El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a Adriana Lastra.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, junto a Adriana Lastra.

Política CRISIS EN EL PSOE

Sánchez reprocha a Lastra que haya impulsado rencillas en el PSOE en pleno 'sorpaso' del PP

Fuentes cercanas al presidente confirman que está decepcionado por la batalla que ha abierto su 'número dos' en "la lucha interna" del PSOE.

11 julio, 2022 02:44

Cuando el jefe "está enfadado", toma las riendas y no es Adriana Lastra, vicesecretaria general, quien pilota la nave. Más aún cuando las fuentes consultadas en las filas socialistas coinciden, en su inmensa mayoría, en que el líder está molesto con ella.

El presidente del Gobierno entiende que no es momento de juegos de poder y, según ha podido saber este periódico, le ha hecho saber a su número dos que está muy decepcionado y molesto con las filtraciones y el ambiente de desgobierno en el PSOE.

Hace ahora una semana, Pedro Sánchez aclaró su agenda con días de antelación para poder presidir la Ejecutiva del partido. El suyo es un PSOE que él conquistó prometiéndole "todo el poder a la militancia", pero la realidad es que hoy en día el Partido Socialista es una maquinaria a su completo servicio.

Y para asegurarlo, en pleno sorpasso del PP y con la cúpula directiva entretenida en peleas internas, el secretario general aplazó cualquier decisión el lunes pasado. Eso sí, advirtió de que intervendrá en la guerra de Lastra con Santos Cerdán, el secretario de Organización: "Cuando tenga una decisión tomada, os la comunicaré", anunció.

"Asqueado"

Según las fuentes consultadas, el presidente está, incluso, "asqueado". No entiende que le fallen así y le indigna que haya quien dedica más energías "a la lucha interna" que al proyecto común, porque eso resta fuerzas para enderezar la nave política.

A Sánchez no le ha gustado nada el revuelo de filtraciones contra determinados portavoces como Felipe Sicilia o Héctor Gómez, o los mensajes erráticos en un momento tan delicado de la legislatura. "A veces somos de izquierdas, otras de centro... la política de comunicación es un caos, no hay un objetivo, no hay estrategias, sólo se sobrevive", relatan fuentes del partido.

Según algunos, el líder socialista, de hecho, mandó otro mensaje el lunes pasado: "Los rumores en la prensa son el primer motivo para que no haga nada". Es decir, que quien conoce a Sánchez sabe que "ni se le marca el paso ni permite que siquiera lo parezca". Entre otras cosas, porque está convencido de que actuar por reacción y con rapidez "es lo que lleva a los errores".

Está estallando una sucesión continua de problemas en las manos del presidente y en sus dos ámbitos de poder: el Gobierno y el partido. "No hay liderazgo, no hay referencia de proyecto político o intelectual... y eso de que volvía el PSOE de la crisis de hace un año [y un día, este lunes] se ha demostrado que no era así", explica uno de los consultados, con gran influencia en el interior del partido.

Mientras la inflación lo dispara todo porque exacerba desde la relación con los socios europeos a la capacidad de compra de los votantes, pasando por el crecimiento, la deuda, los impuestos... y las encuestas, en las últimas semanas "la oleada de derechas" está poniendo nerviosos a los cuadros del partido.

Y las tres derrotas consecutivas en las últimas elecciones regionales Madrid, Castilla y León y, sobre todo, el bonillazo de Andalucía confirman las sospechas de cambio de ciclo. "Más aún cuando los únicos mensajes que lanza Ferraz son de derrota", añade otro dirigente socialista.

"Tormenta perfecta"

"Es idea del equipo de Lastra lo de agitar constantemente el fantasma de la ultraderecha y lo de remover los viejos archivos de la Gürtel y la Kitchen... pero, por mucho que tengamos razón en mostrar la corrupción del PP, ese mensaje no cala, es viejo".

Ese contraataque se sacó del cajón en las semanas posteriores al estallido del llamado caso Pegasus. Reaparecieron grabaciones en la prensa y, al mismo tiempo, la campaña andaluza se centró "en el ataque al adversario, en lugar de en nuestro candidato". A la vista de que la única autocrítica posterior respecto al "batacazo" del 19-J es que a Juan Espadas no le dio tiempo a explicar su proyecto, nada encaja, ni el relato.

Además, es el PSOE el que está en el poder. Y el poder lo ha colocado en una "tormenta perfecta" de desgracias, muchas de ellas importadas la guerra y sus consecuencias, sin ir más lejos y otras, impredecibles la pandemia, el volcán...—. "Pero en estas situaciones", explica un viejo socialista, "la gente busca refugio, no batalla".

De ahí que este histórico constate que lo que vive ya el PSOE es "un bucle, cada cosa que hacemos empeora la percepción de la anterior, y engrandece la figura de Feijóo". Según un tercer socialista, cercano a Sánchez, "estamos intentando evitar una derrota que no ha ocurrido, y el PP se ha dado cuenta".

Fin de ciclo

Y por eso diagnostica la situación así: "El presidente sabe que toca hacer cambios, tomar decisiones graves". Los territorios ya han detectado que la estructura central está quebrada, y eso provoca una reacción y una réplica: que cada federación trata de salvar sus muebles "más ahora, que encaramos la confección de listas para las autonómicas" y que desde Ferraz se responde a ello.

Lastra, de hecho, compite con Cerdán en el control territorial. Ésa es supuestamente la parcela exclusiva del secretario de Organización, pero "ella busca a sus fieles y trata de favorecerlos". Aunque esas llamadas al orden sólo crean "más recelos y desconfianza".

Finalmente, hay quien ve una explicación mucho más sencilla a todo esto. Ésta consiste en que un partido en el poder siempre se va desdibujando en favor del Gobierno, porque el líder se siente más cómodo en Moncloa que pilotando a la formación política, "eso la llena de gente que le debe todo al líder, y que no le rechista ni le dice las verdades".

¿Eso le está ocurriendo muy pronto al PSOE, sólo cuatro años después de llegar al poder? "Es una legislatura, pero han sido tres, se ha gobernado en coalición, con una pandemia y una guerra... el capital político se agota", diagnostica el más veterano de los consultados, "y ya se hizo un cambio de banquillo que salió mal".

¿Fin de ciclo, pues? "Vamos de cabeza, pero no tendría por qué ser así. Sería injusto, y es más necesario que nunca un Gobierno progresista", explica la misma fuente.