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Política CASO KOLDO

Koldo usaba el despacho de Ábalos para recibir a contratistas cuando no estaba el ministro

El asesor también controlaba las citas del exministro, participaba en ellas y le decía a quién debía saludar en actos públicos. 

29 febrero, 2024 02:40
Arturo Criado Jorge Calabrés

Koldo García Izaguirre era más que un asesor del exministro de Transportes, José Luis Ábalos. Mucho más que un asistente. Era su hombre de confianza, su "mano derecha" como lo presentaba en diversas ocasiones. Una persona que controlaba todos los resortes del Ministerio de Transportes y que manejaba con mano de hierro la "cola de contratistas" que trabajaban con el departamento. 

Testigos de aquella época relatan cómo el poder de Koldo García era mucho mayor que el del jefe de gabinete del propio Ábalos. Su impunidad llegaba al extremo de que, según las fuentes consultadas, realizaba reuniones entre empresarios y miembros del Ministerio utilizando las salas de reuniones cercanas al despacho del ministro. Incluso, en el propio despacho de Ábalos cuando este no estaba.  

Un poder que era  visto con extrañeza y desconfianza por los funcionarios, pero también por aquellos que acudían a reuniones con el exministro a su oficina. Koldo García "no tiene el aspecto tradicional de un asesor", explica una de las personas consultadas, que lo vio en algunos encuentros con Ábalos. 

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Los visitantes del Ministerio de Transporte explican también que Koldo García era el auténtico controller de la agenda de José Luis Ábalos. Era él quien decidía a quién podía ver al entonces ministro, si una visita tenía que esperar en una sala u otra, o si debía verse con otro miembro de Transportes.

Unas decisiones que el asesor tomaba desde su despacho, pegado a la puerta de la oficina del ministro y junto al de las secretarias de Ábalos. Allí, entre ellas, se encontraba su mujer Patricia Úriz, contratada como personal de confianza del titular del departamento.

Recreación de la planta donde estaba el Ministerio de Transportes.

Recreación de la planta donde estaba el Ministerio de Transportes.

Precisamente, en ese despacho, había otra figura que llamaba la atención: Víctor de Aldama. En aquel entonces un desconocido, hoy uno de los cerebros de la presunta trama que cobró mordidas por abastecer de mascarillas a distintos departamentos del Gobierno. Todo gracias a la intervención de Koldo García Izaguirre. De hecho, según la querella de la Fiscalía Anticorrupción, el empresario Aldama contaba con "un pase especial" en el Ministerio de Transportes. 

Ambos, explican las fuentes consultadas, mantenían reuniones con distintos empresarios relacionados con el Ministerio en las salas de reuniones que se encuentran en la zona previa al despacho de Ábalos.

Se trata de citas a las que, en muchas ocasiones, eran llamados responsables de departamentos de Transportes para que intercambiaran pareceres. Encuentros que se celebraban en nombre del ministro y a los que nunca acudía. 

Ahora bien, Koldo García también controlaba los encuentros entre empresarios y el propio José Luis Ábalos. Una de las personas que visitó esa oficina recuerda cómo, a su llegada, el asesor ya estaba en el despacho del ministro.

¿Quién es ese? 

"Nos sentamos, comenzamos la reunión y permaneció sentado en otra mesa escuchando la conversación y tomando notas. Yo no sabía quién era", relata. Llegado un momento determinado, el asesor abandonó el encuentro sin mediar palabra y sin haberse presentado al interlocutor de su jefe.

Otras fuentes van más allá. Relatan cómo era habitual que en algunas ocasiones Ábalos sí presentara a su mano derecha. Celebraban el encuentro y abordaban los temas a tratar en el mismo. Llegado un momento, el por entonces titular de Transportes se ausentaba y les pedía que cerraran todos los detalles que faltaban con Koldo García. 

Esto, explican, da muestras del poder y la confianza que el exministro Ábalos otorgaba a Koldo García en los distintos asuntos que se abordaban en el Ministerio de Transportes y Agenda Urbana. 

Otro empresario con bastante relación con el Ministerio recuerda que siempre le llamó la atención el papel de Koldo García y su relación con Ábalos. "Le llevaba el maletín, iba junto a él e incluso le iba señalando a qué empresarios debía saludar y a cuáles no cuando teníamos un acto público", recuerda.

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La influencia de Koldo sobre el exministro parece extenderse también a algunos miembros de Transportes. Así lo refleja la querella de la Fiscalía Anticorrupción en la que se explica cómo el asesor mantuvo llamadas telefónicas con Álvaro Sánchez, secretario general de Puertos del Estado, con quien "se detecta una relación personal y directa".

De hecho, es Puertos del Estado la primera empresa en realizar una compra de mascarillas a Soluciones de Gestión, la empresa controlada por los cerebros de la trama: Víctor de Aldama y Juan Carlos Cueto. Un contrato de 24,2 millones de euros. Ahora bien, conviene indicar que Sánchez fue llamado a declarar como testigo por el juez, pero no ha sido implicado en la trama en ningún momento por la Audiencia Nacional. 

El 'caso Globalia'

La gran pregunta en juego está en saber exactamente el papel que juega en todo esto Aldama. Máxime porque el propio Ábalos reconoce haberlo conocido en el Ministerio pues trabajaba para Globalia. Aunque el grupo turístico negó en un primer momento ninguna vinculación con el empresario, este miércoles reconocía que sí existía una relación que databa de 2018. 

Una relación que se hacía pública después de que este diario publicara unas fotografías del CEO de Globalia, Javier Hidalgo, junto a Aldama en un viaje a Oaxaca, en México. Fue en 2019 cuando el grupo turístico cerró un contrato de asesoramiento que se mantuvo en el tiempo hasta finales de 2020; fecha en la que Air Europa cerraba su programa de rescate para evitar desaparecer por las pérdidas provocadas por la pandemia. 

El exministro ha reconocido que Aldama se interesó por el rescate, aunque también asegura que no influyó en nada dado que el Gobierno tuvo siempre claro que la aerolínea era estratégica para el país.