Verónica Pérez, presidenta del Comité Federal, este jueves en Ferraz.

Verónica Pérez, presidenta del Comité Federal, este jueves en Ferraz. EFE

Política GUERRA CIVIL EN EL PSOE

Los críticos estudian denunciar a Sánchez por retorcer los estatutos

La Comisión de Garantías no se reúne porque su presidenta, cercana a Sánchez, lo impide.

30 septiembre, 2016 03:11

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Los críticos con Pedro Sánchez estudian acudir a los tribunales. Creen que el líder socialista, al que sólo reconocen como un afiliado más tras la cascada de dimisiones de su Ejecutiva, está atrincherado desde el punto de vista político y normativo. Lo que queda de la Ejecutiva, en cambio, dice que tiene legitimidad para seguir hasta el próximo congreso y argumenta que está cumpliendo escrupulosamente los estatutos del partido. 

En el PSOE hay estos días una discusión sobre absolutamente todo lo referente a las normas del partido. Hay precedentes de una gestora, llamada comisión política, que se hizo cargo del partido cuando dimitió Joaquín Almunia en el año 2000 tras haber cosechado 125 diputados y sucumbido frente a la mayoría absoluta de José María Aznar. También hay experiencias en el ámbito regional y provincial, donde se instauró una gestora cuando dimitió la mitad más uno de los miembros de la Ejecutiva. Para los críticos son precedentes y doctrina del partido. Para el equipo de Sánchez, casos que no tienen nada que ver. 

Sin embargo, para los críticos es clave el bloqueo de la Comisión Federal de Ética y Garantías que atribuyen a Sánchez. La presidenta del Comité Federal, Verónica Pérez, próxima a Susana Díaz, denunció este jueves que el equipo de Sánchez quiera "secuestrar" el órgano, compuesto por cinco miembros. La presidenta y el secretario, clave para su convocatoria, son próximos a Sánchez, mientras que sus otros tres miembros son críticos, según fuentes socialistas. 

La Comisión de Garantías "interpreta con carácter general los Estatutos" y puede tomar medidas para "lograr su efectiva observancia", según el artículo 4 de un reglamento específico. También puede reclamar "cuantos documentos y aclaraciones" precise y tiene "libertad, autoridad e independencia" de los demás órganos del partido, incluyendo la Ejecutiva (que no existe, según los críticos) o el Comité Federal. 

La comisión que decide quién manda

¿Por qué no se reúne en un momento de cisma en el PSOE en el que partidarios y detractores de Sánchez se atacan con los estatutos en la mano?

Su presidenta, Isabel Celaá, impidió este jueves una reunión del órgano argumentando que había sido convocada por la presidenta del Comité Federal y no por los miembros del comité en cuestión. 

Celaá hizo pública una nota, que fue distribuida por el personal de Ferraz, que para los críticos es ya una parte. A la nota de Celaá, en teoría presidenta de un órgano independiente, la acompañaba otra acuñada por la Secretaría de Organización y fue distribuida conjuntamente a la prensa. Según las normas internas, las reuniones de la comisión las convoca el secretario a petición de la presidenta, pero al ser ambos cercanos a Sánchez, los tres miembros críticos se proponen reunirse igualmente este viernes para emitir un dictamen en nombre de la comisión. 

"Imagina que hay un conflicto de competencias y el presidente del Tribunal Constitucional no convoca un pleno porque es amigo del presidente de una de las instituciones en conflicto. La actuación de Ferraz y de la presidenta no es presentable", explican fuentes socialistas. 

"Cuando hay posiciones tan enconadas y nada sirve, no descarto que alguien tenga que ir a pedir medidas cautelares al juzgado de instrucción que tenga competencias", explicó en una comparecencia Jesús Gutiérrez, secretario de Organización de los socialistas asturianos, una de las federaciones críticas con Sánchez. 

Celaá no ha hecho declaraciones además de la nota publicada, pero los críticos la consideran juez y parte por no convocar un órgano que creen imprescindible para dirimir quién manda en el PSOE según los estatutos. 

En junio, Celaá valoró la gestión de Sánchez por ser capaz de "pactar y desbloquear". "El electorado español no aguantaría la posibilidad de unas terceras elecciones, pero los partidos no pueden mantener la frivolidad con la que se está trabajando", dijo, presionando a Podemos.