La guía de Garzón para elegir juguetes no sexistas: ni rosa ni azul ni disfraces de princesa y superhéroes

A las puertas de la Navidad y de Reyes, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, ha alertado de que los juguetes de los niños reproducen el "patriarcado", como aquellos que relacionan a las niñas con el color rosa o con actividades relacionadas con el ámbito doméstico o las princesas y muñecas "de piel blanca y extremadamente delgadas, con medidas irreales" y con tacones y maquillaje. También alerta de la sexualización y la intolerancia que generan ya que, en su amplia mayoría, los muñecos son de piel blanca. 

Alberto Garzón ha presentado este viernes una guía para que esta Navidad se elijan juguetes sin estereotipos sexuales para que los niños y niñas puedan "desarrollar toda su potencialidad". Entre los estereotipos que más se repiten, explica esta guía, es el uso del color "rosa" para las niñas y del "azul" para los niños; la utilización de diminutivos para los juguetes dirigidos a ellas frente a los superlativos utilizados en los de ellos; o las referencias a magia y moda para las chicas, frente a las bélicas para los chicos. "Lo que a simple vista puede parecer una inocente clasificación: rosa o azul, puede tener consecuencias graves en su futuro, limitando sus posibilidades en una de las etapas más importantes para el aprendizaje", avisa esta guía.

Princesas y superhéroes

El ministerio de Consumo quiere acabar con estereotipos como ponerles pijamas de princesas a las niñas y de superhéroes y villanos a los niños. "A las niñas las felicitamos por el vestido que llevan; a los niños, por ganar carreras", se lee en esta guía, en la que se pone de relieve que hay muñecas con las que juegan las niñas que "suelen ser de piel blanca y extremadamente delgadas, con medidas irreales".

"Si las niñas perciben que lo que se les va a valorar tiene que ver con su aspecto físico, cuidar de los demás y permanecer en el espacio doméstico y los niños, con ganar competiciones o aniquilar a sus enemigos, tenderán a moldear su comportamiento", continúa esta guía, que tiene 23 páginas.

"Muchos de los juegos también van asociados a la idea de premio o castigo. Por ejemplo, existen muñecas que tienen como objetivo arreglar su aspecto físico. Al principio tienen una expresión triste y, a través del maquillaje, el peinado y la vestimenta, se vuelven felices, lo que indica a las niñas que serán recompensadas al adecuar su apariencia a un aspecto concreto", explica el Ministerio de Consumo.

Sexualización

Otro punto a destacar es la sexualización de los juguetes, que hacen que las niñas deban ser seductoras. "La sexualidad es una característica natural de los seres humanos, pero los efectos de transmitir a niñas menores de 9 años que deben modificar su cuerpo para incitar deseo sexual pueden ser muy perjudiciales. La exposición del cuerpo, las poses sexis, el maquillaje o los tacones son algunos de los elementos que están presentes en casi todas las muñecas para niñas", denuncia la guía. 

En lo que se refiere a los chicos,  la guía de Garzón alerta de que "la cantidad de referentes de superhéroes que existen para los niños les recuerdan constantemente que deben demostrar habilidades sobrenaturales y resistir ante cualquier obstáculo sin quejarse".

Recomendaciones

Ante todo esto, Consumo hace una serie de recomendaciones para regalar esta Navidad juguetes libres de estereotipos. Estas son algunas de ellas:

- Sin clichés cromáticos: Frente al encasillamiento clásico azul-rosa, optar por juguetes con tonos y colores neutros, nombres que no diferencien y espacios compartidos facilitan que sean las niñas y los niños quienes decidan con qué quieren jugar.

- Muñecos con cuerpos realistas.

- Juguetes creativos lejos de complementos como maquillaje, ropa sexy, tacones y poses seductoras.

- Juguetes colaborativos y de trabajo en equipo.

- Empatía y entendimiento, mejor que violencia y agresividad. Jugar con muñecas
y muñecos, por ejemplo, es una manera de ponerse en su piel y entender la situación que están viviendo. Los golpes y las guerras no fomentan el diálogo ni profundizan en temas importantes para el bienestar del grupo.