
Tomás Serrano
Yolanda Díaz garantiza a Sánchez que no dimitirá gaste lo que gaste en Defensa o compre lo que compre a Israel
Convulsión a la izquierda del PSOE: IU se suma a las críticas de Podemos contra el Gobierno porque ha entrado "en una dinámica muy peligrosa".
Más información: Interior justifica la compra de balas a Israel para no pagar 6,6 millones de euros por cancelación del contrato
"Son como peces, si salen del agua se quedan sin oxígeno y se ahogan". Con esta frase tan ilustrativa explica un ministro socialista que en Moncloa no hay ningún temor a que Sumar vaya a romper el Gobierno de coalición, porque entienden que la supervivencia de los de Yolanda Díaz depende de su permanencia en el Ejecutivo.
Esta situación está permitiendo que el ala socialista del Gobierno arrincone continuamente a Yolanda Díaz y tome, de manera unilateral, decisiones que no cuentan con el visto bueno de la vicepresidenta.
El martes se vio con el plan armamentístico y, el miércoles, con la compra de quince millones de balas a Israel: Yolanda Díaz protestó, hizo aspavientos, y finalmente garantizó a Pedro Sánchez que no dimitirá.
El principal problema político para Díaz es que no puede ir más allá de protestas pactadas e inocuas, a pesar de que las necesita por la presión de Podemos y el reciente giro estratégico de Izquierda Unida.
"No está sobre la mesa", aseguran desde el entorno de Yolanda Díaz, despachando la petición de Izquierda Unida de sentarse a evaluar el futuro de la coalición, después de que el diputado Enrique Santiago dijera que no descarta "ningún escenario".
Al margen de la continuidad del Gobierno, estas tensiones por la cuestión del gasto militar están dibujando un nuevo escenario, no sólo en el llamado espacio a la izquierda del PSOE, sino también en la relación entre los socialistas y sus socios de coalición.
Ya hay una convulsión a la izquierda del PSOE. IU busca perfil propio y se está sumando a las críticas de Podemos contra el Gobierno con el argumento de que los socialistas han entrado "en una dinámica muy peligrosa", según expresión de Enrique Santiago.
Del plan a las balas
El martes, el Consejo de Ministros aprobó un plan que aumentará el gasto militar al 2% del PIB. Sumar se ha mostrado en contra, en público, de uno de los cinco puntos del plan, el exclusivamente relativo al material militar, que representa sólo el 18% del plan.
En Moncloa celebran que Sumar sólo se quejara de un punto del plan y, además, la queja fue muy suave. Según fuentes presentes en el Consejo de Ministros, sólo Ernest Urtasun, titular de Cultura, levantó la voz para mostrar su disconformidad y lo hizo en un tono muy amable.
"No hubo queja", sintetiza un ministro. Moncloa había pactado con Díaz que el plan de aumento del gasto militar no pasara por la comisión de subsecretarios, el órgano que prepara las reuniones del Consejo de Ministros, y fuera directamente al propio Consejo.
Así, Sumar podía expresar su rechazo al plan directamente en el Consejo y que quedase por escrito en el acta. Si hubiera pasado sólo por la comisión, se habría aprobado sin debate.
Es decir, la supuesta disidencia de Sumar no sólo fue amable, sino que también fue pactada.
Sólo un día después de presentar el nuevo plan de Defensa, este miércoles, se conoció que el Gobierno va a seguir adelante con la compra de quince millones de balas a Israel. La intención era rescindir el contrato, pero la Abogacía del Estado lo desaconsejó porque habría que pagar 6,6 millones de euros, el total de la compra, como indemnización.
Este asunto de Israel también es un tema que toca la fibra de Sumar, especialmente de Izquierda Unida. La ministra Sira Rego se crio en Palestina y Sumar ha llegado a denunciar al Ejecutivo ante la Audiencia Nacional por el envío de armas a Israel, tal y como ha contado este diario.
A modo de protesta, Sumar mandó varios comunicados este miércoles explicando que se oponían a la compra y exigiendo que el Ministerio del Interior (las balas son para la Guardia Civil) rescindiera el contrato y que Fernando Grande-Marlaska comparezca en el Congreso de los Diputados para dar explicaciones.
Según explican fuentes de Interior, el ministro no tiene intención de comparecer de forma voluntaria y desde el entorno de Yolanda Díaz aseguran que registrarán la petición de comparecencia próximamente.
Y hasta ahí ha llegado la protesta de Sumar, al menos de la parte de Yolanda Díaz.
Izquierda Unida sí ha querido ir más lejos y su coordinador general, Antonio Maíllo, ha acusado a Pedro Sánchez de desatar una crisis de Gobierno por la compra de balas y el aumento del gasto militar.
Y el diputado Enrique Santiago incluso ha dicho que "no descartamos ningún escenario" ante la pregunta directa de si planean salir del Gobierno de coalición. Pero desde el entorno de Díaz se rebaja esa posibilidad y reconocen que "no está sobre la mesa".
Pinza Podemos e IU
Esta situación está empezando a preocupar en Sumar. Son conscientes de que si no están dispuestos a romper con el Gobierno, la parte socialista se siente confiada para aprobar cuestiones aunque sus socios estén en contra.
Además, hay cierto enfado en Sumar porque también tienen pendiente la reducción de jornada y Moncloa, según dicen, no les está ayudando en nada en la negociación para conseguir el apoyo de Junts. Está siendo Yolanda Díaz la que está negociando directamente con Carles Puigdemont, sin la interacción del PSOE.
A esta compleja situación hay que sumar que la debilidad evidente de Díaz está generando una especie de pinza entre Podemos e Izquierda Unida, con ambos presionando a la vicepresidenta segunda.
La formación morada lleva meses endureciendo su discurso sobre el conjunto del Gobierno y, últimamente, sobre Sumar en concreto. Aseguran que Díaz está acabada, rechazan una coalición con ella y dicen que debería integrarse en el PSOE, lo que para Sumar es como un insulto.
Por el otro lado, Izquierda Unida está buscando una mayor autonomía y, tal y como publicó este diario, ya ha dicho que no se integrará de nuevo dentro de Sumar y pide primarias para ver quién sería el cabeza de lista en una hipotética candidatura conjunta.
Esta búsqueda de autonomía se está traduciendo en que los diputados y miembros de Izquierda Unida se están pronunciando cada vez con más dureza sobre el PSOE. Plantear salir del Gobierno es un ejemplo de ello.
Pero como Díaz está rebajando las expectativas en este y otros frentes, puede acabar dando la sensación de que la vicepresidenta es una muleta de los socialistas, lo que podría ser mortal a nivel político en ese espacio.