Pilar Alegría, este martes en la sesión de control al Gobierno en el Senado.

Pilar Alegría, este martes en la sesión de control al Gobierno en el Senado. Europa Press.

Política

En el Gobierno consideran una "torpeza" el "encuentro personal" de Alegría con Salazar, apartado del PSOE por acoso sexual

Intentan justificar el error porque se trata de "dos personas que han tenido buena relación" y enmarcan el encuentro en lo que son "las relaciones humanas".

Más información: Pilar Alegría justifica su cita con Paco Salazar, expedientado en el PSOE por denuncias de acoso: "Fue un encuentro personal"

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Las claves

La ministra Pilar Alegría fue fotografiada almorzando con Paco Salazar, exalto cargo del PSOE apartado por acusaciones de acoso sexual, lo que ha generado polémica dentro del Gobierno.

Alegría justificó el encuentro como una cita personal motivada por su amistad con Salazar y aseguró que no veía al exasesor desde hacía medio año.

En el Gobierno consideran el encuentro como una "torpeza" pero tratan de quitarle importancia, mientras la investigación interna sobre Salazar sigue en curso en el PSOE.

El caso ha reabierto el debate sobre la gestión de las denuncias de acoso en el partido y la postura pública de sus dirigentes frente a este tipo de situaciones.

Una comida que se atraganta tras hacerse pública. La imagen de la ministra Pilar Alegría compartiendo mesa y mantel con Paco Salazar, histórico del PSOE que actualmente está expedientado por las acusaciones de acoso sexual a varias mujeres, ha causado un gran revuelo.

Precisamente por esas denuncias, Salazar fue apartado el pasado mes de julio de su puesto en la Moncloa, donde trabajaba en el Gabinete de la Presidencia del Gobierno, y se abortó su nombramiento como hombre fuerte de la Secretaría de Organización del PSOE.

Alegría describió este martes esa cita como un "encuentro personal" enmarcado en la amistad que mantiene con Salazar, unas explicaciones que no han apagado la polémica.

"Es una persona a la que conozco desde hace muchos años y no veía desde hace medio año", explicó la ministra en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, después de que Artículo 14 publicara las fotografías de la cita.

En el Gobierno tratan de quitar hierro a las imágenes, y aunque hablan de "torpeza", justifican el error porque se trata de "dos personas que han tenido buena relación" y enmarcan el encuentro en lo que son "las relaciones humanas".

Otros prefieren no valorar si Alegría cometió un error al quedar en un espacio público, en una zona visible de un céntrico restaurante italiano del barrio de Chueca.

Salazar era hasta hace unos meses uno de los principales fontaneros de Pedro Sánchez, y Alegría, una de sus ministras de confianza.

Desde el entorno de la ministra replican que no tiene nada que ocultar y que, precisamente por ello, rechazó acudir a un local con un reservado. Aseguran que lo escogió porque estaba a unos metros del Ministerio y que todo se improvisó a última hora.

En Moncloa insisten en que ya no hay ya ningún vínculo entre Salazar y el Gobierno. De ahí la sorpresa que ha provocado ver a la ministra portavoz —y secretaria general del PSOE en Aragón— reunida con él.

Alegría nunca se ha caracterizado por actuar por libre. Al contrario, siempre ha operado bajo el aval directo del presidente. Primero, como portavoz de la Ejecutiva en Ferraz y más tarde como portavoz del Gobierno.

"Absolutamente íntegro"

De hecho, fue una de las pocas que salió en defensa de Salazar tras conocerse, el pasado 5 de julio, las informaciones sobre acoso sexual publicadas por eldiario.es, reventando así la agenda de Sánchez que pensaba nombrarlo adjunto a la Secretaría de Organización de Rebeca Torró.

Aquel mismo día, a las puertas del Comité Federal, Alegría lo definió como un "compañero absolutamente íntegro".

Unas afirmaciones que contrastaban con las de otras dirigentes como, por ejemplo, Adriana Lastra que fue la primera en asegurar que "Salazar no debe ser nombrado".

A los pocos minutos, en una Ejecutiva de urgencia antes del Comité Federal, Salazar presentó su renuncia.

Cuando se confirmó, Alegría volvió a comparecer ante los medios para matizar sus palabras y aclarar que "no tenía constancia" de las informaciones sobre los "comportamientos inadecuados" y que su dimisión "era necesaria".

Lo sorprendente es que, después de manifestar eso y de definirse de forma reiterada como "feminista", Alegría diera el paso de quedar a comer con Salazar. Curiosamente se puso ese día un traje morado, el color de las feministas, obviando que se reunía con alguien señalado por comportamientos "machistas".

Ahora, más de 100 días después de que fuera apartado, fuentes gubernamentales aseguran que no tienen constancia de ninguna acusación contra Salazar.

Ferraz creó un buzón para recoger denuncias de mujeres que podían haber sido acosadas, aunque nunca han revelado si ha habido denuncias. Moncloa anunció que instruiría a sus empleados con un protocolo contra el acoso sexual y también puso un buzón de denuncias.

La investigación sigue su curso y se hará un informe que se remitirá al Comité de Ética y Garantías del PSOE para estudiar si al final se le expulsa de manera definitiva del partido o por el contrario sigue suspendido.

Que a la ministra Alegría le incomoda este asunto se le notaba este martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

Cuando le preguntaron por su encuentro con Salazar, su respuesta fue escueta. Más tarde, en la sesión de control en el Senado, el popular Vicente Azpitarte le pedía "unas palabras de disculpa para las víctimas del presunto acosador con el que almorzó ayer". Alegría declinaba responder.