Isabel Díaz Ayuso durante su visita al colegio Los Jarales que tendrá 1º y 2º de la ESO el próximo curso.

Isabel Díaz Ayuso durante su visita al colegio Los Jarales que tendrá 1º y 2º de la ESO el próximo curso. CAM

España MADRID

Ayuso usa el 'modelo EGB' como antídoto al "abandono escolar y las bandas", con el apoyo de las familias y rechazo del Gobierno

Madrid impartirá 1º y 2º de la ESO en los colegios. El Ministerio de Educación denuncia que todavía no ha habilitado ninguna ley para ello.

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Isabel Díaz Ayuso ha decidido recuperar para las aulas madrileñas el modelo EGB que se instauró en España en los años 70 y que enterró la LOGSE (1990).

La Educación General Básica establecía ocho cursos de escolarización obligatoria para los niños y, según el Gobierno madrileño, tenía algunas virtudes que quiere recuperar. Por lo pronto, su apuesta ha convencido a las familias, pero no al Ministerio de Educación.

Actualmente, la Educación Primaria se cursa en los colegios hasta los 12 años, y los alumnos pasan a los institutos para hacer la Secundaria, que acaba a los 16.

Las autoridades madrileñas consideran que los preadolescentes de 11 y 12 años estarán menos expuestos a caer en bandas juveniles o en las drogas si se quedan en el colegio hasta los 14. Es decir, plantea que los jóvenes hagan en el colegio 1º y 2º de la ESO. 

A partir del próximo curso, al menos 52 colegios en la región incorporarán este cambio. Los alumnos pasarán al instituto para cursar allí 3º y 4º de la ESO y 1º y 2º de Bachiller.

El modelo propuesto por la Comunidad es novedoso en España. En regiones como Galicia, Andalucía, Castilla y León, Aragón o Cataluña existen desde hace años centros educativos integrados en los que los alumnos pueden cursar tanto Primaria como los primeros años de Secundaria. Pero es algo excepcional.

Este modelo se diseñó específicamente para zonas rurales donde la falta de infraestructuras y la dispersión poblacional hacen que la continuidad educativa en un solo centro sea una solución eficiente. Sin embargo, no se hace de forma generalizada en zonas urbanas, como ahora pretende Ayuso.

Madrid va a implantar el modelo en colegios de Las Rozas y Tres Cantos. Para los sindicatos quedan muchos flecos por cerrar, pero padres y madres de los alumnos están convencidos y apoyan el sistema. 

La presidenta madrileña ha defendido su iniciativa asegurando que responde a una necesidad social: proteger a los adolescentes de los riesgos que implica su entrada en la educación secundaria.

"La soledad, los trastornos alimentarios, la adicción a las pantallas, las bandas, las drogas, las agresiones o las presiones… Todo esto es lo que queremos evitar",  señala. Y añade: "Es la edad clave para evitar el fracaso escolar y el abandono temprano".

Desde la Consejería de Educación argumentan que mantener a los alumnos dos años más en un entorno conocido, junto a compañeros y profesores de referencia, permitirá a los jóvenes una transición más progresiva y segura.

Aseguran también que esta medida contribuirá a la conciliación familiar, al permitir a los niños permanecer más tiempo en su centro habitual con servicios como el comedor o actividades extraescolares.

Y es que, cuando el alumno llega a 1º de la ESO, en el instituto desaparece la opción del comedor escolar y los padres se ven obligados a dar a sus hijos un móvil y las llaves de casa. "El kit de Secundaria", lo llaman.  

El anuncio de la medida ha abierto algunos interrogantes que aún no tienen respuesta clara. Desde el Ministerio de Educación de Pilar Alegría prefieren no hacer valoraciones y esperan a que Madrid regule su proyecto.

Los sindicatos de docentes quieren ver también cómo se plasma. De hecho, el primero de los problemas que plantea este modelo es el del profesorado. Actualmente, los maestros de Primaria no tienen la misma formación ni habilitación que los profesores de Secundaria, especializados en distintas disciplinas. Además, el nuevo sistema obligará al traslado de docentes. La Comunidad de Madrid aún no ha detallado cómo se resolverán estos problemas. 

Otro punto conflictivo es el de las instalaciones. Los colegios de Primaria no cuentan con la infraestructura que necesitan los institutos, como laboratorios, aulas de tecnología o espacios adaptados a la enseñanza de asignaturas como música o educación física en niveles más avanzados.

La Comunidad de Madrid ha anunciado una inversión de cuatro millones de euros para adaptar los colegios seleccionados, además de más de dos millones en equipamiento digital y otros dos millones en mobiliario y material didáctico.

Los críticos aseguran que este movimiento beneficia a la educación concertada, pues, en la mayoría de estos centros, la formación educativa se da en el mismo espacio. Además, colectivos de profesores de instituto aseguran que, con este modelo, se dibuja a sus centros como entornos inseguros, cuando no es así. 

Más allá de esos problemas, fuentes del Ministerio de Educación subrayan que Madrid todavía no ha regulado este nuevo modelo formativo y que lo único que tienen son "anuncios". Por eso, evitan pronunciarse sobre su legalidad. 

Donde no hay debate sobre esta reforma es en las asociaciones de padres. Las AMPAS (asociaciones de padres y madres de los alumnos, por sus siglas) han aplaudido esta medida. Comparten la opinión de que es una manera de "proteger la infancia y la preadolescencia" y combatir el fracaso escolar.

Además, consideran que alargar la estancia en los colegios puede servir para hacer frente a problemas como el uso temprano de móviles. Hay que recordar que, la mayoría de los colegios de Madrid tienen ya una política de "móviles cero" dentro de las aulas