El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una imagen reciente.

El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una imagen reciente. Efe

España INTERIOR

Pedro Sánchez diseña un 'Gobierno nuevo' en el que Marlaska no tiene cabida: Hernando, posible relevo

El presidente en funciones daría por amortizado al ministro y su crédito llegaría ya a su fin tras más de 5 años de polémicas y escándalos.

6 octubre, 2023 02:45
Brais Cedeira Luis Casal

La remodelación que activará Pedro Sánchez si logra sacar adelante el encargo de Felipe VI ha comenzado, y ya empiezan a sonar los nombres de quienes formarán parte de su futuro Consejo de Ministros.

No obstante, este "Gobierno nuevo" que Ferraz lleva perfilando discretamente desde mediados de agosto, prescindiría por primera vez de Fernando Grande-Marlaska, el ministro del Interior, que es uno de los pocos que se mantiene en el cargo desde 2018.

En estos años, Marlaska ha sobrevivido a todas las crisis de Gobierno, incluso tras ser reprobado por todas las formaciones políticas en sede parlamentaria y pese a las innumerables y constantes polémicas generadas por su gestión al frente del departamento.

Sin embargo, tal y como señalan a EL ESPAÑOL altos mandos policiales y confirman tanto fuentes de Moncloa como de los socios de la coalición, el crédito del magistrado ya se habría agotado, y Sánchez estaría contemplando dar un golpe de timón a la cartera de Interior.

El juez había sonado en otras ocasiones para abandonar el barco, pero siempre resistió, convertido en una suerte de punching ball capaz de encajar todos los golpes de forma estoica. Ahora, frente a la perspectiva de una legislatura corta y conflictiva, Sánchez baraja ya varios nombres de confianza y "del partido" para sustituir al expresidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. 

Amortizado

Ahora, fuentes cercanas al ministro expresan que su reputación pesa ya de forma irremediable. "Ni le sorprende ni quiere repetir", señalan fuentes del Gobierno.

Marlaska, dicen en su entorno, se había convertido en objeto constante de crítica por parte de los socios independentistas y también de Unidas Podemos antes de las pasadas elecciones. Por ello, aseguran las citadas fuentes, su figura estaría ya amortizada tras más de 5 años de trifulcas parlamentarias, reveses judiciales, una polémica gestión migratoria, escándalos y constantes críticas internas por su gestión en Policía Nacional, Guardia Civil e Instituciones Penitenciarias.

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Uno de los puntos de inflexión se produjo hace tan solo unos meses, cuando el Congreso reprobaba a Grande-Marlaska por "su falta de sensibilidad, la ocultación de información, los datos falsos facilitados y sus mentiras vertidas en sede parlamentaria" sobre la tragedia de la valla de Melilla, donde decenas de inmigrantes fallecieron en suelo español.

No ha habido polémica en su ministerio en la que no se viera involucrado él o su círculo más próximo. Durante estos años casi todo el arco parlamentario ha tenido duras palabras para él, y estas le llovían tanto desde la bancada de los socios del PSOE como desde la oposición. Y así, tras un largo lustro de constantes e incómodos vaivenes, su etapa estaría tocando a su fin.

Con él se marcharía también el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, magistrado letrado del Consejo General del Poder Judicial, retomando su puesto en la carrera judicial. Según las diversas fuentes consultadas, el sucesor de Marlaska al frente del Interior sería alguien de la máxima confianza del presidente.

Sánchez está sopesando situar al frente de Interior a un político que le garantice estabilidad en una legislatura que, si sale adelante, lo hará con un Gobierno más endeble, con menos margen de maniobra y que nacerá con una mayoría mucho más precaria que en la anterior.

Hernando, un revulsivo

Uno de los nombres que suenan con más fuerza es el de Antonio Hernando, un hombre del partido, del círculo de confianza de Sánchez, y con experiencia en cuestiones migratorias desde el PSOE y fuera de él, tras pasar por varias organizaciones no gubernamentales relacionadas con la inmigración, en general, y Marruecos, en particular.

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Además, fue secretario general de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (1995-1996), vicepresidente de la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) entre 1996 y el año 2000 y subdirector de la Comisión Católica Española de Migración (1997-2001). Además, Hernando goza de una importante experiencia parlamentaria como portavoz del PSOE en el Congreso, puesto que ostentó entre 2014 y 2017.  

Entre 2001 y 2002, Hernando fue asesor de la Secretaría federal de Políticas Sociales y Migratorias de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE. De 2002 a 2004, fue asesor de la secretaria de Organización de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE y se encargó de redactar el Autor del recurso de inconstitucionalidad contra la ley de extranjería. De 2004 a 2006, fue portavoz de inmigración del partido y, entre 2006 y 2014, portavoz de la Comisión de Interior del Grupo Parlamentario Socialista.

Hernando figura, además, entre los pocos hombres en los que Sánchez ha depositado toda su confianza en los últimos años.Ambos, amigos y compañeros de partido desde mediados de los 90, crecieron en los 2000 entre los bastidores de Ferraz, primero en la oposición, luego en el Gobierno de Zapatero. Junto con Óscar López conformaron un trío inseparable de socialistas cuya relación se mantiene a día de hoy, también en lo profesional. 

El primer trabajo que desempeñó Hernando en el PSOE fue en el área de Inmigración, junto a Consuelo Rumí. Durante los años de Zapatero no accedió al Gobierno, pero tanto Sánchez como él crecieron juntos en el partido. Años después, ya en la dirección socialista, llegaría la sonada traición durante la destitución del ahora presidente como secretario general en otoño de 2016.

Tras varias idas, venidas y perdones, ambos se habían reencontrado en Moncloa. Ahora Hernando suena con fuerza como un hipotético revulsivo, según revelan fuentes del ministerio y confirman dentro del Gobierno: un lavado de cara en el Ministerio del Interior que permitiría al Ejecutivo iniciar de forma renovada la nueva legislatura. 

Tal y como avanzó EL ESPAÑOL, en esa remodelación los equipos de Yolanda Díaz y de Pedro Sánchez tienen claro que el presidente en funciones ha decidido reducir el peso del Consejo de Ministros, y que eso le restará aún más cuota de poder a la todavía vicepresidenta segunda.

"Sánchez lo dejará en 16 o 17 carteras, a lo sumo", afirman las citadas fuentes. El objetivo es hacer un Ejecutivo "más eficaz" y controlado por Moncloa, según se explica desde el PSOE, "porque la aritmética parlamentaria exigirá estar muy encima de todo". Eso sí, esa reducción "le quitará dos o incluso tres ministerios a Podemos".