Imagen del último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado el pasado martes.

Imagen del último Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud celebrado el pasado martes. Fernando Calvo Pool Moncloa

España CORONAVIRUS

El uso de la mascarilla en exteriores enfrenta a los líderes autonómicos con las cúpulas de sus partidos

El Congreso convalida la orden del Consejo de Ministros después de que autonomías de PP, PSOE y PNV hayan propuesto dar un paso atrás. 

21 julio, 2021 01:30

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En mitad de una alarmante quinta ola donde los contagios se disparan y con la voz en contra de varias comunidades autónomas, el Congreso de los Diputados debate este miércoles la convalidación del decreto ley por el que se retira la obligatoriedad de usar la mascarilla al aire libre.

La medida anunciada por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, hace casi un mes ha coincidido con un incremento de contagios en España que ha puesto a varias regiones en contra de su eliminación.

En un momento en el que la incidencia acumulada es de 622 casos por cada 100.000 habitantes, varias autonomías han empezado a solicitar el uso de esta protección en exteriores; tal y como estaba antes.

Según fuentes autonómicas consultadas por EL ESPAÑOL, las regiones a favor de volver a la obligatoriedad de la mascarilla en exteriores habrían hecho llegar a sus correspondientes partidos políticos su petición. De esta forma, pretenden que sus reclamaciones alcancen la Cámara Baja y cambien el sentido del voto. Pero no es tan fácil.

Aunque sólo la minoría de los grupos ha manifestado si votará a favor o en contra, fuentes del PSOE aseguran que se va a convalidar el Real Decreto "sin problemas". Es decir, que pese a que autonomías socialistas como Canarias quieran restaurar el uso obligatorio de la mascarilla, su partido votará a favor de su retirada.

Lo mismo podría ocurrir con el PP. Fuentes del partido de Pablo Casado rechazan hacer un posicionamiento "antes del debate", pero varios de sus representantes autonómicos han pedido su vuelta.

En regiones como Andalucía nunca estuvieron de acuerdo con esta medida. Ni cuando se aprobó por el Consejo de Ministros, ni cuando recibió el visto bueno del Consejo Interterritorial.

Algo similar a lo que pasa con el PNV. El lehendakari, Íñigo Urkullu, ha enviado una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, pidiéndole que modifique el decreto para hacer obligatorio de nuevo el uso de la mascarilla.

Estado de alarma

Las autonomías insisten en que el problema no está sólo en la modificación definitiva del Real Decreto que elimina el uso obligatorio de las mascarillas en espacios al aire libre, sino la situación jurídica.

Hay que recordar que el debate parlamentario se enmarca en una situación especialmente convulsa (y no sólo por la subida de contagios). Hace apenas una semana se dio a conocer la sentencia del Tribunal Constitucional que declara ilegal el confinamiento decretado durante el primer estado de alarma.

Ahora, y sin el amparo del marco legal del estado de alarma, las autonomías tienen que solicitar la puesta en marcha de medidas como el toque de queda, previo paso por sus tribunales autonómicos.

Tanto es así que, aunque varias comunidades hayan vuelto a las restricciones, algunas sí han recibido el visto bueno de sus tribunales superiores de Justicia (como Comunidad Valenciana) pero otras no (Navarra).

Por ello, muchos partidos políticos sí han adelantado que aprovecharán el debate en el Congreso para pedir una ley de pandemias. Es decir, que exista un desarrollo jurídico capaz de dar poder a las autonomías para limitar este tipo de derechos fundamentales (como la movilidad) en situaciones excepcionales.

Volviendo al debate, el Gobierno tiene claro que el Congreso no va a rechazar esta medida. Sus cuentas son las siguientes: el sí de PSOE, Más País, Compromís, Junts y el PDeCAT serían más que suficientes para la convalidación del Real Decreto.

En esta votación (que da el 'sí' a un decreto aprobado por el Consejo de Ministros) sólo se necesitan reclutar más votos a favor que en contra. Por ello, sólo con esos apoyos -y la abstención de varios grupos-, los socialistas podrán salvar el trámite.