El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso de los Diputados.
Sánchez menciona a Alvise cinco veces en el Congreso y tres en TVE como arma contra el PP y Vox
El presidente intenta debilitar a sus oponentes con las referencias al nuevo eurodiputado electo de extrema derecha.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha puesto este miércoles en marcha una nueva estrategia que consiste en utilizar al ultraderechista Alvise como arma política contra el PP y contra Vox.
Hasta cinco veces ha mencionado expresamente Sánchez al eurodiputado electo en los escasos cinco minutos de su breve intervención en el Pleno del Congreso, y a continuación otras tres en una entrevista en Televisión Española, pese a que no había sido preguntado expresamente por ello.
El líder del PSOE le ha dicho a Alberto Núñez Feijóo: ”Con su polarización y desinformación sólo lo ha logrado que haya surgido una nueva fuerza de ultraderecha cuando haya elecciones en 2027, lo que va a suceder es que se van a presentar tres ultraderechas. Y vamos a ganar a usted, a Abascal y a Alvise”.
“Comprendo su nerviosismo, le ha salido un duro rival, Alvise Pérez”, le ha dicho luego Sánchez al líder de Vox, Santiago Abascal.
El presidente y líder socialista ha usado al difusor de bulos y nuevo eurodiputado electo para concluir que en las elecciones europeas no sólo no se ha reducido la ultraderecha, sino que ahora se ha divido en tres: el PP, Vox y Alvise.
De hecho, Sánchez siempre encadena en sus respuestas los nombres de Feijóo y Abascal, y ahora ha sumado un tercero. Ya en los mítines de campaña, Sánchez era el único líder político que mencionaba expresamente al ultraderechista.
En esa campaña y en la anterior de las elecciones generales, el mensaje principal del PSOE fue el de pedir el voto para frenar a la extrema derecha.
El cabeza de lista de Se acabó la fiesta ha logrado tres diputados con una campaña realizada sobre todo en las redes y fuera del radar de los medios de comunicación. Ahora, desde Moncloa se pretende incluirle en el debate político como arma de división de la derecha y la ultraderecha.
Esta estrategia provoca dudas dentro del propio PSOE y, sobre todo, entre socios parlamentarios, que lo consideran un error.