarros vasculares, musculares y nerviosos, sin dislocación de los huesos del codo o incluso el hombro". Los jueces descartan, por ello, que se pudiera producir por una barra o regle de albañilería que Manuel dijo llevar en el asiento trasero del coche, instrumento que no pudo "entrar por los bajos del vehículo entre los pedales y subir hasta alcanzar la mano".

- El incendio del vehículo no se produjo de forma accidental sino por la aplicación de una fuente directa de calor.