Imagen de archivo de la sala de espera de un centro médico.

Imagen de archivo de la sala de espera de un centro médico.

España SANIDAD

La Generalitat catalana contratará a antiguos pacientes para cuidar a enfermos de salud mental

Los futuros profesionales reciben una formación de un año, y no necesitan acreditar ningun tipo de titulación previa. 

29 agosto, 2022 02:46

Cataluña va a llevar un paso más allá la conocida figura del "paciente experto". Lo que hasta ahora eran personas voluntarias que acompañaban a pacientes con algún tipo de dolencia, se va a convertir en una profesión reglada, con plazas dentro del sistema sanitario público y con sueldo.

El proyecto se enmarca dentro del nuevo plan de salud mental que el conseller de Salud Josep Maria Argimon prevé poner en marcha lo antes posible. El objetivo es introducir dentro el organigrama de atención sociosanitaria al paciente como un profesional de la salud.

Con una formación impartida por una universidad catalana, el paciente adquiere una serie de competencias por las cuales se convierte en un "facilitador". La idea la exportan de Francia y está generando recelos entre los profesionales sanitarios, dado que podría quitarles sus puestos de trabajo.

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El perfil del "facilitador" o "peer to peer", que se ha llamado en Cataluña, es un paciente que ha pasado por problemas de salud mental previos y que, con su experiencia, puede acompañar al paciente que, por ejemplo, sufre por primera vez un brote de esquizofrenia o ansiedad.

La idea de que se sienta acompañado con un "igual" es algo que se ha demostrado beneficiosa en muchos estudios, pero siempre desde una perspectiva voluntaria. El hecho de profesionalizar a un paciente, como pretende hacer el Gobierno catalán, y convertirlo en un profesional sanitario, es algo que nunca se había contemplado en España.

Los recelos del resto de profesionales (psicólogos, psiquiatras, enfermeros o médicos) han legado a la conselleria de Salud. En ella aseguran que la experiencia de Francia es positiva (hay unos 60 en todo el país y el proyecto lleva 10 años vigente) y que, cuando se apruebe el Pacto por la Salud Mental de Cataluña, se pondrá en marcha de forma oficial.

Sin diálogo con sindicatos

Desde la consejería explican que en estos momentos ya hay peer que están trabajando, pero lo hacen como voluntarios y no como profesionales. "Los vamos a contratar como profesionales y van a tener derecho a una nómina", reiteran.

Josep Maria Argimon, consejero de Salud de la Generalitat.

Josep Maria Argimon, consejero de Salud de la Generalitat. Europa Press

Fuentes sindicales de la sanidad catalana denuncian a EL ESPAÑOL que nadie de la consejería se ha puesto aún en contacto con ellos para explicarles cómo van a incorporar a estos profesionales a las plantillas.

Aunque desde el Gobierno catalán insisten en que la experiencia no va a quitar trabajo, los sindicatos se preguntan si van a suplir otros. Es decir, si en lugar de contratar más psicólogos o educadores sociales para un área de salud mental, van a contratar a estos nuevos profesionales sin titulación sanitaria.

Un año

El modelo francés fija una titulación mínima de bachillerato para los peer y un máster de tres años para prepararlos para acompañar y saber comunicar en las crisis. Pero, en Cataluña, ahora sólo se pide la formación especializada que se imparte desde la Universitat de Vic.

Es un año de teoría y seis meses más de práctica, pero no se exige ninguna titulación previa. El perfil, en algunos casos, es de psicólogos o trabajadores sociales, pero no es obligatorio.

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Según explica la propia universidad, el equipo de profesorado está formado por profesionales sanitarios de la Fundación Althaia, Osonament y el Parque Sanitario Sant Joan de Déu, profesores de la UVic-UCC, así como miembros de la asociación Emilia, ActivaMent y la federación VEUS.

Las prácticas externas incluidas en el programa formativo se hacen en los centros de la Fundación Althaia, Osonament y el Parque Sanitario Sant Joan de Déu.

Desde el Gobierno de Cataluña resaltan que estos profesionales ni prescriben medicamentos ni realizan tratamientos.

"Soporte entre iguales"

Fuera del debate político y laboral, la coordinadora del proyecto Formativo, Gemma Prat, reivindica que la figura del "agente de soporte entre iguales" es esencial para el cambio de paradigma de atención en salud mental.

Sostiene que, en Europa, Australia o Estados Unidos, existen estas figuras aunque implantadas de manera diferente. "Hay un cambio en el paradigma de salud mental, estamos hablando de la recuperación personal", argumenta en sus declaraciones a EL ESPAÑOL. Y subraya que el trabajo principal de esta nueva figura es "acompañar emocionalmente" al paciente.

Imagen del curso impartido en 2019 y que es la base de la formación que se está regulando ahora.

Imagen del curso impartido en 2019 y que es la base de la formación que se está regulando ahora. VIC

Prat coordina el proyecto que lleva un año vigente y explica que los 19 alumnos que tienen (sacaron esas plazas y todas se llenaron) tienen unas sensaciones muy positivas. Tras acabar su formación teórica pasarán a la parte práctica en las próximas semanas.

El desarrollo de este curso universitario de formación continuada es una evolución de un proyecto piloto iniciado en 2019 con una subvención de la Caixa. En ese momento, se impartieron seis meses de teoría y otros seis de formación práctica.

La experta no quiere hablar de los temas "logísticos" (en referencia a si se les contrata dentro del sistema público de salud), puesto que eso corresponde a la Consejería. Aun así, explica que parte de la problemática que se pueden encontrar a la hora de contratar a estas personas son sus incompatibilidades.

Y es que, muchos de los peer, al tener problemas previos de salud mental, han obtenido una invalidez absoluta que les facilita una pensión. Si empezaran a trabajar como asalariados, sería completamente incompatible con dicha pensión.

El título que ofrecen desde la Universitat de Vic es diferente según la titulación previa del alumno, aunque ésta no es necesaria. Aquellos que tienen una carrera universitaria obtienen el título de "experto" y, los que no, de "especialista".

Los pasos de la formación universitaria son los primeros de un proyecto que, si no choca con los sindicatos como está ocurriendo ahora, puede tener un gran desarrollo. Así lo espera Gemma Prat, que prepara, para el próximo año, la segunda edición del curso.