Santos Cerdán, en la mesa presidencial del último Comité Federal del PSOE, celebrado en septiembre de 2024.

Santos Cerdán, en la mesa presidencial del último Comité Federal del PSOE, celebrado en septiembre de 2024. EFE

Política

Sánchez cree que el Comité Federal servirá para mostrar que tiene detrás a todo el PSOE y que los críticos son minoría

Moncloa espera que sólo Page defienda abiertamente la retirada del líder socialista y que la inmensa mayoría centre sus críticas en Cerdán y Ábalos.

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Algunos de quienes se han reunido en los últimos días con Pedro Sánchez en Sevilla, durante la cumbre de la ONU sobre desarrollo, explican que han visto al presidente del Gobierno muy tocado y afectado por el encarcelamiento de quien era su amigo y mano derecha, Santos Cerdán.

Sánchez ha permanecido en Sevilla desde el domingo y volverá a Madrid este jueves para terminar de cerrar su mensaje ante el Comité Federal del PSOE. Será el primer paso de su dación de cuentas y anuncio de medidas, que concluirá el 9 de julio en el Pleno del Congreso.

El discurso del sábado, dirigido al partido, será seguido de decenas de intervenciones de dirigentes del PSOE. Al del miércoles de la semana que viene, dirigido a los ciudadanos, le seguirá un debate muy largo con los portavoces parlamentarios.

Con toda seguridad, escuchará más reproches en el Congreso -incluidos los de sus socios parlamentarios- que en el Comité Federal.

Fuentes de Moncloa explican que Sánchez considera que la reunión con los casi 300 miembros de la dirección del PSOE le servirá para mostrar el apoyo del partido y también para dejar en evidencia la minoría de los críticos. Al menos, de los que sostienen que debe dar un paso a un lado.

Es decir, será algo así como un plebiscito entre los miembros del máximo órgano del PSOE entre congresos, con imagen de cierre de filas, con petición de disculpas y con anuncio de medidas internas.

Se prevén muchas intervenciones pidiéndole que siga para aplicar el programa del Gobierno progresista.

También se esperan nombramientos, pero fuentes socialistas explican que el propio Sánchez ha dado orden de no abordar una especie de caza de brujas y, en lo posible, centrar la responsabilidad en el trío que forman Santos Cerdán, José Luis Ábalos y Koldo García.

Tan perimetrada y limitada estará la responsabilidad, que hay diputados del PSOE que están molestos por la permanencia de Juanfran Serrano, que era la mano derecha de Cerdán y aparecía en la foto en su escaño leyendo el informe de la UCO mientras lo comentaban entre ambos.

Desde hace tiempo está sobre la mesa la insólita y complicada posición de María Jesús Montero como número dos del Gobierno y del PSOE y líder de Andalucía, así como la falta de portavoz potente que reste presión al Gobierno. Pero no está claro que lo vaya a abordar ahora.

El terremoto que ha supuesto el informe de la Guardia Civil sobre Cerdán se explica recordando que Sánchez tenía prevista hace tiempo la celebración del Comité Federal este sábado, pero para aclamar e impulsar a Montero en Andalucía. Por eso iba a celebrarse en Sevilla, como continuidad de la cumbre la ONU de esta semana, y coincidiendo con el Congreso del PP.

Y, por supuesto, se supone que Sánchez asegurará que no hay indicios de financiación ilegal del PSOE, entre otras cosas, porque eso supondría la ruptura con sus socios que han fijado ahí su línea roja.

Las medidas que se barajan se refieren a incompatibilidades de los dirigentes del PSOE y controles a sus actividades privadas. Las medidas legales contra la corrupción se prevén para su comparecencia en el Congreso.

Este miércoles, María Jesús Montero y Félix Bolaños se reunieron con una representación de Sumar para escuchar sus propuestas. A la salida, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, aseguró que sus interlocutores "no son conscientes" de lo ocurrido.

Los socialistas entienden que Sumar necesita margen político, poner distancia con el PSOE en este momento y sobreactuar públicamente, con la tranquilidad de que es imposible que salgan del Gobierno de coalición. Por eso les ceden ese margen.

Por el momento, Sánchez rechaza convocar un congreso extraordinario del PSOE. Se lo pidieron expresamente hace dos semanas en la Ejecutiva del PSOE el andaluz Alfonso Rodríguez Gómez de Celis y el extremeño Guillermo Fernández Vara.

Miembros elegidos por Cerdán

Estos días lo defienden en privado colaboradores de Sánchez que, por su condición de miembros de su núcleo duro, no lo dirán en el Comité Federal.

Sólo el castellanomanchego Emiliano García Page defenderá la dimisión de Sánchez y se prevé un duro discurso.

No es probable que lo sostenga nadie más, entre otras cosas porque la mayoría del Comité Federal son representantes de las federaciones del PSOE, controladas en su totalidad por Sánchez, con Cerdán como ejecutor.

El ahora encarcelado, que siempre aparecía en las imágenes de los comités federales muy cerca de Sánchez, ha ejecutado con mano de hierro esa renovación del partido a imagen y semejanza del presidente del Gobierno.

Ahora, a Sánchez le resulta útil esa gestión, y se demuestra que en momentos de apuro siempre le queda la baza del apoyo interno.

De hecho, ese apoyo se explica recordando que cinco ministros son líderes regionales del partido y, por tanto, no es posible que sean críticos con quien preside el Consejo de Ministros del que forman parte. Sólo habrá duras críticas a Cerdán, Ábalos y Koldo García.

Quedará en evidencia el poco apoyo de los críticos y que la inmensa mayoría de quienes cuestionan a Sánchez son ya exdirigentes, es decir, pertenecen a otra etapa y no están en disposición de echar pulsos internos.

"Las críticas que no se hacen dentro de los órganos del partido quedan desvirtuadas", sostienen los colaboradores del líder socialista.