Pedro Sánchez y Oriol Junqueras, estrechándose la mano en el Congreso de los Diputados.

Pedro Sánchez y Oriol Junqueras, estrechándose la mano en el Congreso de los Diputados. EFE

Política CATALUÑA

El PSOE ve president a Illa con el apoyo de ERC y cambios en Junts tras la salida de Puigdemont

Los socialistas esperan que Junqueras lidere ahora las negociaciones y que el congreso de ERC acuerde mantener el apoyo a Sánchez.

16 mayo, 2024 03:15

Pasados cuatro días de las elecciones catalanas, el optimismo se mantiene en el PSOE, y también sobre el futuro del Ejecutivo que preside Pedro Sánchez.

La consigna es que Salvador Illa será quien gestione las negociaciones en Cataluña, con el sobreentendido de que hay sintonía y comunicación permanente entre el líder del PSC y Sánchez. Y eso no impide que se haga un análisis y una previsión sobre cómo esperan que sea el desarrollo de los acontecimientos a partir de ahora.

La previsión de los socialistas es que ERC terminará por apoyar la investidura de Illa, aunque sin entrar en el Gobierno de la Generalitat, y que Junts tendrá que mantener el apoyo a Pedro Sánchez y a sus Presupuestos, entre otras cosas, porque en ese independentismo de derechas se producirá un proceso de renovación notable cuando se vaya Carles Puigdemont.

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Sobre ERC, el análisis señala que la cúpula de este partido es consciente del desastre que supondría para ellos forzar una repetición electoral. Por eso, entienden que su mal menor será permitir que gobierne el PSC, aunque éste sea aún para sus bases "el partido del artículo 155".

Los socialistas valoran que Oriol Junqueras, con su autoridad moral, diera el paso para liderar ERC tras la marcha de Pere Aragonès. Entienden que ese movimiento intentaba evitar la explosión de ERC con un cruento debate interno entre los partidarios de endurecer la posición soberanista y los más pragmáticos, que han defendido los pactos con el PSOE primando el alma de izquierdas.

Junqueras anunció ayer, no obstante, que abandonará el cargo tras las elecciones europeas del 9 de junio para abrir un proceso interno que culminará en un congreso el 30 de noviembre. Si él lidera antes la negociación con el PSC, los socialistas respirarán.

Recuerdan, además, que Junqueras fue quien firmó en noviembre con el ministro de Presidencia Félix Bolaños el acuerdo de investidura de Pedro Sánchez. Es decir, no es contrario a los pactos, aunque ahora la dificultad es que los firmaría estando en la oposición en Cataluña.

Esquerra podría obtener en la negociación la presidencia del Parlament de Cataluña.

Nuevo clima

ERC celebrará un congreso el 30 de noviembre y la decisión sobre su posición en la investidura de Illa la tomará el Consell Nacional ahora, que lo forman unos 200 miembros o a través de una consulta con sus militantes. De ese congreso sí dependerá lo que ocurra en la negociación de los Presupuestos para 2025.

Por eso es fundamental el liderazgo fuerte de Junqueras para marcar el signo de esa decisión, porque, además, Puigdemont presiona para dejar en evidencia a ERC con su anuncio de presentarse a la investidura.

Respecto a Junts, los socialistas creen que si Illa logra ser investido, Puigdemont no tendrá más remedio que cumplir su palabra y abandonar la política. A partir de ahí, se abrirá un profundo debate en ese espacio político, que antes fue ocupado por los convergentes, es decir, dirigentes de una derecha "de orden", próxima al empresariado catalán, que pactaba con el Gobierno central para lograr beneficios para Cataluña.

Confían en que se imponga ese pragmatismo que dé estabilidad en Cataluña, la vuelta de las empresas que se fueron durante el procés y, en general, un clima que facilite la mejora económica de la comunidad, tras años de dudas, falta de garantías y retroceso con respecto a Madrid.

Un Gobierno de Illa, según esta versión, favorecería ese clima y esa derecha moderada con ventajas para Cataluña, por ejemplo, en los Presupuestos para 2025 que se negociarán a partir de febrero.

Paradójicamente, ese proceso sería positivo también para el PP, porque Alberto Núñez Feijóo podría tener un aliado en Cataluña, como lo fue en tiempos de José María Aznar, cuando pactó en 1996 su investidura con CiU y PNV.