
Interior de la galería subterránea descubierta durante la operación.
El clan internacional de la galería de tiro subterránea surtía de armas de guerra a los narcos del Guadalquivir
Las organizaciones de tráfico de drogas están adquiriendo armas de fuego para evitar que grupos rivales puedan robarles la mercancía.
Más información: Armas de guerra de Ucrania y el Sahel llegan a manos de los narcos: "Han perdido el miedo y las usan ya de forma habitual"
La organización internacional dedicada al tráfico de armas a la que se le ha descubierto una galería subterránea de tiro en un pueblo de Granada proporcionaba armas de guerra a los clanes de narcotraficantes que operan en el río Guadalquivir.
Tal y como ha confirmado EL ESPAÑOL en fuentes jurídicas del caso, la red de traficantes nutría de fusiles de asalto, de pistolas y de ametralladoras, principalmente a los clanes del sur de España, epicentro en la actualidad del tráfico de hachís y de cocaína de todo el país, y una de las puertas de entrada de la droga en Europa.
En un principio, se desarrollaron dos operaciones que terminaron confluyendo en una sola. Los investigadores de la Guardia Civil en Córdoba seguían el rastro de un tiroteo que se produjo en Puente Genil a finales de 2023. Mientras tanto, en Jaén, la Policía Nacional seguía la pista de otro tiroteo, este acaecido a mediados de 2024.
La Policía y la Guardia Civil desarticulan una organización criminal dedicada al tráfico de armas
Los agentes de ambos cuerpos se percataron de que la información en su poder apuntaba hacia una red internacional de narcotraficantes. Una organización dedicada al tráfico de armas de guerra a la que se le ha descubierto una galería subterránea de tiro, la primera localizada a una organización criminal en España.
Esta galería, descubierta en el interior de una casa en Granada, era utilizada para probar las armas adquiridas antes de su posterior venta a otras organizaciones criminales y grupos delictivos.
Los investigadores descubrieron que la galería estaba a gran profundidad para evitar que el sonido de las detonaciones alertase a los vecinos y a las fuerzas de seguridad.
Durante el registro de la estancia, los agentes encontraron balas incrustadas en las paredes, así como numerosos indicios de que la galería se utilizaba actualmente. Y de forma habitual.
Tres niveles
A este escondite secreto se accedía tras descender hasta tres niveles bajo tierra. Estaba realizada a mano y de forma rudimentaria. Durante mucho tiempo, los integrantes de este clan horadaron la tierra utilizando herramientas básicas con el fin de no alertar de ningún tipo de obra subterránea.
Por estos detalles, y teniendo conocimiento de las pistas de las dos operaciones que condujeron hasta esta organización, los investigadores creen que llevaban años dedicados a este negocio, surtiendo de armamento a clanes de traficantes de toda Andalucía y de distintos puntos de España.
El incremento de armas de guerra en manos de bandas de traficantes en España y otros lugares es algo que lleva dos años preocupando al Ministerio del Interior. La Guardia Civil y la Policía Nacional están constatando en los últimos tiempos un "incremento exponencial" de las armas de guerra en manos de los narcos de toda la costa de Andalucía.
Se trata de una tendencia preocupante que se ha acentuado a lo largo del último lustro. Concretamente, son armas procedentes de conflictos como los que existen en el Sahel, en Ucrania y Oriente Próximo: "Han perdido el miedo y las usan incluso cuando entramos a detenerles", explican fuentes del Instituto armado.
Así lo revelan a EL ESPAÑOL mandos de la lucha contra el tráfico de drogas en Andalucía, a cargo de grandes investigaciones durante la última década. A lo largo de los últimos seis años, se ha detectado un aumento de las armas de fuego de gran calibre en manos de los traficantes de drogas que operan en territorio nacional.
Antes, lo habitual era advertir que apareciesen de manera esporádica. Sin embargo, las fuentes consultadas perciben que la cifra de armamento y su uso se ha convertido en la tónica habitual. Y estas han aparecido regularmente en las operaciones más recientes en las mafias que operan en el río Guadalquivir.
Las bandas que meten droga por el río cuentan con terrenos en los municipios por los que discurre el gran caudal andaluz. En ellos ocultan las llamadas guarderías, donde "duermen" la droga como punto previo de salto al mercado internacional. España es cada vez más el gran hub del narco, en el que decenas de toneladas de droga aguardan el salto a todo el continente.
Temerosos de que otros clanes rivales puedan golpearles y robarles la mercancía, los traficantes de estupefacientes se pertrechan con armas de fuego para vigilar y custodiar las llamadas guarderías.
Y la mayor disponibilidad de armas en el mercado está propiciando que en la inmensa mayoría de las operaciones policiales se incautan armas de gran calibre. "De ser algo totalmente residual ha pasado a que, dos o tres veces al mes, en las operaciones que hacemos nos encontramos con algún elemento de estas características", señalan las fuentes consultadas en la lucha contra el tráfico de estupefacientes.
En la operación de Granada, los agentes comprobaron que gran parte de las armas estaban enterradas bajo tierra. Se han intervenido 3 fusiles de asalto, 1 subfusil, 6 armas cortas, 1 escopeta semiautomática, 1 chaleco antibalas, 1 kit de conversión pistola a subfusil, 2 pistolas simuladas, 1 cañón de pistola, 1 granada simulada, 1 carabina de aire comprimido, diversos cargadores de fusiles de asalto, subfusil y pistola de alta capacidad, así como abundante cartuchería metálica y no metálica.
La parcela estaba ubicada en un barrio de chabolas del polígono de Almanjayar. Las grandes organizaciones pagaban cuantiosas sumas de dinero por la adquisición de las armas a esta organización. En concreto, una pistola rondaba los 6.000 o 7.000 euros y un fusil de asalto entre los 10.000 y los 11.000 euros.