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Marruecos presiona ahora a España con la soberanía de las aguas de los islotes próximos a Ceuta y Melilla

Rabat quiere limitar el acceso a las islas Chafarinas, de Alborán y Perejil, y a los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera.

27 noviembre, 2022 02:37

Después de que España aceptase el plan de autonomía marroquí para el Sáhara Occidental, las reivindicaciones de Marruecos sobre los territorios españoles en el continente africano continúan. Rabat se centra ahora en las aguas jurisdiccionales de España y en el modelo de vecindad con Ceuta y Melilla. El plan, en este momento, pasa por agenciarse la soberanía de sus islotes.

Marruecos aspira a anexionarse en el Atlántico las aguas que bañan la costa saharaui, al igual que las que se solapan con las Islas Canarias. Pero además pretende delimitar las de la costa Mediterránea, en el norte del país. Esto afecta a los peñones españoles de Alhucemas y Vélez de la Gomera, y a las islas Chafarinas, de Alborán y Perejil.

El punto 6 de la hoja de ruta firmada por el presidente Pedro Sánchez y el rey Mohamed VI el 7 de abril en Rabat especifica que "se reactivará el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos".

Desde entonces, personal técnico de los dos gobiernos se ha reunido en Madrid –al menos en dos ocasiones– para intentar ponerse de acuerdo sobre la titularidad de las aguas que se solapan entre Marruecos, el Sáhara Occidental y las Islas Canarias. Ambas partes han reclamado su soberanía sobre esos espacios marítimos y, antes de recurrir al Tribunal Internacional de Derecho del Mar, prefieren negociar.

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Marruecos promulgó en 2020 dos leyes que delimitan sus fronteras marítimas y su zona económica exclusiva, en las que intenta acaparar la mayor parte de extensión. En su estrategia, y en el caso concreto del área mediterránea, se está beneficiando del vacío regulador en el Derecho español de los peñones e islas, algo que provoca incertidumbre en la delimitación y reconocimiento de las aguas jurisdiccionales o de seguridad.

Expertos consultados consideran que esa presión sobre los peñones y las islas españolas frente a la costa marroquí podría ser una estrategia de Rabat para sacar ventaja en la delimitación de aguas de Canarias y del Sáhara Occidental.

Hay que tener en cuenta que Marruecos no reconoce esos espacios marítimos como españoles, igual que en el caso de Ceuta y Melilla. De hecho, ha cerrado la bahía de Alhucemas porque considera que sus aguas son de plena soberanía marroquí, aunque, en la práctica, existe el protocolo de permitir el acceso a los puertos.

Rabat estima, por ejemplo, que el peñón de Vélez de la Gomera, de 85 metros de longitud, que depende de la Capitanía Marítima de Melilla, sólo tiene cinco metros de aguas territoriales españolas, según desvelan a EL ESPAÑOL fuentes conocedoras de las negociaciones.

A pesar de su pequeño tamaño y de que solo está habitado por soldados del Ejército de Tierra, Vélez de la Gomera es uno de los enclaves militares estratégicos de España en el norte de África.

Los protocolos

Existen unos protocolos verbales sobre el acceso a las islas y peñones por parte de España. De hecho, hay un reconocimiento y una admisión en la práctica de unos pasillos de acceso tanto por vía marítima como por vía aérea con helicóptero.

"A pesar de que existen esos protocolos, no son públicos y Marruecos no va a reconocer que hay un derecho español de paso o uso, aunque en la práctica lo hace", asegura Alejandro del Valle, catedrático de Derecho Internacional de la Universidad de Cádiz.

En la actualidad, no hay una delimitación expresamente acordada sobre el dominio de las aguas, ni en los islotes ni peñones, ni siquiera en los casos de Ceuta y Melilla. "El día menos pensado puede ocurrir cualquier cosa en el mismo puerto de entrada a Melilla, porque no hay delimitación de vías de entrada y de salida, no está reglado qué parte es de cada quien", explica Del Valle.

Personal técnico de los gobiernos español y marroquí sigue negociando sobre las aguas y otros asuntos de mutuo interés en atención a lo firmado por Sánchez y Mohamed VI en abril. "Todos los grupos de trabajo se están reuniendo y están dando frutos; todos los compromisos serán implementados", aseguró el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, tras un desayuno de trabajo con su homólogo marroquí, Nasser Bourita, durante el Foro Unión por el Mediterráneo celebrado en Barcelona la semana pasada.

Por otra parte, y según ha podido saber EL ESPAÑOL, el presidente de la Diputación Provincial de Nador, Said Rahmouni, viajó a Madrid recientemente para intentar cerrar acuerdos vecinales con Melilla, que además definirían el nuevo modelo de frontera con las ciudades autónomas españolas.

Rahmouni busca "coordinar actuaciones sobre la regionalización avanzada". Ahora bien, el proyecto de "regionalización avanzada" es la solución que propuso el rey Mohamed VI para anexionarse el Sáhara Occidental y pasar a denominarlas "provincias del sur", y que Pedro Sánchez consideró como la solución "más seria, creíble y realista" para terminar con este conflicto.

Por tanto, parece que Marruecos traslada su plan del sur al norte en busca de un modelo de vecindad que desemboque en la cosoberanía de Ceuta y Melilla y en el que podría volcarse una vez finiquite la anexión del Sáhara Occidental.