El líder del PP, Mariano Rajoy, junto con la secretaria general, María Dolores de Cospedal.

El líder del PP, Mariano Rajoy, junto con la secretaria general, María Dolores de Cospedal. Tarek Efe

Política LA NUEVA LEGISLATURA

Rajoy se resigna a un acuerdo de mínimos sin ofrecer nada a PSOE ni a Ciudadanos

Pide a sus rivales sentido de Estado, pero se resiste a lanzar una oferta firme para que avalen su investidura.

5 julio, 2016 01:09

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La expectación es máxima para unos movimientos tan escasos. Mariano Rajoy ha iniciado de una manera muy particular su ronda de contactos para sondear la disposición que tienen sus contrincantes políticos a ayudarle a revalidar su puesto como presidente del Gobierno. El líder del PP solo ha hecho pública una conversación, la que mantuvo la semana pasada con el presidente de Coalición Canaria, Fernando Clavijo, a quien recibirá este martes en la Moncloa. Sin embargo, en el seno del Partido Popular ignoran cuándo tenderá el primer puente con el PSOE, el único partido que tiene la llave para hacerle presidente. 

Antes del 26J, Mariano Rajoy decía en los corrillos con los periodistas que la primera persona con la que se pondría en contacto para intentar formar un Gobierno estable sería con el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. La realidad (137 escaños) superó con creces las expectativas (nadie preveía que el PP tuviera más de 130 diputados) y el líder del PP ha decidido empezar al revés: hablar primero con el partido con menor representación y dejar para el final al segundo partido con más representación, el PSOE, que celebra su Comité Federal donde fijará sus posiciones de cara a una investidura el 9 de julio. Nada hace presagiar que el PSOE vaya a disponer de una oferta firme del PP antes de su cónclave interno.

Sin mover un solo dedo en ocho días, Mariano Rajoy ha aprovechado una visita a una fábrica de Mahou este lunes en Guadalajara para pedir que se pueda conformar un gobierno “estable” para continuar con las reformas emprendidas. “Se necesita un gobierno”, señaló Rajoy, y pidió “acordar entre todos grandes objetivos para los próximos años”. Entre los grandes acuerdos que el PP quiere pactar con las demás formaciones están los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene, el techo de gasto, las políticas europeas y, sobre todo, "dotar al Gobierno de la mayor estabilidad posible". Para lograr este último objetivo urgió al resto de fuerzas políticas a pactar “un acuerdo, al menos de mínimos, para el funcionamiento normal de ese gobierno en el Parlamento”.

Superado este acuerdo, el segundo paso que planean en Génova es “poner en común aquello en lo que estamos de acuerdo y aparcar aquellos temas en los que tengamos discrepancias”. Todo para conseguir “un gobierno con estabilidad” que pueda generar “confianza”. Unas horas después de la comparecencia de Rajoy, el vicesecretario de Comunicación del PP, Pablo Casado, admitía tras el comité de dirección que el presidente “no ha informado de ningún contacto concreto” de los que va a mantener antes del 19 de julio, día que se constituyen las Cortes, para explorar qué disponibilidad tienen los partidos para llegar a un acuerdo y qué tipo de acuerdo están dispuestos a llegar.

En busca de un pacto de gobernabilidad

El propio Casado ha reconocido que puede haber un “acuerdo para la investidura” como el que consiguió José Luis Rodríguez Zapatero en 2008; un “acuerdo de legislatura” como el de José María Aznar en 1996 o un “acuerdo de gobierno en las distintas modalidades y variaciones qe puede tener”. El PP desearía un pacto de gobernabilidad que dote de estabilidad a su Ejecutivo durante los próximos cuatro años. Sin embargo, parece improbable que el bloqueo institucional se pueda romper si Mariano Rajoy no lanza ninguna oferta a aquellos que pueden ayudarle a gobernar.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, reapareció después de celebrar la Ejecutiva Nacional de su partido este lunes y ratificó que todavía no tiene noticias del líder del PP. “Lamento decirles que nosotros, que España sigue esperando a que el PP mueva ficha después de ocho días”. Acto seguido recordó que el día de la resaca electoral llamó a Rajoy y Sánchez para proponer una mesa de negociación a tres, pero que fue rechazada por los dos.

El secretario general del PSOE ha optado por cogerse unos días de vacaciones con su esposa y sus dos hijas y ha disfrutado de unos días de sol y playa en Mojácar (Almería). Una fotografía donde aparecía junto con su esposa Begoña con una gorra y gafas de sol se hizo viral después de una semana de ausencia absoluta. Antes del comité federal del sábado, Sánchez va a mantener encuentros bilaterales con sus barones para encontrar una postura firme de cara a una hipotética investidura de Mariano Rajoy.

El PNV se pone precio

Por su parte, el Partido Popular ha optado por dejar que el PSOE marque sus tiempos. Casado reconoció que su partido no quiere “presionar” a los socialistas, que “tendrán sus plazos” y “sus trámites” para “lograr un consenso” en sus federaciones. “Simplemente apelamos a la responsabilidad que este partido ha tenido en circunstancias muy importantes en la historia reciente de nuestro país”, y confía en que “maticen” las declaraciones que hicieron justo después del 26J, cuando rechazaron apoyar al PP.

El único partido que ya ha puesto encima de la mesa un tema a negociar con el PP ha sido el PNV. El lehendakari Iñigo Urkullu aprovechó su intervención en los cursos de verano de la Universidad Complutense para urgir a Rajoy a ceder prisiones en el plazo de un año y hacer desaparecer ETA en doce meses. Sin embargo, aunque el PP no descarta abrir la 'vía 175' (contar con el apoyo de C´s, PNV, CC y la abstención de Nueva Canarias), parece prácticamente imposible que la investidura de Mariano Rajoy la garanticen los cinco diputados del Partido Nacionalista Vasco.