La nueva presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, el pasado enero en la Comisión de Igualdad del Congreso.

La nueva presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, el pasado enero en la Comisión de Igualdad del Congreso. Fernando Sánchez Europa Press

Política FEMINISMO

Carmen Calvo excluye la ley del 'sí es sí' de los logros feministas del Gobierno en su nuevo libro

Critica que la "extrema izquierda", en referencia a Podemos y parte de Sumar, sea regulacionista de la prostitución por "un extraño sentido de la libertad". 

14 febrero, 2024 03:16

La exvicepresidenta del Gobierno y nueva presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, ha llegado este miércoles a las librerías con un libro titulado Nosotras (Planeta). En el texto, que es una suerte de manifiesto, Calvo hace un repaso de todos los logros feministas legislativos del PSOE y de los gobiernos socialistas en materia de Igualdad, pero excluye la polémica Ley del sólo sí es sí.

Este olvido intencionado muestra que el roce con Podemos por la norma sigue vigente, a pesar de que desde el PSOE han insistido en numerosas ocasiones que se trata de una "buena ley" y el presidente, Pedro Sánchez, llegó a asumir la responsabilidad de modificarla cuando quedó patente que estaba sirviendo para rebajar condenas a encausados por delitos sexuales.

Este, sin embargo, no es el único recado que Calvo deja en Nosotras tanto a Podemos como a parte de Sumar, actual compañero del Gobierno de coalición del PSOE. La presidenta del Consejo de Estado también arremete contra los partidos de "extrema izquierda" que son regulacionistas de la prostitución y les acusa de alinearse con la extrema derecha.

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En un capítulo titulado Feminismo jurídico: las leyes del feminismo socialista, Calvo asegura que "hablar del feminismo jurídico es fundamental porque en las sociedades contemporáneas, en el Estado de derecho, en las democracias constitucionales, el binomio política-derecho es el que constituye la realidad". "No hay nada efectivo en política si no es transformado en ley", añade.

A partir de ese alegato, Calvo empieza a reivindicar medidas como las cuotas, el derecho al aborto, los cambios en el Reglamento del Congreso y normas como la Ley Integral contra la Violencia de Género (2004) y la Ley Orgánica para la Igualdad Efectiva de Hombres y Mujeres (2007), que luego fue "rematada" por la ley Zerolo de 2022.

También se muestra orgullosa de haber aportado un prisma feminista a medidas como el Plan E de José Luis Rodríguez Zapatero o la Ley de Ciencia, Tecnología e Innovación de 2022. Sin embargo, no hay rastro de la Ley del sólo sí es sí que, si bien partió del ministerio de Irene Montero, fue abrazada posteriormente por todo el Ejecutivo y se sacó adelante gracias a los apoyos del PSOE.

Tampoco hace ninguna referencia a la Ley Trans. Si bien esta norma está más ligada a los colectivos LGTBI que a los feministas, fueron las secretarías de Igualdad de partidos como el PSOE quienes la trabajaron. La ley partió al feminismo en dos y, durante la legislatura pasada, Calvo se convirtió en una de las principales voces del llamado feminismo clásico que critica la norma.

De hecho, el nombramiento de Carmen Calvo como presidenta del Consejo de Estado ha sido duramente censurado desde Podemos y desde Sumar. La exministra Ione Belarra ha reprochado a Sánchez que "premie" con este puesto "a una persona que claramente ha defendido posiciones transfóbicas".

"Preocupa y mucho, que la transfobia presida instituciones del Estado", ha escrito en redes sociales Elizabeth Duval, actual portavoz en Sumar de Feminismo, igualdad y derechos y libertades LGTBI.

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En Nosotras, Calvo reconoce que hay una pugna entre el feminismo y el activismo LGTBI. "Esto tenía que llegar porque forma parte de la madurez del feminismo, de su potencia, de su necesidad en cualquier lugar del mundo para posibilitar la evolución de los sistemas políticos y jurídicos con relación a nuestros intereses, y, claro, hay algunos intereses contrapuestos, y habrá que hablar y negociar", comenta.

Calvo también critica que se priorice "el concepto de la diversidad por encima del de la igualdad", otro de los asuntos clave en la pugna LGTBI contra el llamado feminismo clásico. "Si aceptamos esa discriminación inicial sin pasarla por la máquina de la igualdad, vamos a quedarnos con la misma discriminación, pero con la cara lavada", añade.

Contra la prostitución

En Nosotras, Carmen Calvo arremete contra las posturas regulacionistas de la prostitución. Tanto ella como el PSOE son abiertamente abolicionistas, pero los socialistas no están pudiendo llevar a cabo las reformas legales que quieren porque no dejan de toparse con el muro de sus aliados –de nuevo, Podemos y parte de las formaciones que integran Sumar–, que abogan por regularla frente a prohibirla.

"Es lamentable y significativo que en defensa de la libertad aparezcan tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda regulacionistas que consideren la prostitución un trabajo que deba reconocerse jurídicamente, y que ambas opciones políticas, por un extraño sentido de la libertad, caminen juntas", escribe Calvo en su libro.

"Bajo esa idea de libertad se oculta otra, que funda el machismo: la de que los hombres tienen derecho a comprarnos. Sostener el derecho de los hombres a mercadear con las mujeres es de una crueldad y perversión tremendas", añade.

Calvo liga la prostitución con la llamada gestación subrogada, término que considera falaz porque "es imposible estar embarazado sin estarlo, como morirte en lugar de otro". "La prostitución y los vientres de alquiler no solo forman parte de nuestros derechos y nuestra integridad física y moral, sino que también son el símbolo para todas de que somos mercancía comprable y vendible", asegura.

"El feminismo está ligado, sobre todas las cosas, a la gran corriente de defensa de los derechos humanos, por lo que defender que se regule la compra-venta de sexo supone una contradicción enorme que echa por tierra la dignidad de la existencia de muchas mujeres que se ven de esta manera cosificadas y sometidas en cuerpo y alma a los varones", añade.