El presidente Pedro Sánchez, ante la imagen del candidato socialista José Ramón Gómez Besteiro, durante el mitin celebrado este sábado en Orense.

El presidente Pedro Sánchez, ante la imagen del candidato socialista José Ramón Gómez Besteiro, durante el mitin celebrado este sábado en Orense. Europa Press

Política elecciones gallegas

Feijóo agita la amnistía y los pactos con Bildu pero Sánchez se escuda en sus políticas sociales

Pedro Sánchez apela a la subida del SMI y Yolanda Díaz sugiere que tiene el apoyo del Papa para reducir la jornada laboral, en la campaña gallega.

4 febrero, 2024 03:54

El presidente Pedro Sánchez esgrimió ayer los avances sociales impulsados por su Gobierno para esquivar la polémica sobre la amnistía, mientras el PSOE mantiene las conversaciones "discretas" con Junts para resucitar el proyecto de ley que el partido de Puigdemont tumbó el martes en el Congreso.

En sus actos de campaña celebrados este sábado en Orense y Ferrol, Pedro Sánchez volvió a anunciar la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), mientras que Yolanda Díaz pidió el apoyo de los trabajadores para sacar adelante otra de sus promesas: la reducción de la jornada laboral.

Ambos apelaron así a las políticas sociales del Gobierno para eludir la cuestión más espinosa, la tramitación de la amnistía, que puede lastrar las expectativas del candidato socialista a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro. Las encuestas sigue colocándolo en tercera posición, por detrás del BNG.

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Sin embargo, el PP intentó reventar esta estrategia en el multitudinario mitin celebrado en la plaza de toros de Pontevedra, que transmitió una imagen de unidad al reunir a Alberto Núñez Feijóo, Mariano Rajoy y Alfonso Rueda, candidato a la reelección como presidente de la Xunta. 

Mariano Rajoy fue el más contundente al exponer las políticas de Pedro Sánchez: "No queremos que nos gobiernen los que dan el indulto a los independentistas", señaló, "ni los que suprimen el delito de sedición, ni los amigos de Putin, ni los que dan a Bildu la Alcaldía de Pamplona, ni los que blanquean a los de ETA".

Por la mañana, Pedro Sánchez había atribuido a la "impericia e irresponsabilidad" del Gobierno de Rajoy la grave crisis constitucional vivida en Cataluña desde 2017. Escamoteó así el papel jugado los principales impulsores del golpe del 1-O: sus actuales socios de Junts y ERC.

Pocas horas después, Mariano Rajoy contestaba desde Pontevedra: "Ahora parece que los jueces, fiscales y el Gobierno que aplicó el 155 e hizo que se cumpliera la ley en España, vamos a ser los malos. No queremos esa amnistía", recalcó.

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También Feijóo reprochó a Sánchez las cesiones y privilegios que ha otorgado a los independentistas, a cambio de su voto en la investidura. Pero el líder nacional del PP dejó claro que, en las elecciones gallegas del 18-F, el principal rival de su partido no es el PSOE, sino los nacionalistas del BNG.

Por ello, Feijóo advirtió del riesgo de que, tras estos comicios, la Xunta acabe presidida por una candidata (Ana Pontón) que defendería las mismas políticas que Bildu y ERC. En una dinámica, avalada por los socialistas, que acabaría trasladando a Cataluña la "fractura social" de regiones como Cataluña y el País Vasco: "Galicia no necesita un Puigdemont con otro nombre", dijo gráficamente el líder del PP.

Estas palabras marcaron un abismo, tanto por el tono como por el contenido, con las pronunciadas pocas horas antes por los principales responsables del Gobierno.

En el mitin del PSOE celebrado en Orense, el presidente Pedro Sánchez sólo lanzó una alusión velada a la amnistía. Y lo hizo para garantizar que Junts no va a poner fin abruptamente a la legislatura, pese a haber frustrado la tramitación de la ley de amnistía.

La legislatura no se acaba

Tras mencionar las medidas sociales aprobadas en sus dos primeros meses de Gobierno, auguró: "Imaginad lo que vamos a hacer en los 1.265 días" que restan de legislatura, "a Feijóo y Abascal se les va a hacer extraordinariamente largo".

El principal anuncio de su mitin: el Consejo de Ministros aprobará el martes la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) a 1.134 euros al mes, que la vicepresidenta Yolanda Díaz ha pactado con los sindicatos (con el rechazo de la patronal).

Por su parte, Yolanda Díaz arropó este sábado en Ferrol a la candidata de Sumar, Marta Lois, junto al nuevo portavoz parlamentario de la coalición, Íñigo Errejón. De nuevo, con las políticas sociales como hilo conductor de sus discursos.

Yolanda Díaz pidió el respaldo de los trabajadores porque, dijo, es consciente de que va a encontrar "problemas" en el seno del Gobierno para sacar adelante una de sus medidas estrellas: la reducción de la jornada laboral.

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Aunque aseguró que cuenta para ello con el aval del Papa Francisco, quien durante su encuentro del viernes en el Vaticano le transmitió que la gente necesita "tener tiempo para vivir, para pasear, para disfrutar y para amar".

Mientras Pedro Sánchez y Yolanda Díaz sorteaban esta cuestión, el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, confirmó este sábado en una entrevista a RAC1 que el Gobierno sigue adelante con los contactos "discretos" con Junts, para desbloquear la tramitación de la ley de amnistía.

Urtasun se mostró convencido de que la proposición de ley "no puede descarrilar", porque hay "muchas familias en Cataluña que están esperando que tire adelante" para superar las consecuencias penales del procés.

Para lograrlo, el ministro de Cultura apeló a la "responsabilidad" del partido de Puigdemont. A su juicio, Junts cometió un "error" al votar el martes contra la ley de amnistía, porque "ha dado un mes a los reaccionarios de España para seguir torpedeando el proceso", mientras el texto busca una segunda oportunidad en la Comisión de Justicia del Congreso.

Preguntado por la actuación del magistrado Manuel García-Castellón, que instruye la causa del Tsunami Democràtic en la que Carles Puigdemont está investigado por terrorismo, Urtasun consideró que "tenemos unos jueces que actúan más por motivaciones políticas que otra cosa". Pero toda esta polémica ha quedado soterrada en el discurso público del PSOE, hasta que concluya la campaña de las elecciones gallegas.