Igea, vicepresidente de Castilla y León, 'navegando' con su móvil en la playa.

Igea, vicepresidente de Castilla y León, 'navegando' con su móvil en la playa. LINA SMITH

Política CUANDO SE LE CAE LA TOALLA

Francisco Igea: "Soy liberal, pero cuando veraneamos somos todos de derechas"

"En una playa nudista me pondría bañador o pasamontañas" / "La sangría me gusta sólo si hay barbacoa, experto asador en bermudas y casete" / "No quiero saber nada de la corbata hasta septiembre".

18 agosto, 2021 01:36

A Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y León, le gusta que se entreviste a los políticos de manera provocadora. Es algo así como llevarlos a la playa nudista de su parlamento. Entonces, "con algo de suerte", la gente se asoma a ver qué dicen. Igea dice bastante. Saluda a la "senectud" con un bañador rosa puesto.

Huye de las barrigas rojas y cerveceras embadurnadas de crema. Porque le preocupa el medioambiente: "¡No más ballenas varadas!". Con 16 años, le expulsaron de un intercambio en Falmouth (Inglaterra). Con 50 se convirtió en la voz crítica de Ciudadanos.

No tiene previsto pasar ningún día de este verano con un adversario, salvo que vayan a verle sus hijos -suelta una carcajada-. A orillas del mar se protege con bermudas o pasamontañas: "Mi liberalismo no impide... el sentido del ridículo".

¿Cuáles han sido sus chanclas más horteras?

La verdad es que nunca he tenido unas chanclas horteras. Desde que abandoné las cangrejeras de plástico blanco de mi infancia, soy hombre de bambas azules con suela de plástico naranja. Lo que viene siendo el epítome de la elegancia veraniega.

¿Y el bañador que más le costó tirar?

Uno azul marino. Llegó un momento en que hice una locura y lo cambié por un atrevido mil rayas azul. Ahora, ya a las puertas de la senectud, me he venido arriba y tengo un mil rayas casi rosa.

Un lugar en el que no volvería a veranear jamás.

Benidorm. Nunca veraneé, técnicamente hablando, pero he de decir que la aglomeración de tripas cerveceras, rojas y relucientes de Nivea, al sol ardiente del Mediterráneo, me causó una impresión imborrable. Era como esas escenas de ballenas varadas en las playas australianas.

El destino de veraneo que más feliz le ha hecho.

Luanco, en Asturias, cuando tenía 12 años. Una bici de ruedas gruesas y blancas, una furgoneta de helados de vainilla. Recogíamos ocle entre las rocas, pescábamos quisquillas con retel y cabeza de bonito: la vida era eterna, la muerte sólo existía en las películas de vaqueros; y las chicas eran rubias y dulces como Laura y Mary Ingalls.

¿Qué le diría hoy a su primer ligue de verano?

Vaya suerte tuviste de librarte de mí y qué suerte tuve yo de que tú iniciaras la lista.

Su mayor locura en una playa.

Una noche de farra, a los 16 años, en las playas de Falmouth, con unos galones de sidra y unos adolescentes de intercambio. Llegué a desayunar a la casa de mis padres adoptivos pasada largamente la madrugada. Me echaron.

¿Y en la montaña?

Echar a andar rodeando una montaña en picos y verme, de repente, en cuclillas metido en una grieta cada vez más estrecha con una caída hermosa a mi izquierda y sin poder dar la vuelta.

¿Se pondría mascarilla en una playa nudista?

Me pondría bañador o pasamontañas. Por no decepcionar a mi público. Soy liberal, pero con sentido del ridículo.

Lo mejor y lo peor que le ha pasado yendo de campamento.

Lo mejor después de varios días de acampada libre es llegar a un hotel y poder pillar una cama. Lo peor, dejar una noche un puchero sin fregar por pereza y encontrarlo repleto de hormigas al día siguiente.

El sitio más incómodo en el que se le ha caído la toalla.

En el retrete.

¿Es más fácil veranear siendo de derechas?

Todos somos de derechas cuando veraneamos.

Una canción del verano que todavía escuche.

“La playa estaba desierta, el sol bañaba tu piel, tocando con mi guitarra, para ti, María Isabel…” [María Isabel, de Los Payos].

En el verano se compran cosas absurdas. ¿Qué compra usted?

Niquis Fred Perry. Nótese que son niquis, no esa horterada de "polos".

¿Alguna vez ha comprado en el top manta?

No, nunca.

¿Le gusta la sangría?

Sólo si hay barbacoa, experto asador en bermudas y casete. Sólo entonces me parece aceptable. Afortunadamente, ahora el azúcar me impide tener que beber ese brebaje.

Un vicepresidente autonómico en toalla.

Un vicepresidente autonómico en toalla. Cedida por el entrevistado

Lo peor del verano del político es…

Que se acaba rápidamente.

Lo mejor del verano del político es…

Que se hacen este tipo de entrevistas y alguien puede llegar a leerlas en un descuido.

¿Alguna vez ha llegado a las manos con alguien?

Desde el colegio, no.

Qué libros va a aprovechar para terminar.

Tengo varios pendientes: Esplendor y Vileza; Querido líder; 1917 y El vuelo de los buitres, que lo tengo para acabar hoy.

¿Va a pasar algún día con un adversario?

Puede que vengan mis hijos.

¿De quién no quiere saber nada hasta septiembre?

De la corbata.