José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP.

José Luis Martínez-Almeida, alcalde de Madrid y portavoz nacional del PP. Lina Smith

Política CUANDO SE LE CAE LA TOALLA (1)

José Luis Martínez-Almeida: "No uso toalla; me seco al natural, paseando por la orilla"

"Mi vida amaneció escuchando a Georgie Dann" / "Ser de derechas te hace más fácil la vida" / "En vez de pañales, llevaba chinos; siempre he vestido como un alumno de Icade".

2 agosto, 2021 02:01

Encontramos a José Luis Martínez-Almeida como en la foto. En camiseta, con las manos entrelazadas por detrás de la cabeza. Es el momento perfecto para el asalto: lo llevamos de vuelta a esos veranos en los que descubrió la vida a ritmo de Georgie Dann, en un bar de la Sierra de Madrid, con un botellín de cerveza en la mano.

Su última novia, hacía unos años, le había pedido que fuera con ella a los campamentos de la parroquia. José Luis la quería lo suficiente para ir a visitarla un día, pero no tanto como para instalarse en una tienda de campaña. Y se acabó.

Al alcalde de Madrid y portavoz nacional del Partido Popular no le gusta demasiado la playa. Huye de la arena y el salitre. Se seca -insiste- "al natural", con un paseíto por la orilla. Así que aprovechamos para entrevistarlo así, al natural, desprovisto de armaduras dialécticas.

Almeida no promete un final de thriller. Dice que siempre ha hecho lo que se esperaba de él. En vez de pañales, ya llevaba chinos. Nació vestido como un alumno de ICADE.

¿Cuáles han sido sus chanclas más horteras?

Unos mocasines. Es que no sabía que hay que ir a la playa sin mocasines.

¿Y el bañador que más le costó tirar?

Un bañador naranja, aún lo tengo. 

Un lugar en el que no volvería a veranear jamás.

No volveré a veranear nunca por encima de treinta grados. Por eso este año me voy al norte. 

El destino de veraneo que más feliz le ha hecho.

Galicia, cuando iba con mis amigos. Me encanta Galicia por el clima. Por ejemplo, Cedeira. La tranquilidad, la comida… Lo que más me gusta es el pulpo y la tortilla de Betanzos.

¿Qué le diría hoy a su primer ligue de verano? 

Que acertó, que no se equivocó. ¿Y por qué acertó? Quizá eligiéndome o quizá dejándome, porque sigo soltero. Que cada uno lo interprete como quiera -se ríe-.

Su mayor locura en una playa.

Ir en un barco de pedales. ¡Nunca he hecho una locura en una playa! En realidad, mi mayor locura ha sido ir a la playa, porque no me gusta la playa. Ni la arena ni la sal del mar. No soy un tío que haga locuras.

¿Y en la montaña?

Alguna vez… Esquiar fuera de pista. Eso sí que es una locura, es muy peligroso y no debe hacerse. Ya prácticamente no esquío. Lo dejé hace unos años. Si le soy sincero, no he hecho mucho montañismo.

¿Se pondría mascarilla en una playa nudista?

Si las autoridades sanitarias lo exigieran, sí. En realidad, sí me la pondría, pero no le diré dónde. 

Lo mejor y lo peor que le ha pasado yendo de campamento. 

Lo mejor, el aire libre. Lo peor, que no hay nevera cerca. Un campamento en el que uno duerme en un saco de dormir es una experiencia que no acabo de entender; igual que compartir tienda de campaña.

Te levantas y no tienes un baño cerca, tampoco una nevera. Eso no son condiciones de vida, por joven que uno pueda ser. Uno en la vida puede perder todo menos la elegancia. Y un campamento es difícilmente compatible con la elegancia.

No ha ido mucho usted de campamento.

Fui tres veces. Todas con el colegio. No volví. Tenía una novia que iba de campamento todos los veranos con la parroquia. Me decía que fuera, pero sólo iba a visitarla un día. Aquello se acabó. Se acabó en todos los términos. Los campamentos son incompatibles con mi forma de vida.

El sitio más incómodo en el que se le ha caído la toalla.

No uso toalla. Me seco al natural. Voy andando por la orilla hasta que me seco. Lo de la toalla con la arena es terrible. Porque la levantas y la arena te cae en los ojos. Estás jo… Tienes que secarte con el lado en el que no hay arena; y después, cuando te vas a tumbar, ese lado está mojado. Por un lado arena y por el otro humedad. Un despropósito. Yo me seco con un paseíto por la orilla. Además, así no corro peligro. 

Como Bea Fanjul. 

¿Se lo contó? Es cierto, yo le regalé un poncho para evitar que se despelotara en la playa.

¿Es más fácil veranear siendo de derechas? 

Ser de derechas, en general, te hace más fácil la vida. Nuestras políticas son las que generan prosperidad, riqueza, empleo y bienestar.

Una canción del verano que todavía escuche.

El chiringuito, de Georgie Dann. Es un clásico. Soy muy de Georgie Dann. Cuando empecé a tomar copas, sólo sonaba Georgie. Sonaba en un bar de la Sierra de Madrid. Lo tengo grabado para siempre. Mi vida amaneció escuchando a Georgie Dann.

En el verano se compran cosas absurdas. ¿Qué compra usted? 

Pulseras. Las típicas de los bazares. Es hortera, lo sé, pero me encanta. Las veía y me las compraba. Para mí y para mis sobrinos.

¿Alguna vez ha comprado en el top manta? 

Me gustan los mercadillos. Me encantan los puestos en los que se puede encontrar cualquier cosa. Me gusta revolver y encontrar baratijas. Me parece fascinante. Además, es una forma de no tirar el tiempo en la playa.

Fruta, ropa, chucherías… Todo eso me entretiene mucho. Bueno, la ropa no la compro allí. En eso, como en todo, hice lo que se esperaba de mí. En vez de pañales, llevaba chinos. Siempre he vestido como un alumno de ICADE.

¿Le gusta la sangría?

No demasiado. Soy muy cervecero. Me apasiona. La caña, de Mahou. De botella, la Alhambra verde y Estrella Galicia. Me puedo beber las que haga falta. 

Lo peor del verano del político es… 

Que no desconectas del todo. Además, el 15 de agosto, el político madrileño tiene que volver sí o sí. Manuela Carmena lo aprendió el primer año. Sin ninguna mala intención, no fue al acto de La Paloma; y la que le cayó… Los otros tres años estuvo al pie del cañón. No se perdió absolutamente nada del programa.

Lo mejor del verano del político es…

Que te vas del despacho. Lo mejor del verano del político soltero es que no tiene que rendir cuentas de dónde va ni de lo que hace.

¿Alguna vez ha llegado a las manos con alguien?

No. No tengo cuerpo, pero sí cabeza. Sé que perdería siempre.

Qué libros va a aprovechar para terminar.

Ascenso y crisis, de Ian Kershaw. El segundo volumen, que va de 1950 a 2017. Una biografía de James Baker, que fue secretario de Estado estadounidense. Lo voy a hacer en inglés, a ver si lo mejoro. Y también una biografía de Jon Rahm.

¿Va a pasar algún día con un adversario?

Eso espero, si no me aburriría. El día de La Paloma nos juntaremos todos. En el Ayuntamiento de Madrid, la relación entre los portavoces es muy cordial. Nos llevamos bien, de verdad.

¿De quién no quiere saber nada hasta septiembre? 

De Daniel Ramírez.