Pedro Sánchez, este viernes durante la presentación de su programa, junto a Nadia Calviño y María Jesús Montero.

Pedro Sánchez, este viernes durante la presentación de su programa, junto a Nadia Calviño y María Jesús Montero. EFE

Política 23-J

El plan secreto de Sánchez para remontar: recuperar un 12% de votantes críticos y arrebatar al PP otro 1%

La campaña del PSOE trata de evitar la desmovilización de quienes le votaron en 2019 y que les hizo perder el 28-M.

8 julio, 2023 02:39

En contra de los pronósticos iniciales, el PSOE ha arrancado la campaña electoral del 23-J con buen estado de ánimo, optimismo y un plan secreto diseñado para revertir la desventaja con la que parten.

Según trasladan desde la sala de máquinas socialista a EL ESPAÑOL, están intentando recuperar el 12% de los votantes del PSOE que aún no saben a quién votar, cortar el trasvase de voto al PP, empujar a los conservadores a cometer errores y alentar la participación para que sea elevada.

Todos los elementos cuentan para sumar puntos y confirmar la remontada. "Hay partido. Lo sabemos nosotros y lo sabe el PP", aseguran desde el PSOE.

Recuperar el voto

La desmovilización fue un problema para el PSOE el 28-M y una de las causas de su pinchazo. Muchos de quienes les votaron en noviembre de 2019 no cogieron la papeleta socialista, pero ahora parece que pueden volver a hacerlo.

Los trackings internos del partido muestran una movilización relativamente positiva, del 67% de sus votantes de hace cuatro años. El CIS les da algo menos: el 64,4%.

Logrado ese dato de movilización, el objetivo del partido es ir a por el 12,2% de gente que votó al PSOE en 2019 y que ahora no sabe a quién votar. También buscan cortar la sangría, el trasvase de votos del PSOE al PP, que el CIS sitúa en el 9,1%. Para ello, los socialistas están apostando por dos estrategias.

En primer lugar, han cambiado el sentido de la campaña. La del 28-M consistió en prometer nuevas medidas y vender los logros del Gobierno. Pero no funcionó y ahora optan por una menos ortodoxa.

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Pedro Sánchez sólo va a dar, en principio, tres mítines. Desde el partido reconocen que a estos actos sólo acuden los que ya están convencidos y que, además, tienen escasa repercusión mediática. El PSOE los ha sustituido por muchas entrevistas, en las que creen que Sánchez está saliendo bien parado, y apariciones en programas como La pija y la quinqui o spots publicitarios.

En segundo lugar, airearán el miedo a la ultraderecha por los pactos entre el PP y Vox. Durante el acto de lanzamiento de campaña de este jueves, Sánchez no mencionó a Alberto Núñez Feijóo sin aludir también a Santiago Abascal. El viernes, durante la presentación del programa, llegó a pedir el voto para aquellos votantes conservadores descontentos con los pactos PP-Vox.

Esto sirve a los socialistas para atraer, a través de esas emociones, a los votantes más de centro, a los indecisos entre PSOE y PP. Pero, sobre todo, sirve para movilizar a ese 12,2% socialista que no quiere el tándem de derechas y para convencer al 9,1% que se ha acercado a Feijóo de que haacerlo ha sido una mala decisión.

Errores del PP

Desde el equipo de campaña del PSOE también tienen esperanza en ganarle algún punto porcentual al PP por los errores que pueda cometer. Tras los pactos con Vox, que atragantaron la precampaña a los populares y dieron aire a los socialistas, ahora consideran que la siguiente partida se juega en los debates.

Feijóo ha rechazado asistir a los debates a cuatro que le han ofrecido. Aunque el Grupo Prisa canceló el suyo, el de RTVE sigue en pie y en él se van a enfrentar Sánchez, Abascal y la líder de Sumar, Yolanda Díaz. Los socialistas creen que el gallego puede haber cometido un error al dejar su silla vacía.

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Consideran que ese escenario va a servir a Abascal para confrontar con Sánchez, lo que restaría puntos al PP, y a Sánchez y a Díaz para alertar de que viene la ultraderecha, lo que moviliza a la izquierda. Eso ocurrirá, además, el 19 de julio, a sólo cuatro días de ir a las urnas.

En el equipo socialista no descartan la posibilidad de que Feijóo acabe yendo, según los sondeos de ese momento. En caso de que lo haga, confían en que también puede ser beneficioso para ellos porque el popular se tendría que enfrentar contra las dos opciones de izquierda, pero también con un Santiago Abascal del que se quiere alejar.

Sumar y participación

En el plan de los socialistas también desempeña un papel importante Sumar, con quien tendrían que formar el Gobierno de coalición en caso de que las cuentas cuadren después del 23-J. Y lo hace también en dos direcciones.

Por un lado, Sumar se está centrando en obtener buenos resultados en las provincias grandes y que más diputados aportan al Congreso. En las pequeñas se suele premiar el bipartidismo, por lo que el PSOE recogería ese voto de izquierda que quedaría huérfano. De nuevo, las emociones juegan a su favor también aquí.

Por otro lado, las encuestas internas del PSOE están demostrando que Sumar está teniendo buenos resultados a partir del cuarto y quinto diputado que reparten las provincias grandes.

Ahí, Díaz disputa el tercer puesto a Vox, y aunque pueda robar parte del voto socialista, lo que cuenta es que agrega diputados a la eventual coalición, aumentando las posibilidades de la izquierda.

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El último gran factor con el que espera contar el PSOE es el de la participación. Tradicionalmente, la baja participación beneficia a la derecha y la elevada beneficia a la izquierda. Y hay que tener en cuenta una clave: la participación en las generales siempre sube respecto a las municipales.

En el PSOE esperan que si, por ejemplo, la participación del 23-J sube un 5% respecto al 28-M, alrededor de tres puntos vayan para ellos o Sumar. Los datos, según dice, están siendo positivos de momento.

Si en las municipales de mayo se registró una participación del 63,91%, la tercera más baja de la historia, el barómetro del CIS de esta semana ya sitúa la participación de las generales en niveles mucho más altos. El 78% de los encuestados afirma que "con toda seguridad irá a votar". Incluso en las estimaciones más a la baja se espera ese impulso para la izquierda.