Óscar Puente y Pedro Sánchez se felicitan, tras el discurso del vallisoletano en respuesta a Feijóo.

Óscar Puente y Pedro Sánchez se felicitan, tras el discurso del vallisoletano en respuesta a Feijóo. EFE

Política INVESTIDURA

Sánchez elude debatir la amnistía embarrando la investidura de Feijóo con los exabruptos de Puente

  • "El presidente se reserva para su investidura, que es cuando tendrá que exponer su proyecto", aseguran desde Moncloa para explicar su ausencia en el debate.
  • El debate de la investidura de Feijóo, en directo
27 septiembre, 2023 03:40
Fernando Garea Luis Casal

Alberto Núñez Feijóo empezó ayer su camino hacia el rechazo definitivo de su investidura el viernes como presidente del Gobierno, para pasar a ser investido como líder de la oposición. Y Pedro Sánchez optó por lanzar en el Congreso un bote de humo que le permitiera eludir el espinoso asunto de la amnistía y sus avanzadas negociaciones con los partidos independentistas.

El presidente del Gobierno en funciones hizo salir en su lugar a la tribuna al diputado Óscar Puente, exalcalde de Valladolid, una de sus colaboradores más cercanos y reconocido por sus mensajes más contundentes y agresivos.

Ese bote de humo le permitió reventar el debate, embarrar el terreno, desviar la atención y ningunear a Feijóo. Ni siquiera envió al portavoz del Grupo Socialista, Patxi López. Prefirió al aguerrido Puente, con discurso preparado en Moncloa y "libre de ataduras institucionales".

Puente fue actor cuando era joven y ahora es un político encasillado en el papel de pendenciero y ayer cumplió el guion escrito para él por Sánchez. Para provocar esa bronca le utilizó ayer el presidente del Gobierno en funciones, como en su momento le utilizó para ese cometido como portavoz de su candidatura en las primarias y luego como portavoz de la Ejecutiva del PSOE, hasta que el líder socialista se cansó de los líos en que le metía y le apartó de facto.

También buscaba Sánchez enardecer y agrupar a sus diputados y a los militantes socialistas con el discurso de descalificación global del PP, para hacer frente a los llamamientos para romper la disciplina de voto y así taponar las grietas internas abiertas por la segura aprobación de la amnistía.

Todo se hizo a costa de poner en entredicho las instituciones, porque el propio Sánchez aseguró en el reciente debate de la moción de censura de Vox protagonizada por Ramón Tamames que no intervenir era no respetar al Congreso.

[Sánchez embarra la investidura de Feijóo lanzándole las injurias y burlas de Óscar Puente]

"Señoría, no vaya a pensar que nosotros vamos a ningunear esta iniciativa, al contrario, porque hay algo que nos distingue a los demócratas respecto de quienes no lo son y es, precisamente, que nosotros respetamos las instituciones y el juego democrático, incluso frente a quienes no creen en ellos y añoran tiempos pretéritos. Así que, por supuesto, vamos a hablar de su moción de censura por persona interpuesta", dijo Sánchez el pasado mes de marzo en respuesta a Abascal y Tamames al inicio de su intervención en la tribuna.

Ayer Sánchez prefirió obviar ese respeto institucional que invocó entonces y sacó a Puente a la tribuna del Congreso, coreado por los diputados del PSOE y abucheado por los descolocados parlamentarios del PP que pateaban y gritaban "¡Cobarde, cobarde!" al presidente del Gobierno en funciones.

Todos los presidentes del Gobierno en funciones han intervenido en los debates de investidura, incluido Felipe González, único que perdió unas elecciones como candidato desde la Moncloa.

"El presidente se reserva para su investidura, que es cuando tendrá que exponer su proyecto", aseguran fuentes de la Moncloa para explicar la representación del líder socialista.

"Puente ha hecho de máquina quitanieves, diciendo verdades como puños y mostrando que es una investidura fake. Se buscó un portavoz que pusiera a Feijóo ante el espejo de sus contradicciones como la de la lista más votada", aseguran esas fuentes oficiales, que omiten que la moción de censura era, según su terminología, fake, como lo eran las dos investiduras perdidas por Sánchez en 2016 y en 2019.

Yolanda Díaz sigue a Sánchez

Ese portavoz se felicitaba de haber cambiado el paso a Feijóo, hasta el punto de hacerle tirar a la basura el discurso que llevaba preparado para responder a Sánchez. Otras fuentes explican que Sánchez evitó también poner en riesgo las negociaciones de investidura con algún pronunciamiento sobre la amnistía.

Con esa estrategia, el presidente del Gobierno en funciones dejó solos a sus aliados de Sumar en la defensa de la amnistía, como ha venido haciendo en los dos últimos meses. Fuentes cercanas a su líder, Yolanda Díaz, aseguran que la vicepresidenta segunda había preparado una intervención y pretendía representar a la formación en persona, pero la negativa de Sánchez a enfrentarse a Feijóo la obligó a refugiarse tras sus portavoces "para no hacerle el feo", dicen estas personas.

Fue así cómo Enrique Santiago, uno de los tres intervinientes de Sumar en el debate, se centró en la amnistía, defendiéndola con argumentos jurídicos y dando por hecho que se aprobará dentro del acuerdo de investidura "como ocurre con todos los procesos de normalización". Ni la portavoz parlamentaria, Marta Lois, ni la portavoz adjunta, Aina Vidal, hicieron mención alguna a la amnistía.

El líder del PP, por su parte, intentó salir del Congreso investido como líder de la oposición, dejando un relato de sus negociaciones y mostrando algunas de sus propuestas para una imposible investidura como presidente. También reiteró la mano tendida al PSOE para acuerdos, aunque incluso antes del inicio del debate estaba claro que esa opción era más que imposible. Con la aguerrida intervención de Puente lo fue aún más.

El objetivo de Feijóo era mostrar que el PP es la única alternativa a Sánchez y sus aliados, como ya intentó el domingo en la concentración de Madrid, para buscar restar apoyos a Vox. Responde ese objetivo a la constatación de que nunca gobernará si no debilita mucho más al partido de la extrema derecha.

Su discurso arrancaba con un argumento con escaso fundamento real, sobre la idea de que si no es presidente del Gobierno es porque no quiere pactar con Junts y ceder a sus exigencias. En realidad un hipotético y muy difícil pacto con los independentistas sería incompatible con Vox y, por tanto, en ningún caso llegaría a la mayoría precisa para sacar adelante la investidura.

Además, Feijóo arrancó con las referencias a las negociaciones de Sánchez con Junts y ERC para aprobar una amnistía, a la espera (frustrada luego) de entablar un debate con el presidente en funciones.

Y luego desarrolló una serie de medidas de Gobierno, con un tono casi socialdemócrata, referido a mantener el impuesto a la banca, mejorar el Ingreso Mínimo Vital, subir el Salario Mínimo Interprofesional y fortalecer el llamado escudo social.

Volvió a proponer seis pactos de Estado que quedaron sólo para el Diario de Sesiones sin que nadie recogiera ese guante.

Sorprendió proponiendo una comisión parlamentaria de investigación sobre las relaciones con Marruecos, porque él puede crearla con su mayoría en el Senado y porque es materia delicada incluso para el PP.

Hoy seguirá el debate con el resto de grupos y la votación por llamamiento. Como no habrá mayoría absoluta, volverá a votarse el viernes en busca de una mayoría simple que tampoco habrá.

Para la próxima semana el Rey podría repetir la ronda con los portavoces, para una nueva investidura con Pedro Sánchez de candidato a finales de octubre y el apoyo de Sumar, Junts, ERC, Bildu y BNG.